Moscú advierte de que las acciones de Occidente en Ucrania podrían conducir a una “confrontación militar” entre Estados Unidos y Rusia.
El embajador ruso en Washington, Anatoli Antónov, denunció que el apoyo militar que el Gobierno norteamericano y sus aliados europeos brindan a Ucrania solo empeora la crisis y podría conducir potencialmente a un conflicto directo entre Estados Unidos y Rusia.
En una entrevista concedida a la revista estadounidense Newsweek publicada el viernes, Antónov alertó que Estados occidentales están directamente involucrados en la situación actual que vive Ucrania, ya que continúan enviando armas y municiones a este país, “incitando así a un mayor derramamiento de sangre”.
“Advertimos que tales acciones son peligrosas y provocativas, pues están dirigidas contra nuestro Estado. Pueden llevar a EE.UU. y la Federación Rusa al camino de la confrontación militar directa. Cualquier suministro de armas y equipo militar de Occidente, realizado por convoyes de transporte al territorio de Ucrania, es un objetivo militar legítimo para nuestras Fuerzas Armadas”, sostuvo.
Limpieza étnica e intentos para unirse a OTAN causaron crisis en Ucrania
En otra parte de la entrevista, el diplomático ruso argumentó que la supuesta limpieza étnica de Ucrania, junto con su intento de ingresar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) fueron las causas que obligaron a Rusia a iniciar una operación militar en el territorio ucraniano el pasado 24 de febrero.
“La operación especial en Ucrania es el resultado de la falta de voluntad del régimen de Kiev para detener el genocidio de los rusos mediante el cumplimiento de sus obligaciones en virtud de los compromisos internacionales. También es evidente el deseo de los Estados miembros de la OTAN de utilizar el territorio de un Estado vecino para establecer un punto de apoyo en la lucha contra Rusia”, afirmó.
De hecho, prosiguió, los recientes acontecimientos en Ucrania tienen sus raíces ocho años antes, cuando la llamada “revolución de la dignidad” derrocó al gobierno de Víktor Yanukóvich y puso en el poder a una administración prooccidental que buscaba vínculos más estrechos con la Alianza Atlántica y la Unión Europea (UE).
Tal y como manifestó Antonov, para Rusia, dicha revolución fue un “golpe de Estado sangriento instigado por Occidente” por el que “las ideas ultranacionalistas llegaron al poder en Kiev”.
Ahora, Rusia tiene como objetivo “desmilitarizar y desnazificar a Ucrania” a fin de reducir las amenazas militares planteadas por el Occidente que intenta “utilizar al hermano pueblo ucraniano en la lucha contra los rusos”, puntualizó.