Vladímir Putin ha lanzado una advertencia sin tapujos: Occidente ha cruzado de nuevo la línea roja y está enviando a Ucrania munición con un «componente nuclear». Este eufemismo se refiere a la munición de uranio empobrecido, con una altísima capacidad de penetración de todo tipo de blindaje, que Gran Bretaña estaría ya despachando al ejército ucraniano. Rusia «se verá forzada a reaccionar», ha amenazado el presidente ruso.

El Kremlin no teme tanto la radiación que este tipo de proyectiles pueda causar entre sus soldados, como a su potencial destructivo. La alta densidad del uranio empobrecido en proyectiles refuerza su capacidad para atravesar el blindaje de cualquier tanque o abrirse paso a través del búnker más sólido. El uso de uranio empobrecido para reforzar las granadas de artillería, los proyectiles de los tanques y los cohetes lanzados por los cazas de combate estadounidenses y británicos ya fue denunciado en guerras como las de Irak o Kosovo, en la antigua Yugoslavia.

Esta semana, la ministra británica de Estado para la Defensa Annabel Goldie, anunció que parte de la munición de los carros de combate Challenger 2 que Gran Bretaña está entregando al ejército ucraniano disponen de proyectiles perforantes con uranio empobrecido.