Radio Canada reveló este martes que la Junta Escolar Católica Providence, que agrupa a 30 escuelas francófonas de la provincia de Ontario, organizó en 2019 una quema de libros infantiles.
El medio tuvo conocimiento de la acción a través de un documento interno de la junta escolar y de un video para alumnos. En ella se destruyeron 4.716 copias de 155 obras cuyo contenido la dirección consideró que era «obsoleto e inapropiado» hacia los indígenas. El Ministerio de Educación de Ontario participó en el proyecto, aunque no en la selección de los títulos.
Entre los libros proscritos está el cómic ‘Tintín en América’, publicado por primera vez en 1932. Según la junta, contiene «lenguaje inaceptable», «información incorrecta» y una representación «negativa» y «ofensiva» de los indígenas de Canadá, a los que el libro se refiere como «pieles rojas».
También fueron calificados como inapropiados ‘Astérix en América’ y ‘Pocahontas’. En ambos casos, el motivo fue la sexualización que se hace de las mujeres indígenas. «Desarrollamos lo que se llama salvajismo sexual, una imagen de las mujeres nativas como mujeres fáciles», aseveró la supervisora de la ceremonia, Suzy Kies.
«Pocahontas es muy sexual y sensual, para nosotras las nativas es peligroso», afirmó.
Por su parte, la imagen de hombres aborígenes sin camisa en la portada de ‘El hijo de los hurones’, la biografía del explorador francés Étienne Brûlé, fue considerada «una representación falsa» que también provocó su retirada.
Asimismo, fueron retirados y destruidos los ejemplares del libro ‘Les esquimaux’ (‘Los esquimales’), por el uso de este término, actualmente considerada una denominación peyorativa de los inuit.
«Tratamos de corregir la historia»
Kies, quien se describe como investigadora independiente y «guardiana del conocimiento» y es copresidenta de la Comisión de Pueblos Indígenas del Partido Liberal, justificó la destrucción de los libros.
«La gente entra en pánico por la quema de libros, pero estamos hablando de millones de libros que tienen imágenes negativas de los indígenas, que perpetúan estereotipos que son realmente perjudiciales y peligrosos», afirmó.
Asimismo, señaló que se trata de «historias escritas por europeos, desde una perspectiva eurocéntrica y no por pueblos indígenas». «No estamos tratando de borrar la historia, estamos tratando de corregirla», aseveró Kies.
«Pura censura»
Sin embargo, el acto provocó un fuerte rechazo por parte de los autores de algunos de los libros destruidos. Jean-Claude Larocque, quien escribió la biografía de Brûlé, lo calificó de «pura censura». «¿Volvemos al índice?», preguntó, refiriéndose a la lista de libros prohibidos en las escuelas católicas hasta la década de 1960.
A su vez, Sylvie Brien, autora de ‘The Indian College Affair’, también retirado, dijo que la ceremonia era «increíble». «¿Qué derecho tienen para hacer tal cosa? Es completamente ridículo», indicó la escritora, que alega que ella fue precisamente una de las primeras en abordar en su libro los «horrores de las escuelas residenciales» para los indígenas.
Marcel Levasseur, creador del explorador Laflèche, cuyos libros también han sido retirados, dijo que se sintió «prohibido». El dibujante asegura que quedó devastado e ignora si publicará el cuarto álbum del personaje, actualmente en preparación.
«Me doy cuenta de que puede ser tan frágil, de que puede convertirse en objeto de vergüenza de la noche a la mañana… ¿Quiero seguir luchando?», se pregunta.