Pese a rechazos y condenas, las fuerzas israelíes vuelven a atacar la Mezquita Al-Aqsa con bombas de sonido y gas lacrimógeno, hiriendo a varios palestinos.
Conforme ha anunciado la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina, al menos 10 fieles palestinos han resultado heridos como consecuencia del asalto de este domingo de las fuerzas de ocupación contra la Mezquita Al-Aqsa, en Al-Quds (Jerusalén).
Los militares israelíes irrumpieron en el recinto sagrado, atacaron a los fieles y arrestaron a tres jóvenes, disparando bombas de sonido y gas lacrimógeno, ha señalado la agencia estatal palestina de noticias WAFA, citando a uno de sus corresponsales.
Al respecto, la fuente afirma que más de 500 militares israelíes ingresaron a la Mezquita, expulsaron a todos los palestinos para que los colonos sionistas pudieran entrar en el recinto sagrado. Es más, agrega, las fuerzas de ocupación golpearon brutalmente a los palestinos.
En efecto, un gran número de colonos sionistas entraron en la Mezquita Al-Aqsa bajo el apoyo y estrictas medidas de seguridad de las fuerzas de ocupación.
El nuevo ataque se produjo dos días después de que otro asalto de las fuerzas israelíes dejara al más de 152 palestinos heridos; el hecho fue condenado por la comunidad internacional y varios organismos pro derechos humanos.
En reacción, el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) ha advertido que responderá a cualquier ataque israelí a la Mezquita Al-Aqsa o a los palestinos en la ocupada ciudad de Al-Quds. “Nuestro mensaje es claro para todos […], a saber, Al-Quds y la Mezquita Al-Aqsa son nuestra línea roja y los dedos de la Resistencia están en el gatillo”, agrega.
En concreto, el movimiento HAMAS ha aclarado que los ataques del régimen usurpador a Al-Aqsa y a los fieles reunidos en el recinto sagrado constituyen una “declaración de guerra” contra el pueblo palestino. Ante tal situación, ha aconsejado a los ocupantes que “no pongan a prueba la paciencia de la Resistencia”.
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