El mismo día en que Rusia presentaba ante la ONU un proyecto de convención contra la ciberdelincuencia, el presidente de EEUU, Joe Biden, declaraba sin pruebas que el país euroasiático está interfiriendo en las elecciones de medio mandato de EEUU de 2022, y que eso podría derivar en una guerra real.
Universos paralelos
El martes 27 de julio tuvieron lugar unos acontecimientos antagónicos. Mientras Rusia se convertía en el primer país del mundo en presentar ante el comité especial la ONU, un proyecto de convención universal sobre la lucha contra los delitos relacionados con la información, el inquilino de la Casa Blanca daba rienda suelta –en el mejor de los casos– a su imaginación, o a la de los servicios de Inteligencia estadounidenses. En el peor de los casos, a la desinformación.
Como si estuviera en pleno rodaje de ‘Volver al futuro’, y ataviado con el vestuario del Dr. Emmett L. Brown, aquel científico excéntrico, declaró que Moscú, mediante ciberataques, ya está interfiriendo en las elecciones legislativas de medio mandato que tendrán lugar en 2022. Sólo actuando en una película como esa, podría tener una línea en el libreto que dijera lo que dijo: «Miren lo que Rusia está haciendo con las elecciones de 2022 y la desinformación. Es una violación a nuestra soberanía». Es decir, Rusia ya está en el futuro, Biden viajó hacia allí, y paradójicamente pudo ver lo que Rusia está haciendo en este momento.
Entonces Biden, quien esta semana confundió a Trump con Obama, disparó: «Creo que es probable que terminemos en una guerra, una guerra con tiros de verdad […] Va a ser una consecuencia de los ataques informáticos, de grandes consecuencias».
Para el analista internacional Eduardo Luque, cualquier dirigente político debería guardarse de hacer este tipo de declaraciones a la ligera: «Solamente gente que tiene un nivel intelectual bajo, y un conocimiento muy pobre de la realidad, es capaz de hacer semejantes afirmaciones contra países que están armados con armas de destrucción masiva de forma importante».
«Todas estas declaraciones revelan la flaqueza, la pobreza en el argumentario de EEUU que se está viendo derrotado en todos los frentes, y está en un retroceso importante como potencia imperial», apunta el analista.
La otra cara
Las declaraciones de Biden contrastaban con las que realizaba el mismo día el embajador de Rusia en EEUU, Anatoli Antónov: «Rusia está abierta a una cooperación honesta y mutuamente beneficiosa, sin politización ni agendas ocultas. Adoptamos un enfoque responsable de los problemas de ciberseguridad». En este sentido Luque advierte que «la posición de Rusia es responsable».
El mismo Antónov que por estos días también manifestaba que desde el año 2015 Moscú ha enviado a Washington seis propuestas de diálogo en materia de seguridad informática, pero no ha obtenido respuesta a ninguna.
Unos términos muy parecidos a los de Rusia utilizó China este jueves, pero desde otro eje, al acusar a EEUU de politizar la seguridad cibernética para mantener a las empresas tecnológicas chinas fuera del mercado internacional y advierte que las políticas abusivas de seguridad nacional de Washington amenazan el futuro del comercio mundial.
Tras mencionar el reciente escándalo que sacudió a la UE y que implicaba a Dinamarca como facilitador del espionaje por parte de la inteligencia estadounidense a líderes europeos, el portavoz del Ministerio de Defensa del gigante asiático, Wu Qian, afirmó que EEUU ha llevado a cabo ciberespionaje, vigilancia y ataques a gran escala contra Gobiernos, empresas e individuos extranjeros durante años, lo que a su juicio deja claro que EEUU es considerado en todo el mundo como «el imperio de la piratería y el robo de secretos».
«El mayor país que daña la ciberseguridad es especialmente EEUU, seguido de Canadá y de Reino Unido», afirma Eduardo Luque al respecto.
Rusia y China ensamblados
En este contexto, esta semana China ha realizado ejercicios militares en el mar de China Meridional, pero además Pekín y Moscú han anunciado la celebración de ejercicios militares conjuntos en territorio chino este mes de agosto con la participación de unos 10.000 soldados. De acuerdo a Luque, estas maniobras son todo un mensaje para EEUU, la OTAN y Occidente en general.
A mencionar las incursiones de buques destructores de Reino Unido, tanto en el mar de China Meridional, como en el mar Negro, lo que ha incluido la violación de aguas territoriales en unas estrategias de presión de la Alianza Atlántica, Eduardo Luque se expresa de forma contundente: «Parece que la OTAN está guiada por un auténtico ‘mono loco'».