Premier británico no descarta deportación de Ucranianos a Ruanda

El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, durante un discurso en Kigali, Ruanda, 23 de junio de 2022. (Foto: Getty images)

Reino Unido avisa de que aquellos ucranianos que lleguen al país de forma ilegal podrían ser deportados a Ruanda, bajo el criticado plan del Gobierno británico.

El primer ministro británico, Boris Johnson, afirmó el jueves que también los refugiados ucranianos podrían ser deportados a Ruanda, en plena polémica por el acuerdo entre los dos países, tal como informó el medio británico, The Guardian.

“La única circunstancia en la que la gente será enviada a Ruanda sería si llegan ilegalmente y, por lo tanto, socavan las rutas seguras y legales que tenemos. Creo que estamos concediendo 130 000 visados a ucranianos y ellos tienen al menos dos rutas muy buenas para venir a nuestro país”, señaló Johnson en Kigali, la capital ruandesa, donde se celebra el encuentro de los jefes de Gobierno de la Mancomunidad Británica de Naciones.

Sin embargo, matizó que, si vienen de forma ilegal, pasan por encima de todos aquellos que lo hacen legalmente, por lo que, podrían ser deportados.

Polémico plan británico para deportar migrantes a Ruanda

El polémico plan de deportación a Ruanda de personas de cualquier nacionalidad que soliciten asilo tras pisar el suelo británico de forma irregular fue presentado por Johnson el 14 de abril como parte del sistema británico de asilo pos-Brexit.

El año pasado, el Reino Unido vio entrar a sus tierras a 28 000 migrantes indocumentados a través del canal de la Mancha. El Gobierno de Johnson encontró la solución a esta crisis migratoria a unos 6500 kilómetros de su frontera. Precisamente, en Ruanda, un país en el este del continente africano que por un acuerdo que se firmó, recibirá a los migrantes irregulares que llegan a las costas británicas.

Al respecto, Johnson aseguró que el objetivo de la iniciativa es luchar el contrabando de migrantes, salvar la vida de los solicitantes de asilo y, por supuesto, bajar los costes.

La nueva medida ya recibió críticas por parte de la Oposición británica que la tachan de “impracticable, poco ético, e ineficaz”. Además, la rechazaron los organismos humanitarios como Amnistía Internacional (AI) y las Naciones Unidas por ser poco compasivo.