La reforma de la ley del ‘solo sí es sí’ provoca que la dureza de líderes como García Page o Lambán se centre más en los socios del Gobierno que en algunas decisiones de Moncloa. El presidente de Castilla-La Mancha ha cargado en las últimas semanas contra Ione Belarra e Irene Montero, incluso reclamando su dimisión.
El presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, junto al presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en un acto celebrado en Toledo el pasado 15 de septiembre . — Eva Ecorlanese / PSOE
«Somos un partido político en el que la discrepancia no se persigue». Es uno de los mensajes que la dirección del PSOE trasladaba a finales del año pasado para rebajar la importancia de las críticas habituales hacia algunas decisiones tomadas por Pedro Sánchez. Especialmente procedían desde Castilla-La Mancha o Aragón, territorios de Emiliano García-Page y Javier Lambán. Meses después, el foco crítico ha cambiado. Lo provoca principalmente la tensión de los socialistas con sus socio de Unidas Podemos, ejemplificada a la máxima potencia por la reforma de la ley del solo sí es sí.
El «ruido» interno se ha minimizado. Porque, según argumentan en el entorno del presidente castellano manchego ahora mismo, la parte de Unidas Podemos, especialmente la de Podemos, les está poniendo muy fácil defender a la otra parte del Gobierno. Page siempre ha sido muy crítico con la presencia de la fuerza morada en la coalición. Su Gobierno autonómico junto a Podemos entre 2017 y 2019 fue muy tenso e inestable. Además, ideológicamente la distancia entre el mandatario socialista y la formación morada es amplia.
Esta situación no significa que el presidente de Castilla-La Mancha vaya a dejar de dar su opinión sobre asuntos como la reforma del delito de malversación si es necesario o sobre las alianzas con los partidos independentistas catalanes. La tensa votación de la proposición de ley el pasado martes en el Congreso evidenció además un distanciamiento de los socialistas también con EH Bildu y ERC, que votaron junto a UP. Algo que en este caso sería del agrado de Page, con una vocación de recoger más votos por el centro electoral, que son necesarios también para que el PSOE no pierda las próximas elecciones.
Con motivo del 8 de marzo, Page dejó un titular: «A río revuelto, ganancia de violadores». El presidente castellano manchego aludió directamente a Unidas Podemos al señalar que «si todo el mundo está de acuerdo en que tiene que ser más dura la sanción para los que maltratan y violan», la culpa «no la puede tener un 99% de la población». «La culpa la tiene quien se equivoca», dijo.
Hace unas semanas Page concedió una entrevista a El Confidencial. En ella, dejó unos cuantos mensajes dirigidos a los socios de Sánchez. «Si Montero y Belarra reconocen su error, tendrían que plantearse dimitir», destacó el titular. Del mismo modo afirmó que Podemos es «un caballo de Troya en el Gobierno».
A diferencia de otros territorios, el PSOE castellano-manchego no ve necesario contar con el espacio de Unidas Podemos para ganar las elecciones. De hecho, en 2019 obtuvo la mayoría absoluta y ni Podemos ni IU entraron en las Cortes Regionales. El próximo mes de mayo será la primera vez que ambas formaciones concurran juntas como UP. Page ha minusvalorado las opciones de la candidatura hacia su izquierda. Los socialistas aseguran que manejan encuestas con resultados similares a los de 2019. Y reiteran públicamente que solo hay dos opciones. Un Gobierno del PSOE o un Gobierno de PP junto a Vox, que sustituiría a Cs a nivel parlamentario.
La reforma de la ley del sólo sí es sí era una reclamación que venía haciéndose desde los territorios hace tiempo. La alarma social fue in crescendo desde finales de año y varios barones pedían actuar. Al abordar el tema Sánchez logró la felicitación pública de otro de sus habituales críticos. Lambán destacó a principios de febrero la decisión del presidente. «Aplaudo al presidente Sánchez por modificar esa ley. No he dudado nunca de las buenas intenciones de los propósitos iniciales de esa ley, pero desde luego, en cuanto a su fábrica, es una calamidad y a las pruebas me remito por los efectos de su aprobación», dijo.
El presidente de Aragón compartió un acto con Sánchez el pasado 18 de febrero en Zaragoza. En él volvió a agradecerle la reforma. Y aprovechó para cargar contra UP sin mencionarlos. «Te aplaudo que no aceptes bajo ningún concepto que los feminismos cínicos y extravagantes le arrebaten la bandera del feminismo a quien con más dignidad la puede ostentar, que es el PSOE», dijo.
Pocos días después Lambán concedió una entrevista a El Mundo, como ya hiciera Page en el mes de septiembre. Aquella cayó como una bomba en Ferraz y Moncloa. Y en ambos lugares no tuvieron problemas en airear su malestar con el presidente castellano manchego. No pasó lo mismo con la realizada por Lambán, que tuvo un protagonismo mucho menor, casi inexistente.
El tono del presidente aragonés fue comedido aunque remarcó su autonomía frente a Ferraz y Moncloa. Pero el titular principal fue nuevamente un dardo contra Unidas Podemos. «Estamos dando poder a los extremos hasta el punto de poner en riesgo la viabilidad de la nación», dijo Lambán. El mandatario autonómico pide en este sentido que haya entendimiento entre PSOE y PP.
Curiosamente la situación política electoral de Aragón es diferente a la de Castilla-La Mancha. Los socialistas gobiernan en coalición precisamente con Podemos, que cuenta con una Consejería, al igual que el Partido Aragonesista (PAR) y la Chunta Aragonesista (CHA). Por la aritmética electoral en este territorio, parece más complicado que los socialistas no necesiten apoyos de esos mismos partidos de cara a revalidar su Gobierno.
El PSOE comprobará su unidad interna de primera mano el próximo sábado 18 de marzo. Los socialistas han convocado un Comité Federal en el que deberían participar todos los líderes territoriales. Uno de los objetivos principales, más allá de los debates políticos que puedan darse, es aprobar las listas electorales. Pero la actualidad política y la situación electoral de cara al mes de mayo tendrá, seguro, otros puntos calientes en el debate interno.