Lo que no se está diciendo en los medios sobre la estrategia de Pedro Sánchez

VICENÇ NAVARRO

Catedrático Emérito de Ciencias Políticas y Políticas Públicas
Universitat Pompeu Fabra

Está habiendo una avalancha mediática en España que intenta culpabilizar a Podemos en general, y a Pablo Iglesias en particular, por el fracaso de la investidura del candidato a la presidencia del gobierno, el Sr. Pedro Sánchez, atribuyéndoles unas prácticas negociadoras prepotentes y unas demandas desproporcionadas que no se corresponden con su peso electoral. Su petición de establecer un gobierno de coalición primero, y su supuesto rechazo después de los sillones que les ofrecía el equipo negociador de Pedro Sánchez (una vicepresidencia y tres ministerios) han sido mostrados como prueba de su irracionalidad.

Tal mensaje ha sido dominante en los grandes medios de información españoles, la mayoría de los cuales han sostenido posturas de clara hostilidad hacia Podemos y, muy en particular, hacia Pablo Iglesias, el dirigente de izquierdas más “demonizado” por el establishment mediático español en los últimos años. Lo que es sorprendente es que tal interpretación de las causas del fracaso de las negociaciones también haya sido promovida por algunos sectores de izquierdas, tanto dentro como fuera del PSOE. Entre estos últimos incluso se ha celebrado el fracaso del intento de establecer una coalición, pues ello parece abrir la posibilidad de que en lugar de un gobierno de coalición se establezca un pacto de gobierno entre el PSOE y Unidas Podemos que le permita al PSOE gobernar en solitario bajo el apoyo y supervisión de las izquierdas a la izquierda del PSOE. Aunque tal alternativa parecería razonable, parece olvidar algunos puntos importantes. Veámoslos.

Algunos de los consejeros más próximos a Pedro Sánchez consideran que uno de los retos más importantes en los próximos cuatro años será su expansión a base de atraer al votante de centro, que está siendo abandonado por Ciudadanos y por el PP. Hoy estamos viendo la enorme derechización de tales partidos como resultado de su alianza con Vox, partido de claras raíces franquistas, que está redefiniendo los parámetros ideológicos de las derechas españolas, dejando su imprimátur en dos dimensiones clave: una es su neoliberalismo sin tapujos, haciendo propuestas extremas en áreas económicas y sociales en las que se había alcanzado durante el periodo democrático un consenso dentro del establishment político-mediático del país de establecer un Estado Social, que se quiere ahora revertir con el objetivo de empequeñecer todavía más el ya reducido Estado del Bienestar español; y la otra dimensión característica de las derechas actuales es la defensa extrema y radical del Estado borbónico uninacional y radial aprobado en la Transición, la cual continúan definiendo como modélica pero que sirvió para perpetuar la cultura franquista dentro de un amplio sector de las estructuras del Estado. Su beligerancia nacionalista españolista, hostil a una visión de España poliédrica, pluricéntrica y plurinacional (a la que definen como la “anti-España”) se ha reavivado, con una gran hostilidad hacia los nacionalismos “periféricos” y muy en especial al catalán. Ello ha implicado una radicalización de este último, facilitando el crecimiento del separatismo en amplios sectores del nacionalismo catalán, que ha generado a su vez la radicalización del nacionalismo españolista de las derechas españolas. Se ha establecido, de esta manera, un círculo vicioso en el que la radicalización de un polo supone automáticamente la radicalización del opuesto.

Esta derechización de los partidos que se definían como de centroderecha ha dejado un enorme vacío en lo que se llama el centro (que es, en realidad, la derecha democrática), que tales asesores de Sánchez quieren capturar de nuevo. Esta estrategia es clave para entender el comportamiento de Pedro Sánchez, para el cual la coalición con Unidas Podemos dificultaría enormemente esta estrategia de captación del centro.

El problema que tiene la estrategia de Pedro Sánchez

Ahora bien, para que esta estrategia tenga efecto, el mayor obstáculo que tiene Sánchez es la ilusión que su victoria en las primarias del PSOE (como consecuencia de la imagen que Sánchez dio de mover el PSOE a la izquierda, “podemizando” incluso su discurso) creó entre sus bases (causa de su victoria el 28 de abril y, más tarde, en las municipales de mayo). El deseo entre sus bases de que se establezca un gobierno de coalición con Unidas Podemos representa un problema para él. De ahí que fuera a última hora (48 horas antes del día de la investidura) cuando se inició la negociación, con el intento de dar la imagen que así intentaba alcanzar un acuerdo (sin, en realidad, desearlo). Con este propósito impuso durante las negociaciones unos términos que dificultaban dicho acuerdo. No se explica que tardara tanto en iniciar las negociaciones con Unidas Podemos, ni tampoco sus exigencias (como vetar a Pablo Iglesias en el posible gobierno de coalición), sin entender que la coalición no fue una alternativa considerada seriamente por Sánchez. Y su mayor sorpresa (y un problema para su estrategia) fue que Pablo Iglesias incluso cedió a su demanda y se retiró. Tal decisión le creó un problema que incluso se acrecentó en la medida que el equipo negociador de Unidas Podemos fue cediendo en muchas de sus propuestas. En realidad, en contra de la imagen que quisieron crear (de que a Unidas Podemos solo le interesaban los “sillones”), Sánchez era consciente de que no eran los cargos, sino las políticas concretas que proponía Unidas Podemos (como incrementar el salario mínimo, corregir el enorme desequilibrio en la negociación colectiva entre el mundo empresarial y el mundo laboral, el control del precio de los alquileres, y un largo etcétera), las que él no quería aceptar. De ahí que ninguno de los ministerios que Sánchez ofrecía a Unidas Podemos hubiera permitido hacer tales reformas. Ni que decir tiene que también hubo errores por parte del equipo negociador de Unidas Podemos. Pero tales fallos (derivados de la enorme urgencia y presión de tiempo, con una negociación de menos de 48 horas) no explican el fracaso de la investidura, pues el punto clave fue la resistencia de Sánchez a establecer una coalición con Unidas Podemos.

