El exteniente coronel condenado por el golpe de Estado del 23F, ejerce su derecho a réplica por un artículo que no es de su agrado
Como en los tiempos de la Transición, el exteniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero -condenado por su esperpéntico golpe de Estado del 23 de febrero de 1981- encuentra irritante la libertad de prensa. Dado que ya no puede enviar cartas con seudónimo al extinto El Alcázar, se ha dirigido a este diario para replicar a un artículo sobre uno de sus hijos, escrito por nuestro compañero Juan Luis Valenzuela. Reproducimos el texto literalmente y sin editar, por lo que advertimos de que la falta de signos de puntuación, así como las erratas y fallos gramaticales pertenecen únicamente a su autor. Igualmente, ni él ni el resto de golpistas condenados han podido probar sus afirmaciones que el rey Juan Carlos ordenase el golpe del 23-F
Carta de Antonio Tejero
En uso del derecho de réplica que me asiste como padre del Sacerdote D. Ramón Tejero Díez le ruego publique estas notas escritas contra el articulo publicado por Juan Luis Valenzuela, Todo lo referente a mi persona no me interesa replicar nada; nunca he negado mi participación en los sucesos del 23 de Febrero de 1981 a las órdenes del Rey hoy emérito y mi posterior negativa a aceptar el Gobierno Armada por estar plagado de socialistas y comunistas. Eso me costó 15 años de prisión y esto fue todo, pero hoy es mi hijo Ramón el agraviado y el que escribe el artículo, ni lo conoce, ni de ahora ni de antes.
La vida de mi hijo está a la vista de todos porque la unieron a la mía y todo sale a los medios de comunicación.
Mi hijo Ramón sintió la llamada al sacerdocio en su aspecto misionero por lo que sus últimos estudios los hizo en Lima (Perú) como integrante del movimiento «siervo de los pobres del tercer mundo» donde permaneció unos años sirviendo a la Iglesia en el Movimiento con toda fidelidad, pero la altura en que se encontraban sus lugares de misión entre otros el Lago Titicaca le hicieron un daño enorme. La escasez de oxígeno le produjo unos infartos de huesos en las piernas, causándole la muerte de los mismos, según los médicos tiene huesos de un hombre de 90 años de aquí que el procesionar largo tiempo le siente fatal y tenga que tomar fuertes analgésicos, no puede ponerse de rodillas, ni hacer esfuerzos con los pies, de todas formas celebró la procesión del Corpus en Totalan pueblo del que también es párroco.
No es un soberbio ni un «estirado», aunque sí es un hombre de carácter. Es conservador, religioso y patriota como toda la familia, como lo demostró el día de la Patrona de la Guardia Civil a la que asistí sin necesidad de invitación.
Tras su estancia en Cuzco, su salud se vio muy mermada y pidió un año en la Península, pero no se quedó en España, hizo una licenciatura de teología espiritual en Roma, la que terminó con la nota «Suma Cum Laude», que seguro que el tal Valenzuela no la ha visto en su vida.
Al regresar de Roma, fue destinado a Antequera con dos Parroquias, San Miguel y San Juan, siendo además profesor de la Escuela Universitaria de Magisterio y teniendo una destacada labor hacia los drogodependientes involucrándose en «Proyecto Hombre» momento en que le destinaron a Archidona donde permanece poco tiempo pero le dio tiempo a colaborar en la organización de la Jornada Mundial de la Juventud de París como delegado pontificio de S.S. Juan Pablo ll hoy Santo; hasta pasar a la Cala de Mijas donde permaneció 18 años donde además de construir Iglesia de Calahonda y proporcionar vacaciones a los hijos de Guardias Civiles de Vascongadas heridos psicológicamente así como a los niños y jóvenes de la A.V.T.
Muy querido en Mijas, a pesar de lo cual se le destina a la Cala Del Moral, pero antes de partir el Ayuntamiento donde hay Podemos e Izquierda Unida, le concede el título de «hijo adoptivo de Mijas» con la abstención de la izquierda, admitiendo su labor social y además se puso a la Plaza de la Iglesia el nombre de «Párroco Ramón Tejero».
Quisiera saber si el tal Valenzuela tiene alguna calle con su nombre o es hijo adoptivo de alguna ciudad, ya que para criticar a una persona hay que ser mejor que la criticada. Usted llama a mi hijo «Rojete el flojete» y yo le digo que Rojete es nuestro apellido al revés y no protestamos de ello y lo admitimos, pero el flojete me tendrá que explicar el porqué, ya que un hombre que se va a misiones y tras unos años en América vuelve con sus huesos molidos, que se va de esta forma a Roma, sacando la máxima nota en sus estudios, que le dan dos Parroquia en Antequera, arreglando la Iglesia de San Miguel y una vez en Mijas construye completamente la de Calahonda, fomenta Cáritas; y durante dos o tres años, convierte la Cala en un Belén Viviente con participación de todo el pueblo, se ocupa de huérfanos dándoles veraneo y finalmente tras el reconocimiento total de la Comunidad y la Plaza recibe su nombre. Creo que a todo esto junto a la lucha que aguanta de los de izquierdas de ese pueblo, aguantando como manda el Evangelio y predicando la Palabra de Dios conforme al Magisterio de la Iglesia y entregando a su parroquia la poca salud que tiene, con generosidad gratuita, a este hombre no se le puede llamar «flojete», quizás podría llamarse «Rojo flojo» al autor del panfleto, que no creo que tenga más mérito que el odio que rezuma sin límite, ya que hasta le molesta que mi hijo haya leído un poema que termina con un Viva España.
Fdo.
Antonio Tejero Molina.