El expresidente ruso Dmitri Medvédev avisa de la posible formación de una alianza militar antiestadounidense a escala global ante la belicosidad de Occidente.
Medvédev anunció el domingo en la red social Telegram que Occidente, encabezado por EE.UU., estará listo para hacer interminables intentos por mutilar o destruir a Rusia, ante lo cual, una nueva alianza militar podría surgir a nivel mundial.
“La reunión de Ramstein (reunión del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania que tiene lugar en la base militar de Ramstein, en Alemania) y el suministro de armas pesadas a Ucrania no dejan dudas de que nuestros enemigos intentarán mutilarnos o incluso destruirnos a perpetuidad. Y tienen suficientes armas para eso. También podrían comenzar a producir otras nuevas, de ser necesario”, indicó el también vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, mientras resumía las dos conclusiones a las que había arribado en el proceso.
El alto funcionario destacó —en referencia a la historia de guerras prolongadas— que, en primer lugar, “sería muy difícil [afrontar un conflicto de desgaste]” y, en segundo lugar, “en caso de un conflicto prolongado, podría aparecer una nueva alianza militar, integrada por aquellos países que están molestos con los estadounidenses” y sus aliados.
Conforme al diplomático, el mundo volverá a ser un lugar estable cuando Estados Unidos abandone Europa y “lo que quede de los pobres ucranianos, a menos que sea demasiado tarde”.
La guerra en Ucrania, con todas sus consecuencias en diversos campos, está en su undécimo mes. El viernes, los titulares de Defensa de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), se reunieron en la base militar de Ramstein, Alemania.
¿Qué objetivos marcaron la reunión de Ramstein?
El encuentro en Ramstein de los líderes de Defensa de países europeos y de Estados Unidos, junto con la OTAN, se enfocó en el conflicto Ucrania-Rusia, con dos aristas: el envío de más suministro militar al país eslavo, debido a las varias divergencias entre los socios al respecto, en especial por la provisión de tanques, modernos sistemas de defensa antiaérea, cazas, vehículos aéreos no tripulados, entre otros, en particular ante la insistencia del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de la necesidad de masivo apoyo internacional con armamento más sofisticado y letal, algo a lo que países como Alemania no están dispuestos a asumir los costos.
La otra arista que se trazó: la llegada a un consenso para definir una estrategia común frente a Rusia, sobre todo cuando Zelenski ha dicho a Occidente que busca recapturar los territorios que se anexionaron a la Federación Rusa, y cuando ha comenzado una nueva fase en la guerra, que los expertos llaman “conflicto congelado” [latente, pero sin solución real, en el que no existe la participación de mecanismos supranacionales para zanjarlo a satisfacción de las partes involucradas].
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