Creerse que un gobierno Sánchez aceptaría, a pie juntillas, un programa pactado con Unidas Podemos es poco creíble. Lo ocurrido con el presupuesto pactado es un ejemplo de ello. Ni que decir tiene que un gobierno Sánchez sería mejor que un gobierno del PP, C’s y Vox. Y ahí está el chantaje de Sánchez. Pero el coste para España sería también grande. De ahí la enorme importancia de movilizar las fuerzas progresistas, incluyendo las bases y las izquierdas dentro del PSOE (que existen y que desean un gobierno de coalición) para que presionen y denuncien el mensaje que Sánchez está dando de que él lo está “intentando”. Este “intento” está, en realidad, lleno de triquiñuelas (como cambiar los textos usados en la negociación antes de enviárselos a los medios) y malas prácticas (incluyendo malinterpretaciones de lo dicho y expuesto, como el deseo de controlar todos los ingresos del Estado y el 50{14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea} del gasto (¿?!!)), pues la realidad es que el equipo negociador de Unidas Podemos había cedido tanto que casi estaban a punto de llegar a un acuerdo. Y miembros del equipo negociador del PSOE eran plenamente conscientes de ello. Era solo cuestión de horas, pero Sánchez no quiso. El tono insultante adoptado desde entonces con Unidas Podemos dificulta todavía más la posibilidad de un pacto con Unidas Podemos. De ahí que el próximo paso sea mostrar que esta coalición es posible, señalando con datos y sin insultos por qué es así. Para ello los miembros de los equipos negociadores deberían sentarse de nuevo y aceptar que sí se puede, en caso de que se desee. Para ello es fundamental que se dejen a un lado los insultos y el enfado, y que se antepongan los intereses del país a los intereses partidistas, que francamente creo que ha sido más la característica de una que no de las dos partes. Lo que ocurra en estas semanas definirá lo que suceda en los próximos diez años.

José Antonio Pérez Tapias duda en La Cafetera sobre la voluntad de negociar del PSOE : “estamos en una situación parecida a la de 2016″

perez-tapias

 

El socialista José Antonio Pérez Tapias fue entrevistado en el programa La Cafetera donde afirmó ver “la investidura en un punto muy difícil, salvo que una pirueta en los días que restan lleven a la abstención PP y Ciudadanos”.

Así lo dijo en La Cafetera de radiocable.com, donde explicó que dicha abstención “supondría un peaje fuerte para el PSOE respecto a cuestiones claves” (entrevista a partir del minuto 27:35).

“Lo sorprendente es que Pedro Sánchez haya asumido los planteamientos de quienes fueron sus antagonistas internos en el mismo PSOE”- señaló. “Sánchez se opuso a esa abstención, hizo el lema del ‘no es no’ y ahora entra en una contradicción flagrante, retractándose de lo que sostuvo, de lo que le llevó a la Secretaría General”- apuntó .

Para Tapias “estamos en una situación parecida a la de 2016 y se comprueba que la voluntad de negociar en serio por parte del PSOE no ha quedado ni mucho menos clara”.

Además hizo hincapié en que “buscar de manera efectiva un pacto por la izquierda supone asumir compromisos dispuestos a ser cumplidos”. Como “una reforma constitucional en serio, levantar lo que ha supuesto la reforma laboral, la ley mordaza y buscar vías de salida dialógicas ante la situación de Cataluña”. Pero, dijo: “Ante todas estas cuestiones parece ser que el PSOE se repliega, confirmando una y otra vez eso que acompaña a la socialdemocracia que es la tibieza a la hora de afrontar cuestiones de calado inaplazables”.

El programa sometió a debate en la red el tratamiento que dan a la actualidad las portadas de los periódicos del día.

Dar una nueva vida a viejos aparatos eléctricos

Un proyecto en Viena ofrece trabajo a los desempleados de larga duración

Sobre este proyecto

El «Demontage- und Recycling-Zentrum» (Centro de Desmontaje y Reciclado), también conocido por sus siglas DRZ, ofrece trabajo temporal a los demandantes de empleo de Viena, aumentando así sus posibilidades de encontrar puestos de trabajo permanentes. El departamento de desmontaje del DRZ clasifica, desmonta y recicla antiguos aparatos eléctricos, que el departamento de reutilización repara posteriormente. El Centro alberga también el «trash_design manufactory», un taller en el que se crean productos valorizados a partir de residuos electrónicos.

Este proyecto se puso en marcha hace más de diez años y en su fase inicial recibió 324.000 euros del Fondo Social Europeo. Ahora el DRZ forma parte de Wiener Volkshochschulen GmbH y recibe financiación del Servicio de Empleo Público de Viena.

