El incremento de la demanda eléctrica, vinculada al uso de aires acondicionados, ha disparado los precios de la energía en el primer día de aplicación del tope del gas, ya que las plantas eólicas apenas han podido producir energía y se ha tenido que intensificar la generación con centrales de ciclo combinado. Aún así, España y Portugal mantienen costes muy por debajo de los registrados en el resto de Europa.
La isla ibérica de la energía ya ha empezado a funcionar, pero no lo ha hecho como el Gobierno se esperaba. El tope al precio del gas ha visto difuminado por los efectos de una ola de calor que, además de hacer incomoda la vida bajo el sol, ha trastocado las tendencias del mercado eléctrico: la producción eólica apenas tiene incidencia y las centrales de ciclo combinado –que queman gas– han intensificado su actividad para satisfacer una demanda al alza.
La reforma planteada por el Gobierno estimaba ubicar, con el limite al gas, el precio del mercado mayorista en los 130 euros MWh, pero la cifra real se ha quedado por encima, en los 165,6 euros MWh, según los datos del Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE). El jueves se espera que la tendencia siga al alza y se proyecta un precio de 170,8 euros MWh, lo que ha suscitado críticas hacia la efectividad del plan ibérico.
Desde algunos sectores de la derecha han tildado de «fracaso» el proyecto liderado por Teresa Ribera
Desde algunos sectores de la derecha han tildado de «fracaso» el proyecto liderado por la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, quien se ha defendido públicamente achacando a la ola de calor la baja incidencia del tope al gas. «El precio ha subido mucho porque la demanda se ha incrementado por la ola de calor, porque las centrales de gas han producido más, porque se ha reducido la generación eólica y ha habido un menor rendimiento de la energía solar», dijo la vicepresidenta.
«No hay que comparar el precio de hoy con el precio de ayer, sino el precio de hoy con el que hubiéramos tenido sin el tope, que hubiera sido 73 euros más caro. Incluso en escenarios extremos como este, el precio está por debajo de lo que hubiéramos tenido que pagar», añadió la también ministra de Transición Ecológica.
Ribera remató este miércoles pidiendo «tiempo»: «Es capital dar tiempo a que esto se vaya asentando para hacer una valoración de conjunto y ver cómo se comportan las empresas y el mercado y, si es necesario, introducir medidas adicionales. Pero no quemar de antemano los inicios de este mecanismo», apuntó en una entrevista realizada en Telecinco. En la misma intervención también introdujo una advertencia a las eléctricas. Las someterá a una «vigilancia exhaustiva» para evitar ofertas distorsionadoras.
La ola de calor, sin duda, ha tenido mucho que ver en la descafeinada implantación de la isla ibérica de la energía. La demanda eléctrica, debido al uso de aires acondicionados, ha crecido cerca de un 30% de un día para otro. El clima, además, no es el idóneo para la generación eólica –la cual rebaja significativamente los costes– y está fuente renovable sólo ha aportado el 8,95% de la producción, cuando hace una semana estaba en porcentajes cercanos al 40%.
Para satisfacer la demanda se ha tenido que incrementar la producción de las centrales de ciclo combinado, que han pasado de aportar un 16% durante la primera semana de junio a generar el 36% de la producción eléctrica del país, según los datos de Red Eléctrica Española.
Las condiciones que están llevando al sistema a tirar más de las centrales de ciclo combinado tienen consecuencias económicas. Se trata del cargo con el que el Ejecutivo compensa a las centrales de cogeneración por el tope al gas, el cual ha sido de 59 euros en el primer día y que se disparará hasta los 88 euros el jueves.
Pese a todo, la isla ibérica de la energía ha demostrado funcionar con creces si se compara con los datos de Europa en el primer día de vigencia. Mientras España y Portugal registraban precios mayoristas de 165,6 euros MWh, en otros países se consolidaban costes mucho más altos y por encima de los 200 euros el MWh. Francia ha alcanzado la cifra de 233,3 euros MWh; Italia se ha situado en los 250 euros MWh; Alemania ha tenido 212 euros MWh y Austria ha registrado 215 euros MWh. Sólo los países escandinavos han conseguido mantenerse por debajo de los datos ibéricos.
Moncloa califica la medida como «histórica»
Desde Moncloa se le ha otorgado una máxima importancia al logro conseguido por el presidente Pedro Sánchez en Bruselas hace ya casi tres meses. Durante este tiempo no han dudado en calificar como «histórica» la medida. «No van a pagar los mismos», señaló este martes la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, durante la rueda de prensa habitual tras el Consejo de Ministros. Este miércoles, fuentes gubernamentales insistían en que «hay que darle tiempo» a la medida, como transmitió Ribera por la mañana.
La pasada semana la Comisión Europea dio el visto bueno definitivo a la medida, algo que se dilató demasiado en el tiempo por cuestiones técnicas, según reconocen en el Gobierno. La consecución del logro se conoció prácticamente a la vez que la decisión de Argelia de romper el Tratado de Amistad y Buena Vecindad con nuestro país. Los socialistas se lamentaron de la coincidencia de hechos ya que «lo negativo siempre opaca a lo positivo», según destacó en su momento un diputado.
Especialmente este miércoles, tanto en el PSOE como en Moncloa se han esforzado por vender la noticia como positiva y contrarrestar los datos y valoraciones negativas. Los socialistas recalcan el hecho que España tiene ahora mismo uno de los precios más baratos de Europa en el mercado mayorista y que es algo que no se hubiera logrado sin esta llamada «excepción ibérica».
Para Ferraz, según destacan fuentes de la dirección a Público, «es un logro sin precedentes». El análisis que se hace en la sede socialista es de un «liderazgo» de Sánchez en la Unión Europea, que también se ha visto con las últimas declaraciones de Úrsula Von Der Leyen. La presidenta de la Comisión Europea, conservadora, cuestionó la estructura del mercado eléctrico europeo, alineándose así con España y Portugal. «Hemos sido pioneros y hemos convencido a Bruselas de muchas cosas», señalan.
Los socialistas tienen claro que la batalla electoral para 2023 con el PP se jugará en el terreno de la economía. Son conscientes en Ferraz que los datos económicos fueron los que sacaron del Gobierno tanto a Felipe González como a José Luis Rodríguez Zapatero. Pero confían en que la situación dentro de un año y medio sea diferente. «La legislatura se le va a hacer larga a Feijóo», repiten desde Moncloa y la sede del PSOE en los últimos tiempos.