La salida de tono de Isabel Díaz Ayuso se ha producido en la cesión de control al Gobierno autonómico, cuando se estaban tratando los presupuestos regionales.
«Yo entiendo que pedirle a un comunista que entienda de datos económicos es como pedirle a un neandertal que entienda de Internet», ha sido la respuesta, al más puro estilo ‘trumpista’, que ha dado este miércoles la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a una diputada regional de Unidas Podemos (UP) que le estaba interpelando sobre las cuentas para el próximo ejercicio.
La portavoz de UP, Carolina Alonso, preguntaba sobre si los presupuestos se dirigen a la reactivación económica de la región, después del duro golpe que supuso la irrupción de la pandemia de coronavirus.
Díaz Ayuso ha sacado pecho sobre la situación económica, esgrimiendo que Madrid ha crecido dos puntos por encima de la media nacional y que ha recibido la mayor inversión extranjera.
Sin embargo, los datos parecen no ser tan positivos. Así, según algunas proyecciones, como las del BBVA Research, al final de este año, tan solo seis regiones, entre las que no se encuentra Madrid, habrán alcanzado la actividad económica anterior a la pandemia: Cantabria, Galicia, Castilla – La Mancha, Extremadura, Murcia y Aragón.
En concreto, para este 2021 sitúa a la Comunidad de Madrid la tercera por la cola (de 17 regiones) en cuanto a crecimiento de su PIB, con un 4,7 %, muy por detrás de quienes encabezan la lista: Baleares (10,3 %), Canarias (8,1 %) y Cataluña (5,9 %).
Aparte de las estimaciones, los datos consolidados, como los manejados por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, un organismo independiente público, refleja que en noviembre Madrid ocupaba el puesto número 5º en cuanto a crecimiento intertrimestral, y el 6º en el interanual.
La dirigente regional ha querido insistir en que quienes reactivan la economía no es la clase política, sino autónomos y comerciantes a quienes el Gobierno de España «está arruinando».
Por su parte, la diputada de UP se ha lamentado de la falta de inversión en «innovación e industrialización verde», con un 40 % de recorte en Industria y ninguna ayuda hacia los trabajadores autónomos.