 

http://reuse-notebook.com/de/startseite/

https://europa.eu/investeu/projects/new-life-old-electrical-appliances_es

Cómo mejorar la recuperación de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos

Las materias primas fundamentales con un mejor proceso de reciclaje disfrutarán de una nueva vida gracias a un proyecto de la Unión Europea

 

 

¿Por qué sigue existiendo un mercado ilegal de residuos electrónicos?

JOSÉ VICENTE LÓPEZ

INVESTIGADOR EN EL DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA Y GESTIÓN FORESTAL Y AMBIENTAL, UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID (UPM)

Mykola Vakal / Shutterstock
Mykola Vakal / Shutterstock

Los aparatos eléctricos y electrónicos, como grandes y pequeños electrodomésticos, ordenadores, equipos de alumbrado, aires acondicionados y herramientas eléctricas, son productos habituales en nuestra sociedad y deseables para la creciente clase media de los países en desarrollo.

Todo lo anterior explica que el consumo de estos aparatos se haya disparado en los últimos años, al mismo tiempo que se generan unos 50 millones de toneladas de residuos eléctricos y electrónicos (denominados RAEES) al año, el equivalente a unas 4.500 torres Eiffel.

Estas cifras constituyen un problema grave tanto a nivel local como global. Primero, porque estos residuos contienen materiales tóxicos y peligrosos como plomo, cadmio, mercurio, níquel, litio y gases fluorados de refrigeración. Segundo, porque la composición y tipología de los residuos varía de un país a otro en función de sus pautas de consumo o necesidades. Y tercero, porque no se conoce bien la cantidad real de residuos que se generan ni a dónde van a parar. De los 67 países que tienen una legislación al respecto, tan solo 41 recopilan esta información y, a veces, ni siquiera es fiable.

The Conversation.
The Conversation.

Para hacerse una idea de la envergadura del problema, basta otra cifra: 1,7 millones de toneladas de residuos electrónicos se eliminan directamente en vertederos, produciendo lixiviados que pueden contaminar las aguas subterráneas y los ríos. Su incineración conlleva el riesgo de que se liberen gases tóxicos con contenido en plomo, mercurio, dioxinas y furanos, todos ellos compuestos cancerígenos. Solo alrededor de 8,9 millones se recuperan para su reciclaje.

Existe, por tanto, un 76{14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea} de los RAEES cuyo destino no se sabe (o no se quiere saber). La mayor parte del flujo de estos residuos está fuera del canal económico formal. El valor estimado de todas las materias primas valiosas que albergan (hierro, cobre, aluminio, plata, oro, paladio, etc.) es de unos 55.000 millones de euros, pero recuperar estos materiales implica para occidente un elevado coste de mano de obra que disminuye el margen de beneficios.

Sin embargo, si los residuos se trasladan a terceros países de manera ilegal, la recuperación de estos metales preciosos sale rentable económicamente, aunque a expensas de ocasionar graves perjuicios para la salud de la población y el medioambiente.

Medidas parciales e insuficientes

Una de las causas de este mercado negro es la falta de regulación global, si bien es cierto que, a nivel local, China, India, Japón, Rusia, los países de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, con el 66{14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea} de la población mundial, disponen de normativa para proteger sus territorios de posibles impactos ambientales.

El problema radica en la recirculación de residuos que existe hacia zonas sin regulación o con una regulación laxa (regiones de África, el Caribe, Asia Central, Asia Oriental, China y las islas del Pacífico).

La libre circulación entre los estados de la UE hace que, bien por falta de medios o excesivo tráfico, sea muy fácil transportar estos materiales sin sufrir demasiada vigilancia hasta puertos como los de Róterdam y Amberes (Países Bajos), Hamburgo (Alemania), Felixstowe (Reino Unido), El Havre (Francia) y Bilbao, y de ahí a África y Asia.

Principales importadores y exportadores de residuos electrónicos. The Global E-waste Statistics Partnership, 2018/A New Circular Vision for Electronics: Time for a Global Reboot
Principales importadores y exportadores de residuos electrónicos. The Global E-waste Statistics Partnership, 2018/A New Circular Vision for Electronics: Time for a Global Reboot

Otras de las causas, quizás más difícil de controlar, es la que señala el proyecto internacional Countering WEEE Illegal Trade y que se resume en la corrupción en las fronteras, tanto a la salida como a la entrada de RAEES en esos países.

Residuos made in Spain

España genera aproximadamente un millón de toneladas/año de RAEES y el 60{14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea} no se sabe a dónde va. La cifra nos sitúa a nivel de Chipre o Rumanía y supone un presunto incumplimiento del Convenio de Basilea sobre traslado transfronterizo de residuos peligrosos.

La existencia de diferentes mafias e intereses comerciales hace que, aún conociendo los hechos, sea muy difícil para los organismos internacionales poner coto al problema. Además, controlar estos flujos transfronterizos exige unos métodos de cuantificación que aun no están desarrollados o contrastados. La mayoría se basan en cuatro indicadores:

  • Total de aparatos eléctricos y electrónicos puestos en el mercado.
  • Total de RAEES generados.
  • Total oficial de RAEES recuperados y reciclados.
  • Porcentaje de recuperación de RAEES.

Pero la única forma de cuantificarlos, por ahora, es a través de una legislación que desarrolle la denominada responsabilidad ampliada del productor (RAP) basada en sistemas individuales de devolución y retorno –es el mismo productor quien lo recoge y se lo lleva– o bien a través de sistemas colectivos –puntos limpios, lugares de acopio en grandes superficies, contenedores, etc.–.

