Recuerda a la historia del doctor Jekyll y míster Hyde, pero en realidad es la del Pedro Sánchez líder de la oposición y el Pedro Sánchez presidente del Gobierno. Ocurre con multitud de temas, porque la metamorfosis del poder, eso que los politólogos llaman realpolitik, suele jugar malas pasadas, sobre todo cuando el antes y el después queda cronológicamente ordenado en un timeline de Twitter que se presta a ser rescatado en los momentos clave.
Y uno de esos momentos lo ha marcado el trágico salto a la valla de Melilla del pasado viernes, en el que han muerto 23 personas migrantes, según Marruecos, y 37 según varias ONG en el terreno. A pesar de la dureza de las imágenes que muestran a decenas de migrantes heridos, desparramados por el suelo, algunos inconscientes y, aun así, siendo golpeados por los gendarmes marroquíes, Pedro Sánchez ha defendido hasta en dos ocasiones la actuación de las fuerzas de seguridad del país vecino, que hasta hace menos de dos meses se había convertido en el auténtico villano por la crisis diplomática que estalló en mayo de 2021.
A Sánchez le ha parecido bien la violencia empleada por Marruecos para evitar que cientos de personas cruzaran la valla, que se les devolviera en caliente y ni siquiera ha enviado un mensaje de disculpa o de pesar por las muertes y los heridos. No opinaba lo mismo en 2018, como señalan varios tuiteros.
Entonces, el Pedro Sánchez líder de la oposición se preguntaba cuántas personas más tenían que morir hasta que hubiera una política justa de fronteras y medidas para «proteger a las personas que huyen de las guerras y que ampara el derecho internacional». Lo hacía al hilo del hallazgo de una patera con 20 cadáveres de personas subsaharianas.
El viernes murieron también más de 20, también subsaharianas y también posibles solicitantes de asilo, pero el Sánchez presidente del Gobierno tenía otro discurso. El mismo viernes, antes de conocerse la envergadura de la tragedia, Sánchez llegó a decir que el asunto había sido «bien resuelto» por Marruecos. Ni siquiera ha rectificado 37 muertos después, algo que también ha centrado las críticas de cientos de personas en las redes.