Una guerra con la Resistencia libanesa ocasionará el fin del régimen israelí, pues más de 150 000 misiles y 5000 drones esperan la hora cero para aplastar a Israel.
Lo que preocupa, política y militarmente, a los líderes del régimen israelí es la apertura del frente del sur de El Líbano en este momento y el lanzamiento de misiles hacia las ciudades de Al-Yalil (Galilea) y tal vez Haifa, Acre y Tel Aviv, ha subrayado Abdel Bari Atwan, editor del periódico árabe Raialyoum, en un análisis sobre los masivos ataques con cohetes llevados a cabo el jueves desde El Líbano contra los territorios palestinos ocupados por Israel.
El bombardeo con cohetes tuvo lugar en forma de relámpagos, y el sistema antimisiles Cúpula de Hierro del régimen sionista no pudo resistir los impactos y los misiles Katyusha y Grad apuntaron a la profundidad de los territorios ocupados.
El portavoz del ejército israelí afirmó que se dispararon 34 misiles desde el sur de El Líbano, de los cuales 25 fueron destruidos y al menos 5 de ellos alcanzaron sus objetivos en el norte de la Palestina ocupada. Esta es la afirmación de los propios sionistas, y todos saben muy bien cuánto oculta el régimen usurpador, la cantidad de pérdidas materiales y humanas.
El lanzamiento de estos cohetes es importante porque se realizó desde el sur de El Líbano, por primera vez desde la guerra de 2006, en solidaridad con los palestinos y en respuesta al brutal ataque de los sionistas contra los fieles palestinos en la Mezquita Al-Aqsa y una medida para la “unificación de los campos” dentro y fuera de los territorios ocupados.
La importancia de estos misiles no se mide por el número de muertos o heridos causados al ejército sionista o a sus colonos, sino por sus efectos psicológicos y consecuencias sobre las instituciones políticas y militares del régimen. Por lo tanto, el régimen sionista ya no es capaz de proteger a los colonos, y esto significa el declive de la seguridad y la fuga de empresas e inversiones extranjeras y el aumento de la migración inversa de israelíes.
El sonido de las sirenas de alarma en la mayoría de los asentamientos sionistas y la huida de miles de personas a los refugios ponen al primer ministro del régimen israelí, Benjamín Netanyahu, y a su gabinete fascista y a toda la “existencia” de este régimen en una posición difícil, sobre todo porque en estos días el régimen de ocupación se enfrenta a severas divisiones y señales de una guerra civil, y cientos de miles de personas salen a las calles y plazas en movilizaciones de protesta.
Los misiles lanzados pueden describirse como menos peligrosos que los misiles balísticos de alta precisión, decenas de miles de las cuales están en posesión del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá).
Por esta razón, la acción de Hezbolá hoy puede considerarse como una advertencia a Netanyahu y su falso régimen, de que la continuación del ataque brutal a la Mezquita Al-Aqsa y el ataque a los fieles palestinos tendrá consecuencias nefastas, y es posible, como advirtió recientemente en una alocuación el líder Hezbolá, Seyed Hasan Nasralá, provocaría una guerra regional.
El ataque con misiles desde El Líbano coincidió con la reciente agresión del régimen sionista en Siria, acometida que desencadenó el martirio de dos asesores iraníes, tras lo cual el Cuerpo de Guardianes de Revolucionaria Islámica (CGRI) de Irán prometió venganza y confirmó que la decisión de confrontar al régimen sionista se ha emitido en todas partes y ha entrado en la etapa estratégica y ha terminado el silencio estratégico del Eje de la Resistencia y sus brazos de ataque, y no es improbable que seamos testigos de sorpresas impactantes para el régimen de ocupación en los próximos días y semanas.
Lo destacable es que Netanyahu, como es habitual, no ha amenazado con destruir El Líbano y eliminarlo, y sus líderes militares han confirmado en declaraciones publicadas en algunos diarios y sitios web que el premier no quiere comenzar una guerra con El Líbano y prefiere la paz y su única explicación es que se dio cuenta de que esta guerra, si estalla, será el principio del fin para su gabinete, porque hay más de 150 000 misiles y 5000 drones suicidas esperando la hora cero y la luz verde para bombardear Haifa y otras colonias israelíes.
El lanzamiento de cohetes desde el sur libanés para bombardear asentamientos en el norte de la Palestina ocupada por parte de cualquier grupo no puede realizarse sin la coordinación con la Resistencia libanesa, especialmente el líder de Hezbolá, y los entes militares del régimen sionista son muy conscientes de este hecho.
Netanyahu quiere una guerra para escapar de sus crisis internas cada vez más profundas, y están surgiendo los primeros signos de guerra, entonces, ¿enviará sus tanques para atacar el sur del El Líbano?, ha cuestionado el articulista.
Estamos casi seguros de que enviará a su enviado a Washington, París y Londres en busca de un acuerdo de alto el fuego y ofrecerá importantes concesiones, la más destacada de las cuales es el cese de los asaltos a la Mezquita Al-Aqsa.
El primer ministro del régimen de Tel Aviv, incapaz de hacer frente a la Resistencia palestina en la sitiada Franja de Gaza, ¿cómo puede lanzar un ataque militar contra el sur del Líbano, que está equipado con misiles y drones?, ha concluido el escritor.
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