La instalación en estos aparatos de chips de seguimiento o códigos QR puede ser eficaz a escala local y experimental, pero a nivel global las mismas mafias destruirían estos dispositivos.

Mejores y peores ejemplos

Japón puede considerarse un ejemplo en cuanto a su legislación: aplica perfectamente la RAP y tiene una infraestructura excepcional para la recogida y reciclaje de materiales. Si bien produce 2,1 millones de toneladas anuales de RAEES, que lo convierten en el tercer país del mundo en volumen generado tras China y EEUU, las empresas tecnológicas niponas están fuertemente implicadas en materia de residuos.

Aunque Rusia y Estados Unidos han empezado a aplicar la RAP, aún están lejos de las políticas japonesas o las de la propia UE y son netamente exportadores de RAEES. China posee una estricta legislación sobre importación de residuos, pero también es cierto que utiliza países limítrofes como fuente de entrada de los mismos o de los materiales extraídos de ellos.

Por su parte, la UE cuenta con la directiva RAEE 2012/19/UE destinada a regular la recogida, reciclaje y recuperación de los desechos electrónicos y aplica el principio de prevención de residuos. La norma establece que para 2019 se debe recoger el 65{14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea} del peso medio de estos aparatos introducidos en el mercado en los tres últimos años o el 85{14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea} de los RAEES generados en cualquier estado miembro. En 2016 se recuperaba tan sólo el 35{14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea}.

Generación mundial de residuos electrónicos. ITU. Observatorio mundial de los residuos electrónicos 2017.
Generación mundial de residuos electrónicos. ITU. Observatorio mundial de los residuos electrónicos 2017.

El futuro va a requerir mayores controles y exigencias. Los productos eléctricos y electrónicos que hoy consumimos se van a convertir en residuos dentro de cuatro años. El cambio de modelo hacia una movilidad sostenible, por ejemplo, implantando el coche eléctrico como elemento básico, puede colapsar el sistema si no se toman medidas legislativas serias y, sobre todo, se invierte en infraestructuras de recuperación y reciclaje.

La prevención, modularidad para el desensamblaje y reutilización de materiales y la sustitución de materiales tóxicos por otros inocuos para el medio ambiente y la concienciación de la ciudadanía sobre el problema son los retos de futuro que se nos plantean en este ámbito.

 

Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation

El PSOE o la historia de un largo giro a la derecha

«Hay que ser socialistas antes que marxistas». La frase de Felipe González en 1979 ha marcado el camino del partido hasta la abstención aprobada por el último Comité Federal

Javier Fernández y Pedro Sánchez, en un acto de campaña electoral en Gijón el pasado diciembre./ REUTERS

Javier Fernández y Pedro Sánchez, en un acto de campaña electoral en Gijón el pasado diciembre.

«No se puede tomar a Marx como un todo absoluto, no se puede, compañeros. Hay que hacerlo críticamente, hay que ser socialistas antes que marxistas». El «renovador» Felipe González había entendido a la perfección el signo de los tiempos cuando en mayo de 1979 proponía en el Congreso Extraordinario del PSOE abandonar los postulados marxistas del partido para subirlo al tren de las formaciones socialistas europeas. Lo que hoy se ha dado en llamar socialdemocracia y que podría resumirse en un bajar los brazos ante el neoliberalismo y convertir la doctrina socialista en una suerte de tratamiento paliativo hasta que el enfermo, la clase trabajadora, muera tranquila en la cama de un hospital privatizado.

Aquel Congreso supuso la derrota de González, que dejó momentáneamente la Secretaría General en manos de una gestora ─déjà vu─, pero sólo duró hasta septiembre. González sacudió la caspa socialista de la chaqueta de pana de un partido llamado a ser uno de los pilares de la nueva España que venía. Volvió al cargo en septiembre, tras otro Congreso del PSOE, y puso el intermitente derecho para avisar al que venía detrás de que el giro iba a comenzar.

«OTAN, de entrada, no» y de salida tampoco

Le hacía falta gobernar, y lo logró en 1982. Le pusieron un año más tarde la X de los GAL pero entonces se perdonaba el terrorismo de Estado si «la ETA» mataba a guardias civiles y a concejales «como a gorriones», según la hemeroteca. Las ruedas del coche socialista empezaron a chirriar a la altura del kilómetro 1986, cuando nueve millones de españoles votaron «sí» a la permanencia de España en la OTAN.

«De entrada no» era el eslogan con el que el PSOE defendía no ingresar en la Alianza Atlántica cuando la UCD del franquista Calvo Sotelo metió al país en la Guerra Fría. Era el caballo de batalla con el que el jinete González ganó las elecciones. Pero de 1981 hasta el referéndum, González dio uno de los mayores volantazos ideológicos que se recuerdan en la democracia española. Cambió el discurso y la postura del partido, buscó una pregunta tendenciosa y utilizó desde el Gobierno todos los medios de propaganda que le brindaba el Estado para llevar el apoyo de la opinión pública a la OTAN de un 18{14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea} al 56,85{14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea} que resultó en las urnas. De las condiciones que puso a la permanencia nunca más se volvió a saber y nunca se aplicaron.

