Hunter Biden: crack, turbios negocios, prostitutas y la pesadilla de un ordenador olvidado

Todos los presidentes tienen un talón de aquiles y el de Joe Biden se llama Hunter. Desde hace años las andanzas y los turbios negocios del hijo del mandatario norteamericano han planeado sobre su padre, aunque no han impedido su llegada a la Casa Blanca. Pero Hunter, de 52 años, sigue siendo su pesadilla. Una información del New York Times sobre una investigación federal contra el hijo del presidente ha revelado que a finales de 2020 Hunter ha saldado sus deudas fiscales, que se calculan en más de un millón de dólares, según el medio español, Diario El Mundo.

Pero esa información tiene una trastienda más oscura, y es que certifica la veracidad de una serie de escandalosos archivos y fotos contenidos en un ordenador portátil que llevó a arreglar hace tres años y olvidó recoger. Hunter llevó su Macbook Pro a una tienda informática de Wilmington, en Delaware, en abril de 2019 para que lo repararan y se recuperaran los datos, pero nunca pasó a por él. El dueño de la tienda, John Paul MacIsaac, hizo una copia del disco duro y se lo entregó al entorno de Donald Trump, en plena batalla contra Joe Biden por la Casa Blanca.

Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva York y abogado de Trump, lo hizo llegar al diario The New York Post, que publicó parte de los archivos en octubre de 2020, semanas antes de las elecciones presidenciales.

La información, sin embargo, fue cuestionada por el respetable y prestigioso New York Times, que puso en duda su procedencia y lo vinculó con la desinformación rusa. Tampoco siguió tirando del hilo… hasta ahora, que ha verificado con expertos informáticos la veracidad del contenido del famoso ordenador.

Tanto The New York Post como el diario británico The Daily Mail, que también consiguió una copia del disco duro en primavera de 2021, han defendido su trabajo. El Daily Mail ha vuelto a publicar parte del contenido archivado en el portátil, 103.000 mensajes de texto, 154.000 correos electrónicos y 2.000 fotos que podrían dar para un culebrón que haría palidecer a Succession.

Hunter ha conseguido que los hijos de Logan Roy parezcan unos buenos chicos en comparación con él y sus correrías, recogidas en el portátil. En ellas aparece dormido con una pipa de crack en la boca, con prostitutas a cuatro patas o en la cama, desnudo con cara de ido y en actitudes muy comprometidas. También contiene fotos más recatadas pero igual de inquietantes porque en ellas aparece con Hallie Biden, la viuda de su hermano Beau, que murió a causa de un tumor cerebral en 2015, y en otras se muestra que tuvo una aventura con su otra cuñada, la hermana de Hallie.

En uno de los vídeos publicados por el Daily Mail Hunter aparece en la cama con una prostituta a la que le confiesa que perdió otro portátil en una de sus juergas locas en Las Vegas en la que estuvo a punto de morir por sobredosis. Según Biden jr. se lo robaron unos traficantes rusos.

Al margen de escabrosas fotos, los archivos incluyen una gran cantidad de correos electrónicos, mensajes de texto y documentos financieros entre Hunter y socios comerciales que muestran, según el Post, cómo el hijo del presidente usó su influencia política en sus negocios en el extranjero, como Burisma, la empresa gasística ucraniana de cuya junta directiva formó parte (le pagaban más de 50.000 dólares al mes) o su vinculación con el magnate rumano Gabriel Popoviciu, condenado por soborno. También figuran archivos sobre supuesta evasión de impuestos y avado de dinero.

Drogas, alcohol, escándalos… la turbulenta vida de Hunter Biden ha estado marcada desde niño por trágicos acontecimientos, como él mismo ha narrado en su autobiografía, Beautiful Things, publicada en 2021. Su madre, Neilia, y su hermana Naomi, que tenía 13 meses, murieron en un accidente pocos días antes de la Navidad de 1972, después de que un camión arrollara el coche en el que también viajaban Hunter, que tenía 3 años, y su hermano mayor, Beau. Ellos sobrevivieron.

La pérdida de su madre y de Naomi unió de forma muy estrecha a los dos hermanos, pero la tragedia volvió a marcar a los Biden. Beau, que seguía los pasos de su padre en política, murió en 2015, a los 45 años, a causa de un tumor cerebral. Hunter quedó devastado y volvió a sumergirse en la espiral de drogas y alcohol que inició a los 18 años. A esa edad, narra en su libro, compró su primera dosis de crack. Su relación con el vodka la empezó en el instituto y ya era alcohólico antes de los 30. Su vida ha sido un vaivén de tratamientos y recaídas aderezadas con los escándalos que amenazan la carrera de su padre.

Tras la muerte de Beau, Hunter se divorció de su mujer, Katheleen, madre de sus tres hijas, y se refugió en brazos de su viuda, Hallie. La relación era secreta pero acabó aireada en la prensa y rompieron.

El hijo díscolo de Biden volvió a casarse en 2019 con Melissa Cohen, una documentalista sudafricana con quien ha tenido un hijo al que ha llamado Beau, como su hermano. Además de sospechosos negocios, Hunter se dedica ahora al arte. Pinta para superar las adicciones y ha expuesto ya en una galería de Nueva York.

 

 

Redacción M

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