El príncipe heredero saudí ha otorgado una inversión de 2000 millones de dólares al yerno de Trump a pesar de la oposición de un órgano de supervisión.
Seis meses después de dejar la Casa Blanca, Jared Kushner, asesor y yerno del expresidente de EE.UU. Donald Trump, logró una inversión de 2000 millones de dólares de un fondo liderado por el príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman (MBS), un aliado cercano durante la Administración Trump, a pesar de las objeciones de los asesores del fondo sobre los méritos del acuerdo, informó recientemente The New York Times (NYT).
Un panel que evalúa las inversiones del principal fondo soberano de inversión de Arabia Saudí citó preocupaciones sobre el acuerdo propuesto con la firma de capital privado recién formada de Kushner, Affinity Partners, según muestran documentos no revelados anteriormente.
No obstante, Bin Salman hizo caso omiso a las advertencias de dicho panel y se firmó el acuerdo, que según los expertos citados por NYT, crea la apariencia de una amortización potencial por las acciones de Kushner en la Casa Blanca, o de una oferta de favor futuro si Trump busca y gana otro mandato presidencial en 2024.
Kushner protege a Bin Salman, asesino de Khashoggi
Tal y como recuerda el rotativo, eso se produce mientras Kushner desempeñó un papel destacado dentro de la Administración Trump defendiendo a Bin Salman después de que las agencias de inteligencia de EE.UU. concluyeran que este último había aprobado el asesinato y desmembramiento del periodista disidente saudí Jamal Khashoggi a principios de octubre de 2018 en el consulado saudí en la ciudad turca de Estambul.
Además, señala que Kushner también ayudó a intermediar un pacto de 110 mil millones de dólares en ventas de armas a Arabia Saudí durante 10 años; de hecho, ayudó a proteger esas y otras transacciones de armas ante la indignación del Congreso estadounidense por el asesinato de Khashoggi y la catástrofe humanitaria creada por la llamada coalición liderada por la monarquía árabe en Yemen.
En octubre de 2018, el congresista estadounidense Joaquín Castro acusó al propio Kushner de estar implicado en el asesinato de Khashoggi por haber presentado a Bin Salman una “lista de enemigos” de Arabia Saudí, elaborada por la inteligencia estadounidense y en la que figuraba el nombre de este periodista.