Pedro Sánchez y Felipe González en el homenaje a Txiki Benegas. -EFE

Pedro Sánchez y Felipe González en el homenaje a Txiki Benegas./ EFE

Aquel viraje conllevó la dimisión de su ministro de Exteriores y a una desbandada de cuadros socialistas que tuvieron a bien conformar junto al PCE la Izquierda Unida de Gerardo Iglesias. La O y la E de las siglas comenzaban a desprenderse del cartel de la calle Ferraz, como bien recordó el cantautor Javier Krahe en su tema Cuervo Ingenuo, que el Gobierno censuró en RTVE.

Pero no había tiempo que perder. El liberalismo económico era el evangelio que Margareth Thatcher predicaba desde Inglaterra y que el PSOE seguía al pie de la letra aunque de cara a la galería vendiera la solidez del Estado del bienestar español. Llegó la reconversión industrial y las violentas protestas de los trabajadores en buena parte del norte del país. Pero España iba bien, que diría Aznar. La economía crecía a un vertiginoso ritmo del 5{14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea} mientras González volvía a gobernar con mayoría absoluta y más de un millón y medio de jóvenes engrosaban las listas del paro. La careta funcionaba a la perfección, aunque la Policía disparase a matar a los huelguistas en los astilleros, así que González volvió a tomar el desvío de la derecha.

14-D de 1988: la huelga que paralizó España 

A los jóvenes de hoy les sonará la maniobra que el PSOE bautizó como Plan de Empleo Juvenil y que abría la puerta de la precariedad laboral. Era el primer contrato basura, el minijob de los años 90, destinado a jóvenes de entre 16 y 25 años, por el salario mínimo interprofesional, una duración de entre seis y 18 meses y exenciones en las cuotas de la seguridad social para los empresarios.

Aquello resultó en una de las huelgas más memorables de la historia reciente del país, la de diciembre de 1988, y la ruptura definitiva entre el PSOE y su sindicato histórico, la UGT de Nicolás Redondo, que un año antes había dejado su escaño en el Congreso por la deriva liberal de González.

La O del cartel se había desprendido totalmente ,y aunque la movilización condenó al cajón el proyecto de precariedad, González se guardaba en la manga la reforma laboral de 1994, en la que se legalizaron las empresas de trabajo temporal (ETT). Era tan grande el pastel salarial de entonces, debió de pensar el presidente, que unas cuantas empresas tenían derecho a coger su parte de la nómina del trabajador. La O se fue al contenedor de reciclaje y, en 1996, González deja la Presidencia en manos del PP de Aznar. España debió de pensar que era más sencillo y menos hipócrita votar directamente a la derecha.

La socialdemocracia de ZP

Con lo de obrero fuera del cartel y lo de socialista colgando del último anclaje, tras las turbulencias de la guerra Almunia-Borrell, llegó el turno de José Luis Rodríguez Zapatero, casi tan desconocido entonces como Pedro Sánchez cuando fue colocado por Susana Díaz a los mandos de la nave. Fueron años de bonanza, de las becas de estudio, de la ley del matrimonio homosexual y de los estertores de la burbuja del ladrillo. Cuando pinchó, lejos de haber hecho algo por desinflarla sin drásticas consecuencias, Zapatero entonó la palabra «desaceleración» económica para tapar lo que al final se mostró como la mayor crisis económica desde el crack del 29.

José Luis Rodríguez Zapatero. EFE

José Luis Rodríguez Zapatero./ EFE

Lo que sigue es de sobra conocido. El presidente más popular de la democracia siguió la estela de sus socios europeos y aplicó los imperativos de los mercados financieros que la Troika trasladaba a los parlamentos de los países en crisis. Portugal, Italia, Grecia y, algo más tarde, Francia ─países gobernados por un partido con la palabra «socialista» en el membrete─ aplicaron con dureza la pócima neoliberal: abaratar despidos, cercenar derechos laborales, recorte del gasto público en sanidad, educación, dependencia, pensiones… En definitiva, empezaron a vaciar el cajón de aquellas áreas que, durante el último tercio del siglo XX y lo que iba de XXI, les habían servido a los socialistas europeos para justificar su nueva realidad socialdemócrata. Lo que les distinguía de la derecha, el gasto social, saltaba por los aires en aras de cumplir los objetivos de déficit que impone Alemania. El resultado es la actual crisis de la socialdemocracia en toda Europa.

La reforma laboral de 2010 le costó una huelga general a Zapatero. La advertencia era clara en las calles. Más aún después del 15-M, que señaló la escasez de diferencias entre lo que tuvieron a bien denominar partidos del régimen. La expresión PPSOE comenzó a ser una constante que se vio más que justificada un fatídico agosto de 2011. Fue cuando el gobierno ZP pactó con el PP la reforma del artículo 135 de la Constitución Española.
Con el paro subiendo a una velocidad similar a la que el PSOE encara la siguiente curva a la derecha, el Estado y las Comunidades Autónomas debían priorizar el pago de la deuda pública ─entonces desorbitada y hoy aún mayor─ sobre cualquier otra cosa. La reforma entró en vigor en septiembre de 2011 y sus peores efectos se apreciarán en 2020.

De la encrucijada naranja a la abstención azul

El PSOE perdió las siguientes elecciones y ni siquiera fue capaz de remontar frente a un PP envuelto en mil y un casos de corrupción. La irrupción de Podemos como respuesta al vacío ideológico del PSOE amenazaba con un sorpasso que no llegó a producirse, con o sin coalición con Izquierda Unida, al menos en escaños. La encrucijada de Pedro Sánchez tenía, como las anteriores que enfrentó el PSOE, dos direcciones. Una a la izquierda, con un Gobierno junto a Podemos, y otra matemáticamente sin salida, por la derecha, de la mano de Ciudadanos.

