Las millonarias exportaciones de material militar autorizadas por las autoridades españolas desde 2015 eclipsan las partidas en materia humanitaria para un país en ruinas.
El horizonte de Yemen se parece demasiado al infierno. Según estimaciones de Naciones Unidas, el número de niños menores de cinco años que sufre desnutrición trepará hasta los 2,2 millones. Todos ellos comparten una misma condena: nacieron en un país acosado por un conflicto que se agravó en marzo de 2015 con el inicio de los ataques lanzados desde el aire por Arabia Saudí y sus aliados. Desde entonces, la muerte y el hambre forman parte del paisaje.
Coincidiendo con el séptimo aniversario del inicio de la campaña militar contra los rebeldes hutíes, varios organismos de derechos humanos han advertido sobre una realidad tan aterradora como inocultable: Yemen necesita ayuda urgente. Yemen se muere.
En ese contexto, la ONG Oxfam Intermón advertía esta semana sobre «un marcado aumento de muertes de civiles, una acentuación del hambre y tres cuartas partes de la población necesitadas de apoyo humanitario urgentemente».
El grupo humanitario pedía precisamente que la comunidad internacional «dé pasos para reducir la enorme brecha entre la petición de fondos y el presupuesto real». Lo hacía pocos días después de que la última conferencia internacional de donantes para Yemen patrocinada por Naciones Unidas fracasara en sus objetivos: de los 4.300 millones de euros que hacen falta para abordar esta dramática situación, solo se han logrado compromisos por parte de distintos países para reunir 1.300 millones.
«Estamos dispuestos a seguir apoyando al pueblo yemení, pero no podemos hacerlo solos. Necesitamos su ayuda. Insto a todos los donantes a que financien íntegramente nuestro llamamiento y se comprometan a desembolsar los fondos rápidamente», dijo el secretario general de la ONU, António Guterres.
España estuvo presente de forma online en esa conferencia, aunque sin anunciar ninguna donación. Según datos oficiales obtenidos por Público, desde el inicio de los ataques saudíes en 2015 la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) ha aportado en total nueve millones de euros en ayuda humanitaria a Yemen, canalizados a través de distintos fondos.
Entre esas ayudas figura un importe de 200.000 euros aportados en 2015 a través de ACNUR, así como otras partidas de entre 500.000 y 600.000 euros anuales dirigidos a la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). En 2021 se destinaron 250.000 euros «para la lucha contra la pandemia de la covid, mientras que en lo que va de 2022 constan 250.000 euros entregados al Programa Mundial de Alimentos (PMA) de cara a sus trabajos en suelo yemení.
«Además, en 2019 y 2020 contribuimos con 3,2 y 3 millones respectivamente de euros al Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF)«, señalaron fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Lluvia de millones
En ese mismo periodo, la industria armamentística española realizó negocios millonarios con Arabia Saudí y los restantes países que conforman la coalición militar a cargo de los ataques en Yemen. Entre 2015 y 2021, la Junta Interministerial que analiza las solicitudes de exportación de armamento autorizó un amplio número de operaciones con esos países por un total que supera los 2.700 millones de euros.
Según datos del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), España figura actualmente como el tercer principal suministrador de armamento de la UE a Arabia Saudí y el séptimo a nivel mundial.
Estos datos aparecen corroborados en el último estudio sobre la industria militar española en 2019 elaborado por la Dirección General de Armamento del Ministerio de Defensa. Según dicho documento, Arabia Saudí aparece en el primer lugar del «ranking de países destino de las exportaciones de defensa directas».
La industria militar española también ha realizado importantes negocios armamentísticos con Emiratos Árabes Unidos, principal aliado del régimen saudí en los ataques contra Yemen. Según datos oficiales verificados por Público, las exportaciones autorizadas a ese país entre 2015 y 2021 alcanzaron los 603 millones de euros.
«A día de hoy, los gobiernos y las empresas europeas siguen apoyando a la coalición mediante la exportación de bombas, armas y piezas de repuesto, así como servicios de mantenimiento y formación. Además, se sospecha que este armamento se ha utilizado en posibles crímenes de guerra», señalan en un comunicado conjunto el European Center for Constitutional and Human Rights (ECCHR), Amnistía Internacional, la Campaign Against Arms Trade, el Centre Delàs d’Estudis per la Pau, Mwatana for Human Rights y Rete Italiana Pace e Disarmo.
En diciembre de 2019, estas organizaciones de derechos humanos presentaron una comunicación ante la Corte Penal Internacional (CPI) en la que se «reconstruyen los hechos de 26 ataques aéreos de la coalición que pueden ser catalogados como crímenes de guerra», han recordado sus impulsores en una declaración.
Destacan precisamente que «los responsables europeos que se benefician o alimentan el conflicto en Yemen deben rendir cuentas». El comunicado hace referencia a las «exportaciones de armas de RWM Italia, Airbus Defence and Space y BAE Systems, entre otras».
«Es necesario examinar tanto la responsabilidad penal de los directivos de las empresas como las prácticas y la responsabilidad de los gobiernos de Italia, España, Francia, Alemania y Reino Unido«, sostienen.