Un informe revela que en las bases científicas de Estados Unidos en la Antártida ocurren un sinnúmero de episodios de acoso y abuso sexual.
Siete de cada diez mujeres y casi cinco de cada diez hombres apuntan a que hay un problema de acoso sexual entre los trabajadores en las bases estadounidenses en la Antártida, mientras que los porcentajes bajan al 47 % y 33 %, respectivamente, en cuestión de agresión sexual, revela un reciente análisis de la Fundación Nacional de Ciencia.
El estudio, del que hizo eco el jueves la radio NPR, recurrió a sondeos anónimos y conversaciones en grupo, y sus conclusiones evidencian que tanto hombres como mujeres consideran que ese tipo de conducta y delito es un problema recurrente en la Antártida, donde EE.UU. tiene tres bases permanentes, a saber, McMurdo, South Pole y Palmer Station.
“Mucha gente me dijo que no tenía que ir a South Pole sin pareja porque me iban a acosar constantemente”, sostuvo una persona, bajo condición de anonimato.
Otra mujer que respondió al sondeo denunció que “todas las mujeres a las que conocí allí habían experimentado una agresión o un acoso”.
La investigación recalca que el espacio de vida y de trabajo en la Antártida es limitado y la privacidad “casi inexistente”, por lo que la línea que separa lo personal y lo profesional suele estar difuminada.
Ante tal coyuntura, la Fundación Nacional de Ciencia ve urgente mejorar la comunicación, incrementar el compromiso y la rendición de cuentas o fortalecer la ayuda a las víctimas, y sostiene que ya se han empezado a tomar medidas al respecto.