Sánchez siguió el camino de González y decidió firmar un «pacto reformista y de progreso» con Ciudadanos. No obtuvo los votos necesarios en la investidura y culpó de ello a Podemos. La factura en las urnas fue ligera en cuanto a pérdida de votos, pero a Sánchez le costó la Secretaría General tras el golpe de mano de los barones socialistas con la presidenta andaluza al timón. «Desconfíe de los que tienen el pasado manchado de cal viva», le dijo Pablo Iglesias en la primera votación. Se refería a González, miembro del consejo de administración de Gas Natural. El mismo que, después de aconsejar a Sánchez el pacto con Rivera, prefirió elogiar al segundo por pactar después con el PP que a Sánchez por mantenerse firme en el «no es no» ante Rajoy.

Este domingo, el Comité Federal del PSOE ha aprobado el último y quizás definitivo giro a la derecha. Los 85 diputados han recibido la orden del aparato del partido de abstenerse en segunda votación de la investidura de Rajoy. Dejarán gobernar al PP aunque el diario ‘El País’ prefiera decir que «desbloquea España y evita las terceras elecciones». La temida gran coalición no ha tenido que presentarse a las elecciones mientras los votantes del PSOE se preguntan para qué ha servido su voto.

No a la venta

 

Documental del Observatorio de Responsabilidad Social Corporativo en coproducción con la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) Las personas de todo el mundo cada vez somos más dependientes de un menor número de grandes empresas globales.
Monsanto controla el 90{14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea} de las semillas transgénicas, Microsoft tiene un 88.26{14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea} de la cuota del mercado en software informático seguida por Apple con Mac tan solo un 9.93{14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea}, Cada día 150 millones de personas en todo el mundo compran un producto Unilever sin ni siquiera saberlo, MCDonald sirve 58,1 millones de comidas diarias en todo el mundo.
De las 100 economías más grandes del mundo, 51 son empresas.
Los estados pierden poder al mismo ritmo que las grandes corporaciones lo ganan.
La globalización ha generado un nuevo contexto que requiere una redefinición de las reglas de juego para la sociedad global del siglo XXI.
En este contexto surge el debate en torno a la responsabilidad social corporativa o de las empresas (RSC), que se plantea como el punto de partida desde el cual replantearse el equilibrio entre el desarrollo económico, la sostenibilidad medioambiental y el desarrollo social necesarios para construir el nuevo tipo de sociedad que queremos.
Aunque se está produciendo un incremento paulatino del interés por la Responsabilidad Social Corporativa, tanto en círculos empresariales como en el ámbito social, lo cierto es que el proceso está siendo demasiado lento.
Es el momento de que todos nos planteemos qué tipo de sociedad queremos construir y qué papel debemos jugar para contribuir a su desarrollo.
Debemos asumir el rol de personas consumidoras, trabajadoras y opinión pública implicadas en la aplicación de los modelos responsables en todos los ámbitos de actuación de las empresas.

Principal objetivo: ¿matar a Podemos?

 

 

Quien paga, manda

En España, la investidura la dirige el candidato a Presidente de Gobierno, que es a quien le corresponde la iniciativa. Es él quien debe hablar con los grupos, negociar los apoyos, pactar programas y leyes. En la lógica parlamentaria, se presupone que vas a la sesión de investidura con los deberes hechos. Si te presentas a la sesión de investidura sin los apoyos necesarios, lo que buscas no es la Presidencia del gobierno sino el maldito relato. Vivimos en una sociedad donde la política ya no la rige la ideología sino la narración. Por eso nadie sabe quién es el responsable de ideología o programa del PSOE pero todo el mundo conoce a Iván RedondoFracasa rotundamente Pedro Sánchez, que solo ha sido capaz de ganar un voto,  pero hay solo un objetivo: culpar a Podemos. No al PNV, a ERC, a Compromís, a Ciudadanos, al PP o al PSOE: a Podemos y, más en concreto, a Pablo Iglesias.

El PSOE se puede permitir esos juegos porque cuenta con apoyos. ¿Cómo es posible que en la rueda de prensa de la Vicepresidenta Carmen Calvo después del fracaso de la investidura ni un solo periodista -¡Ni uno solo!- le preguntara por la manipulación del documento de Podemos que salió de la Vicepresidencia. Era muy fácil: «Vicepresidenta: ¿qué explicación da de que desde su despacho se manipulara el documento de propuestas de debate de Unidas Podemos para filtrarlo a la prensa como «exigencias»? ¿Quién lo manipuló? ¿Por qué filtraron a la prensa un documento falso? ¿Va a haber alguna dimisión? ¿Qué buscaban con esa filtración? Quien paga, manda.

Preparar el fracaso y ganar tiempo

Sánchez ha perdido dos veces una investidura de gobierno. Porque las dos veces no hizo los deberes. En la sesión del jueves, Pedro Sánchez solo ha logrado un voto más allá que los de su propio grupo. El del partido de Revilla. Es un bochorno. No ha convencido ni al PNV ni a ERC ni a Compromís, entre otras cosas porque no quiso prácticamente ni hablar con ellos. Y no les ha llamado porque sabía que esos grupos iban a votar en las misma dirección de Unidas Podemos. Pero por una mínima señal de cortesía, Sánchez debiera haber hablado con los grupos parlamentarios a los que les iba a solicitar el voto o la abstención.

