Tensión nacional por el control del PP de Madrid: «No es una guerra interna, es un asalto al poder»

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Una pugna en torno al control del aparato del partido en la Comunidad de Madrid en la antesala de la convención nacional revela tensiones entre el Comité Ejecutivo y el entorno de la presidenta regional madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Las posiciones están encontradas y la dirección nacional podría resentirse, cuyo liderazgo las facciones se disputan.
A falta de un par de semanas para la convención nacional del Partido Popular, evento donde Pablo Casado buscará reforzar su estrategia de oposición parala segunda parte de la legislatura, las tensiones derivadas del anuncio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de presentar su candidatura a presidir el partido en Madrid, están enrareciendo el ambiente de cara a la gran cita interna de la formación conservadora y también visibilizando una pugna por su futuro control.
Presidido por una gestora desde que en abril de 2018 Cristina Cifuentes dimitiera de su cargo, el control por el PP madrileño ha desatado una especie de guerra interna cuyo alcance afecta a la dirección nacional del partido. Todavía sin convocar, aunque en teoría previsto para la primavera de 2022, el congreso que definirá quién dirigirá el partido en Madrid enfrenta de una parte a Díaz Ayuso y de otra a los teóricos candidatos del aparato nacional del PP, una de cuyas cabezas visibles es el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida. Los analistas intuyen que la tensión afecta al futuro del presidente del partido, Pablo Casado, quien ha rechazado las pretensiones de Ayuso para adelantar el congreso regional.
El deseo de Ayuso de adelantar el congreso del PP madrileño obedece en teoría a la necesidad de preparar cuanto antes las elecciones autonómicas y municipales de 2021 y poder así determinar los candidatos. Pero tal deseo causa malestar en la dirección nacional, al entender que el debate daña a los intereses del partido, volcado en la preparación de la convención nacional del 2 y 3 de octubre que deberá arropar a Pablo Casado como líder indiscutible de la organización y candidato a la presidencia del Gobierno de España en un momento en que las encuestas le son favorables.