«No se puede conspirar de noche contra un socio y pedirle al día siguiente que sea leal», declaró el canciller marroquí, señalando que la entrada masiva de los migrantes a Ceuta es una «crisis política entre dos socios», de la que Madrid «es responsable».
El ministro de Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, declaró este domingo durante una entrevista con la emisora Europe 1 que «España creó una crisis» en las relaciones con su país y «quiere que Europa la asuma». El jefe de la diplomacia marroquí advirtió también que si Madrid planea ayudar al líder del Frente Polisario a salir de su territorio ilegalmente «se agravaría la crisis, o incluso conduciría a la ruptura» de las relaciones bilaterales.
Las declaraciones del canciller se producen menos de una semana después de que más de 8.000 migrantes, en su mayoría marroquíes, ingresaran a nado o en pequeñas embarcaciones en la ciudad española de Ceuta desde Marruecos, provocando una crisis humanitaria en el país europeo. La entrada masiva de migrantes (la mayoría de los cuales ya fueron devueltos) tendría vínculos con la crisis diplomática entre España y Marruecos que se inició a finales de abril con la acogida en territorio español del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, para ser tratado de cáncer y de coronavirus.
Bourita recordó que Madrid no consultó a la Unión Europea «antes de tomar decisiones que afecten a los intereses de Marruecos». «España no consultó a Europa, incluso antes de ir más allá de las reglas de Schengen para aceptar la entrada, de forma fraudulenta, de una persona buscada por los tribunales españoles», señaló el ministro, en referencia a Ghali, a quien Rabat considera como criminal de guerra. «Madrid ha creado una crisis y quiere que Europa la asuma», dijo.
Previamente, se reportó que el líder del Frente Polisario, de 73 años, se encuentra hospitalizado en un hospital de Logroño tras ingresar en España en secreto bajo una identidad falsa. «Hoy, Marruecos hace preguntas sencillas: ¿es normal, en un país regido por el Estado de derecho, actuar con un socio como Marruecos falsificando un pasaporte, usurpando una identidad para traer a alguien al territorio europeo?», aseveró Bourita.
En cuanto a la llegada masiva de los migrantes, Bourita declaró que se trata de una «crisis política entre dos socios», de la que «España es responsable». «La buena vecindad no es una calle de un solo sentido», indicó el ministro, agregando que Rabat «no tiene obligación de actuar». «Marruecos no es ni el gendarme ni el conserje de Europa. Lo hace como socio», continuó el canciller, al tiempo que subrayó que «no se puede conspirar de noche contra un socio y pedirle al día siguiente que sea leal».
«De ellos depende encontrar la solución«, subrayó Bourita y criticó a España por su «actitud hostil» que alimenta un «problema de confianza». «Si España piensa que la crisis podría resolverse exfiltrando al señor [Ghali] por los mismos procedimientos, estarían agravando la crisis, o incluso conducirían a la ruptura» de las relaciones bilaterales, advirtió el ministro.
España acusa a Marruecos de «agresión» y «chantaje»
La ministra de Defensa de España, Margarita Robles, acusó este jueves al Gobierno de Marruecos de hacer «chantaje» a Madrid, después de que entre el lunes y el martes de esta semana retirara la vigilancia de su lado de la frontera con Ceuta, un enclave español en el Norte de África.
«No vamos a aceptar chantajes, la integridad de España no es negociable ni está en juego y vamos a usar todos los medios necesarios para garantizar la integridad territorial y vigilar las fronteras», declaró Robles, estimando que Marruecos «tiene que considerar lo que ha hecho en los últimos días», ya que «no solo se lo ha hecho a España, sino a la Unión Europea«.
Por su parte, la vicepresidenta primera del Gobierno de España, Carmen Calvo, sostuvo que España había sufrido «una agresión» a sus fronteras. A pesar de ello, deseó que la situación «remonte» en pos de «unas relaciones que tienen que ser de cooperación y vecindad».
El domingo, la ministra de Exteriores española, Arancha González Laya, indicó que quiere dejar atrás «cuanto antes» la crisis en las relaciones con Marruecos y abogó por el diálogo y la diplomacia.
Este miércoles, Marruecos volvió a establecer vigilancia en la frontera y cerró el flujo migratorio. A su vez, las autoridades españolas informaron de que ya han procedido a devolver a suelo marroquí a más de 6.500 migrantes.
Marruecos mantiene un conflicto latente desde hace décadas con el Frente Polisario, un movimiento que reclama la independencia del Sáhara Occidental. Este territorio fue ocupado por Marruecos de forma ilegal, según la ONU, tras la retirada de España en 1975. El alto el fuego que mantenían ambas partes desde 1991 se dio por roto el pasado noviembre, cuando comenzaron de nuevo las hostilidades