Con Unidas Podemos sí ha hablado, pero tarde y mal. ¿Por qué no han hablado del gobierno de coalición Unidas Podemos y el PSOE en los ultimos dos meses? Al corresponder la iniciativa al PSOE, la respuesta es evidente: porque Sánchez tenía otros planes. Basta ver la cara de desolación de los diputados de Unidas Podemos al final del debate y las risas y cara de alegría de Carmen Calvo, Sánchez y Borrel poniéndose de pie en sus escaños cuando la mascarada había terminado.

El PSOE ha vuelto por donde solía y Sánchez no aprendió nada bueno de su castigo

En orden de interés, Sánchez quería una abstención de Ciudadanos. Si eso fallara, una abstención del PP. Si ese plan naufragaba, Sánchez quería ir a elecciones, pero echándole la culpa a Unidas Podemos y, en concreto, a Pablo Iglesias. Por eso la presión diciendo que Pablo Iglesias era el principal problema para un gobierno de coalición. Cuando Iglesias dio un paso al lado, el PSOE se quedó sin su bien más preciado: el relato. Por eso llamaron a negociaciones. A dos días de la investidura. Es una tomadura de pelo. Sánchez quería ganar tiempo para intentar recuperar su storytelling y convencer a los cuatro millones de votantes de Unidas Podemos de que Iglesias, incluso habiendo hecho el esfuerzo de retirarse, era el culpable de todos los males del universo. El grupo PRISA y la Sexta le ayudarían en reconstruir el marco. Aunque después de ver la rueda de prensa de Carmen Calvo, parece que los apoyos crecen salvo en Publico.es y eldiario.es.

Unidas Podemos, aun sabiendo que el deseo máximo del PSOE es la desintegración cósmica de Podemos, tenía que negociar un gobierno de coalición porque es lo que queria y quiere una mayoría de este país.  Pero quizá ha ido a la negociación con ingenuidad. Los 140 años de historia del PSOE sirven, entre otras cosas, para saber hacer muchas trampas. Como cuando, qué fatalidad, dos diputados del PSOE se equivocaron en la votación de RTVE a favor del PSOE. Por cierto, Rosa María Mateos sigue de Presidenta “interina” de la radio y televisión pública. Entre las trampas, está lo que hemos señalado: que la Vicepresidenta del Gobierno manipuló los documentos que le mandó Unidas Podemos para la negociación para poner arriba “exigencias” y presentar a los morados como intransigentes. Una Vicepresidenta del Gobierno haciendo trampas de colegio. Y así, de paso, intentar dinamitar las discusiones. De la misma manera, se ofrecían simultáneamente ofertas que se rechazaban -por ejemplo, Sanidad y cultura- y en el “relato” se han presentado de manera conjunta como si se hubiera ofrecido todo a Unidas Podemos. No se rechazaba sino los pares o tríos -a veces incluso un solo Ministerio- que se presentaban como ofertas cerradas. Más trampas.

¿Debía haber aceptado Unidas Podemos la oferta del PSOE?

Si Unidas Podemos hubiera aceptado la supuesta oferta del PSOE hoy muchos estarían más contentos y tranquilos. Es un sentimiento absolutamente comprensible. Los políticos habrían hecho los deberes y la ciudadanía que pudiera se iría a la playa. Casi todos podríamos estar pensando en otras cosas y esperanzados de que, por fin, algo nuevo irrumpía. ¿Se han equivocado los negociadores de Unidas Podemos? ¿El acuerdo era real o un espejismo? ¿cuánto nos duraría la alegría? ¿Les ha engañado el experimentado PSOE? ¿Han triunfado las desconfianzas entre los dos partidos?

No olvidemos que, antes de empezar a hablarse, ya el PSO amenazó, en boca de Ábalos y de Lastra, con nuevas elecciones. El chantaje vino previo a cualquier intercambio. Con la cerrazón absoluta del PSOE que solo quería gobernar en solitario y con la exigencia de que Pablo Iglesias se quitara de en medio. Y para rematar, al tiempo que se negociaba, Sánchez pedía la abstención a Ciudadanos y al PP. ¿Iba a superarse ese contexto tan belicoso en 48 horas? Los negociadores de Unidas Podemos ¿podían ignorar tantas faltas de respeto del PSOE? ¿No es normal que se sentaran a la mesa llenos de suspicacias? Pensar que un acuerdo de gobierno en la cuarta economía del euro es una cosa tan sencilla es lógico pero irreal. Aunque las muchas ganas nos hagan desear el deseo.

La única oferta real del PSOE fue la expresada en el debate de investidura después de que filtraran un documento manipulado. No son muchas garantías para fiarse. ¿Se pacta así un gobierno en la cuarta economía del euro? Es algo peor que intolerable. PSOE old style.

Lo que más confusión creaba es que nada de lo que se ha ofrecido tenía contenido real ni dotación presupuestaria más allá del título del departamento. Negociar en 48 horas es un disparate.  ¿Debiera Unidas Podemos haber aceptado la oferta del PSOE? La decisión no era sencilla. Si Unidas Podemos lo hubiera hecho, hoy tendría una Vicepresidenta y tres Ministerios y tendríamos gobierno de coalición. Suena realmente bien y podría pensarse como un buen punto de partida. Aunque fuera para el fracaso.

