Huelva sería la Atlántida y el nacimiento de la cultura griega: «tenemos una historia manipulada»

© Foto : Cortesía Fernando F Díaz
Un investigador de Huelva propone una revisión de la historia que traslada el eje de gravedad del Mediterráneo oriental al occidental. Huelva sería la capital de la civilización tartésica, la Atlántida y también es, en realidad, la antigua Gadir de los fenicios. Su trabajo denuncia la manipulación de la historia por intereses religiosos.
Hay ideas muy locas que, por muy imposible que te parezca, con el tiempo acaban cogiendo peso y asentándose en la sociedad. Piénsalo, si la yogurtera, una máquina que hace yogur usando yogur, fue un invento revolucionario en muchos hogares durante décadas, ¡todo es posible! Pero cuando las ideas revolucionarias o revisionistas se aplican a la historia, siempre hay grandes escollos.
Es lo que confiesa encontrar el investigador Fernando Fernández Díaz con sus rompedoras propuestas sobre qué ocurrió hace miles de años y cómo lo hemos aprendido. «Mi trabajo provoca mucho rechazo entre historiadores, porque va en contra de todo lo que han aprendido», explica a Sputnik.
Entrevistar a este escritor con formación humanista y científica es un reto para el relato histórico aprendido. Su trabajo defiende que el nacimiento de la cultura clásica no está en el mar Egeo y en Grecia, sino en el extremo occidental del Mediterráneo y la puerta del Atlántico, «esto tiene que ver con nuestra historia reciente y con intereses religiosos que establecen un relato en el que la luz y la cultura emanan de la cristiandad, pero no es así».
De hecho, la ciudad onubense de Huelva pasa por ser un punto esencial de su propuesta: Huelva fue la capital de la civilización tartésica, Huelva es la ciudad legendaria de la Atlántida de la que nos habló Platón, a Huelva llegó el Ulises de Homero y Huelva es la Gadir originaria, y no la Cádiz actual.
«Por desgracia, mucha historiografía tiene carencia científica y por suerte, conozco muy bien el territorio que tratan mis investigaciones» detalla el escritor onubense. El trabajo de Fernández–Díaz se basa en la investigación de las peculiaridades del entorno onubense para dar con factores que hacen que «Huelva reúna todas las características, es cuestión matemática y estadística, no puede ser casualidad». Huelva sería por lo tanto el secreto a cielo abierto mejor guardado de la antigüedad.
La región tiene, siempre según la investigación de Fernández–Díaz, la ubicación coincidente en el paralelo 36 que refiere Platón en su descripción de la Atlántida y tiene también dos ríos (el Tinto y el Odiel), como describe el filósofo griego. Huelva además fue un foco de riqueza metalúrgico que ya condensaba el desarrollo de civilizaciones hace milenios, y cuenta con vestigios arqueológicos que se corresponden por estilo con la época tartésica.
Sin embargo, ¿por qué hasta ahora Huelva pasa por ser ninguneada por la historia? Hay un fallo de partida cronológico. A la hora de establecer las referencias temporales la historia se basa en los clásicos, pero en las escrituras de Platón o en el Antiguo Testamento hay desfases o manipulaciones que omiten miles de años. Cuando se habla de la Atlántida no es una leyenda, es una ciudad tartésica de la época del Bronce final».

Gadir no es Cádiz sino Huelva

Una de las conclusiones más sorprendentes es que Gadir, que pasa por ser el antiguo nombre de Cádiz, era en realidad Huelva. Gadir significa cercado, murallas circulares, que son las que precisamente sí tiene Huelva y no Cádiz.
La propuesta de Fernández–Díaz es que por cuestiones de seguridad y desarrollo, un consejero regional de la época de Julio César trasladó el topónimo a la región de navegantes que es hoy Cádiz. «Refundó una ciudad gemela a Huelva tras haber sufrido los estragos de tsunamis, pero Cádiz era una ciudad con menos espacio y extensión que no podía albergar a toda la población». Para Fernández–Díaz, Huelva era un centro de riqueza por su minería y es más lógico que por ello ostentara la capitalidad y centralidad tartésica.

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Si la Atlántida es Tarsis, la ciudad de la civilización de tartessos, hay que enmendar un salto cronológico enorme. «El punto de partida para medir el tiempo histórico es erróneo. Todas las dataciones sobre los tartessos están mal, parten de Estrabón —padre de la Geografía— él dijo que los fenicios fundaron Gadir en el 1.004 a.C. En realidad, él habla de Huelva, y no la fundó, sino que la refundó».

«El registro arqueológico lo desmiente»

El problema de navegar en el tiempo en base a los escritos que beben de la tradición oral tiene un añadido perverso: según Fernández–Díaz, el hecho de que los fenicios fundadores fuera de origen judío y no cristiano hizo que los planes educativos que se configuraron en el franquismo «interpretaran de manera sesgada e interesada» a Estrabón, para dar a entender que los cristianos son los que traen la escritura y la cultura.
Otro síntoma de esa manipulación sobre Tartessos es su emplazamiento en el 700 a.C. a pesar de los testimonios de historiadores clásicos.
«Esta cronología de la historia despacha a los fenicios en solo dos siglos de desarrollo, y hablamos de una civilización que pudo tener la importancia y envergadura de Roma, sufrimos una datación errónea».
Una interpretación interesada de la historia hace que no se estén datando bien los vestigios arqueológicos de Huelva, que son mucho más antiguos. De hecho, señala Díaz, hay un salto inexplicable entre los vestigios tartésicos del siglo VII a.C. con los dólmenes que nos retrotraen a más de 2.000 años de antigüedad, «como si en medio, en esos cientos de años, no hubiera habido historia».

Ulises estuvo en Huelva

Huelva sería la primera gran ciudad de la costa Atlántica que forma parte de lo que englobamos como la cultura mediterránea que, con la llegada posterior de las lenguas griegas, se conoce como koiné. Un momento, acabamos de escribir llegada posterior de las lenguas griegas, pero para Fernández–Díaz, no tiene porqué ser así.

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Según su interpretación de las leyendas de Homero, «Ulises estuvo en Huelva hasta tres veces, en base a la descripción de Homero». El estudio advierte que Homero no menciona el mar Egeo o el Peloponeso griego. Y sí hay claras coincidencias con las peculiaridades del entorno de Huelva y el estrecho de Gibraltar. De nuevo, las evidencias físicas del terreno y el paisaje contra la historia aprendida.
«El problema es que hemos crecido con una historia poco crítica y muy ideologizada. Hay una persecución contra estas evidencias históricas de Huelva. Yo digo que la cultura que después conocemos como Clásica fue del Mediterráneo occidental al oriental». Huelva estaría en el germen de lo que después sería el nacimiento de la cultura clásica, la democracia y la filosofía griega, pero eso queda muy lejos. Actualmente, denuncia Díaz, los vestigios arqueológicos más antiguos de la capital onubense están en el centro de la ciudad, bajo las vitrinas de una cadena de supermercados llamada Jamón. Si Homero levantara la cabeza…