El chico presentaba síntomas como aislamiento domiciliario, rechazo de las interacciones sociales, poco interés en su entorno, inflexibilidad personal persistente y negación a acudir a los servicios sanitarios.
Un equipo de especialistas del Hospital Provincial de Castellón, la Universitat Jaume I y el Hospital General Universitario ha dado a conocer recientemente el primer caso clínico en el mundo de un menor con adicción grave a un videojuego, lo que obligó a hospitalizarlo durante dos meses por dicho motivo, informa Europa Press.
El menor, cuya identidad y edad exactas no han sido reveladas, procede del municipio de Castellón (Valencia, España) y había desarrollado una adicción al videojuego ‘Fortnite’ tras la muerte de un familiar, presentando síntomas como aislamiento domiciliario, rechazo de las interacciones sociales, poco interés en su entorno, inflexibilidad personal persistente y negación a acudir a servicios sanitarios. También presentaba alteraciones en el desempeño de las actividades básicas de la vida diaria, en la toma del tratamiento prescrito en el hospital y en el ritmo de sueño.
Por otro lado, si bien se trataba de un menor con un muy alto rendimiento académico previo, su familia observó desde el inicio del curso un mayor absentismo escolar, así como la ruptura de los horarios de descanso y su desvinculación del ritmo de los programas académicos.
Su caso fue tratado mediante un abordaje intensivo multidisciplinar, desde un enfoque cognitivo conductual, trabajando tanto con el paciente como con su familia, todo ello unido a la implementación de estrategias como reestructuración cognitiva, el desarrollo de habilidades personales y el manejo de contingencias. Ello le permitió «ser capaz de apreciar las repercusiones que el uso del videojuego estaba teniendo en su vida diaria», así como «abordar el duelo por la muerte de su familiar y cómo el empleo del juego comenzó como un refugio para su malestar emocional«, según el equipo de investigadores.
Los especialistas implicados en el caso advierten de la necesidad de prestar atención a los comportamientos de los menores que juegan a videojuegos, debido a «la precocidad creciente en su consumo», especialmente por «la falta de maduración en las funciones ejecutivas y cognitivas durante la adolescencia». También recomiendan que, en el caso de notar que un menor empieza a aislarse socialmente y a tener un menor rendimiento académico, deben tomarse cartas en el asunto cuando antes y recurrir a la ayuda profesional.