El exvicepresidente de Estados Unidos Joe Biden apoyó el frágil gobierno de Ucrania contra las agresiones de Rusia y la corrupción. Por eso, cuando su hijo Hunter Biden pasó a formar parte de una compañía de gas ucraniana empezaron las sospechas.
En su día, cuando los Obama ocupaban la Casa Blanca, se dijo que no había ningún problema con los negocios en Ucrania de Hunter Biden porque era un ciudadano que se representaba a sí mismo y tampoco había habido ninguna evidencia de corrupción por su parte.
Sin embargo, este asunto vuelve a estar de actualidad después de las revelaciones sobre el Presidente Donald Trump, en las que se desvela que instó al presidente de Ucrania a que investigase cualquier corrupción relacionada con Joe Biden, quien en la actualidad es uno de los principales candidatos del Partido Democrata y uno de los más opcionados para derrotarlo en 2020.
Una petición de investigación a los Biden que el mismo abogado del presidente de Estados Unidos, Rudy Giuliani, manifestó de forma pública.
Hunter Biden obtuvo un puesto remunerado en Burisma Holdings en abril de 2014. El fundador de la compañía
era un aliado político de Viktor Yanukovych, el presidente del momento en Ucrania, cercano a Rusia, y que fue expulsado en febrero de 2014 después de unas protestas masivas en el Maidán.
La marcha de Yanukovych obligó a la administración de Obama a moverse rápido para fortalecer lazos con el nuevo gobierno de Ucrania. Joe Biden jugó un papel protagonista, viajando a Ucrania y hablando frecuentemente con su nuevo presidente.
El papel empresarial del joven Biden suscitó preocupación entre los defensores anticorrupción al pensar que se trataba de una maniobra de Burisma para ganar influencia con la administración Obama. En aquel tiempo, la compañía se encargó de realizar una extracción de gas natural en Crimea, la península ucraniana anexada por Rusia después de que Yanukovich fuese expulsado del poder.
Pero Hunter Biden negó haber aprovechado la relación con su padre para ayudar a Burisma, empresa en la que estuvo en el consejo de administración hasta principios de 2019 y a la que solía representar en conferencias en el extranjero sobre energía.
El sábado, el exvicepresidente declaró que nunca había hablado con su hijo sobre sus negocios en el extranjero. Sin embargo, esto no convenció a Trump y sus aliados que continuaron cuestionando sus negocios. En especial, el movimiento de Biden en marzo de 2016 para presionar al gobierno de Ucrania para que cesaran al principal fiscal del país, Viktor Shokin, quien había estado liderando una investigación sobre el dueño de Burisma.
Biden representaba la posición oficial de gobierno de los Estados Unidos, una posición que también siguieron otros gobiernos occidentales y muchas personas en Ucrania, quienes acusaban a Shokin de ser blando con la corrupción.
La corrupción es un tema recurrente en el país del este. En mayo, el nuevo presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, llegó al gobierno sin ninguna experiencia política pero prometiendo que pondría fin a las prácticas corruptas.
Fue en esa época cuando el abogado de Trump, Rudy Giuliani, comenzó a presionar a Zelensky y sus ayudandes para que investigasen Burisma y el rol de Hunter Biden en la compañía.
En una entrevista en Fox News el pasado 19 de mayo, Trump afirmó que el exfiscal de Ucrania estaba detrás del hijo de Joe Biden y, por eso, el exvicepresidente exigió que fuese cesado. Sin embargo, no hay evidencias sobre estas afirmaciones.
El actual fiscal de Ucrania, Yuriy Lutsenko, dijo en mayo en Bloomberg News que no tenía evidencia de irregularidades por parte de los Biden. Bloomberg también informó que la investigación sobre Burisma no exístía en el momento en que Biden presionó para expulsar a Shokhin.