Según la agencia local de noticias TASS, el viceprimer ministro de Rusia, Yuri Borisov, expresó el lunes la disposición de su país para suministrar armas y hardware militares a los Estados miembros de la OTSC, a fin de reforzar sus fronteras con Afganistán.

“Haremos todo lo posible para aumentar la seguridad en nuestras fronteras del sur”, señaló Borisov ante los medios de comunicación.

El 7 de julio pasado, el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, resaltó que Moscú no escatimaría esfuerzos para proteger a sus aliados de ataques y utilizaria sus bases militares entre la frontera de Tayikistán y Afganistán, en caso de una agresión directa de los talibanes, que reciente mente han llegado a poder.

Las bases ubicadas en Dushanbe y Qurghonteppa (Tayikistán) son las más grandes de Rusia fuera de sus fronteras nacionales.

Asimismo, el presidente ruso, Vladimir Putin, durante un encuentro que sostuvo el pasado junio con su par estadounidense, Joe Biden, en Ginebra, Suiza, había subrayado que se oponía a cualquier despliegue de las tropas estadounidenses en los países de Asia Central.

Rusia, que considera a EE.UU. como la principal fuente de inestabilidad del mundo, ha avisado a sus aliados, vecinos y amigos en Asia Central sobre las consecuencias de albergar bases militares norteamericanas en sus territorios.

Moscú culpa a Washington y sus aliados en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), por el actual caos en Afganistán, pese a los 20 años de la presencia militar occidental. Kabul, capital afgana, cayó el fin de semana en manos de los talibanes, después de la salida apresurada de las tropas extranjeras, encabezadas por EE.UU.

En lo que va de este mes, Rusia ha mostrado músculo ante Estados Unidos y la OTAN, efectuando ejercicios militares cerca de las fronteras afganas.