Un techo, alimento y algo con lo que calentarse cuando aprieta el frío. Poco más hace falta, pero ni eso pueden permitirse muchas trabajadoras y trabajadores. Hay que hablar de estas cosas, hay que gritarlo en estos tiempos de antiokupas criminales: El verdadero crimen, el más duro, el que nos condena a la infamia, es permitir que dejen sin techo a nuestros semejantes. Ahí ronda la muerte. Nuestro periodismo es posible gracias a nuestros suscriptores. Únete a la República de Público y defiende el periodismo valiente, feminista y de izquierdas: https://bit.ly/3REUOTN Periodismo, investigación y compromiso para construir un mundo más igualitario.