Pero también podría decirse: Unidas Podemos ya tiene sillones. ¿Para hacer qué? Al lado de un PSOE que ha regresado por donde solía. Que ha pactado el nombramiento como Presidenta de la Comisión a Van der Layen junto a la derecha, los liberales y los social-liberales, más el entusiasta apoyo de la extrema derecha húngara y polaca. Del PSOE que quiere en el FMI a una neoliberal y que pactó con PP y Ciudadanos quitar más derechos en el Pacto de Toledo. Del PSOE que no ha querido publicar la lista de la amnistía fiscal. Del PSOE que prometió derogar la reforma laboral del PP y no lo ha cumplido. Del PSOE que no ha querido limitar el precio de los alquileres ni dotar de presupuesto a la lucha contra la violencia machista ni para la dependencia.

¿Quién no quiere un gobierno de Unidas Podemos?

Quitarle hierro al auge de la extrema derecha sería un delito. Pero no nos engañemos: la extrema derecha es el plan B del capitalismo en crisis. Y basta ver los intentos de Albert Rivera de imitar a Trup y a Salvini para saber dónde está el peligro real.

El PSOE ganó las elecciones en parte por el miedo a VOX. Esa ha sido su principal baza. Y la usa como ha usado siempre el PSOE el miedo a la derecha para justificar y exigir el «voto útil». ¡Que viene el doberman! Y con esa amenaza siempre ha pretendido situar en el precipicio todo lo que estuviera a su izquierda. Anguita era un mesiánico, Gerardo Iglesias un vividor -ambos de los pocos políticos que han regresado a su trabajo- mientras Felipe González pactaba con el Jordi Pujol del 3{14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea}. El PSOE solo sabe justificar por qué hay que votarles con un discurso del miedo. En ese se parece muchísimo a la derecha.

Creo que el PSOE nunca ha querido un gobierno de coalición con Unidas Podemos. Porque no lo quiere la CEOE -dirigida por las grandes empresas, no por las PYMES ni los autónomos-; no lo quiere la banca, especialmente el indultado Banco de Santander y el protegido BBVA;  no lo quieren los que buscan seguir comiéndose la parte del león de los presupuestos del estado vía deuda; no lo quiere la monarquía, ni la de Juan Carlos I ni la de Felipe VI; no lo quiere el neoliberalismo imperante en Bruselas; no lo quieren las empresas energéticas; no lo quieren las direcciones de las principales empresas de medios de comunicación; no lo quiere el sector ultra de los cuerpos y fuerzas de seguridad -los que nunca dijeron nada de Villarejo ni de Billy el Niño-; no lo quiere la Internacional Socialista ni el club Bildelberg ni la Trilateral ni los que se juntan en Davos para diseñar el mundo. No lo quieren tampoco los que tienen planes personales sabiendo que van a ser mejor tratados por los medios y no lo quiere una parte de España que ha comprado el discurso del miedo después de décadas de adoctrinamiento. El «poder», ese que quiere a las mayorías en España de rodillas y calladas, no quiere un gobierno de coalición de izquierdas en España.

El objetivo de Pedro Sánchez era acabar con Podemos demonizando a Pablo Iglesias. Perdió el libreto cuando Iglesias se puso de lado. Anduvieron dos días descolocados. Ahí estuvo la intervención brillante de Iglesias que dejó planchado en su asiento a Sánchez que, por vez primera en la historia de la recuperada democracia, no terminó la réplica en un debate de investidura. Pero los que mandan no iban a dejar que Podemos se saliera con la suya. Sabían que el relato, que lo construyen los medios, iba a estar de su parte. ¿Tenía que haberlo previsto Unidas Podemos?

¿Cierre de ciclo?: soluciones contra la depresión de los votantes honrados

Se está cerrando el ciclo abierto por el 15M, aunque la desaceleraciéon de la economía promete reeditar un nuevo ciclo de protestas. ¿Cómo cerrar ese ciclo? Cerrarlo con la entrada de Unidas Podemos en el gobierno suena atractivo. Pero no es cierto. ¿De verdad nos vamos a creer que se puede cerrar un pacto de gobierno en 48 horas y con un acuerdo de dos hojas? ¿Nos hemos vuelto idiotas? ¿Alguien cree que se hacen así los gobiernos en un momento en donde los poderes que mandan en la Unión Europea se juegan el fin del modelo de recortes?  Unidas Podemos tendría sillones y, en dos meses, también a los movimientos sociales en la puerta del Ministerio protestando por la falta de avances: ¡Por qué cogisteis los Ministerios si no podíais hacer nada! ¡Sólo os interesaban los sillones!

Quedan dos meses para la segunda investidura. El PSOE ha dicho que da por cerrada la puerta de las conversaciones con Unidas Podemos. ¿Por qué? ¿Porque así tiene brindada la excusa para pactar con la derecha o convocar a nuevas elecciones? Pedro Sánchez no tiene argumentos de peso, salvo la soberbía, para no seguir intentándolo. ¿Falta de confianza? De momento, los únicos que han mentido han sido los del PSOE, en concreto Carmen Calvo, filtrando un documento a la prensa manipulado por ella misma, y Adriana Lastra diciendo que habían ofrecido Ministerios que nunca ofrecieron. (Les dije a los compañeros de Podemos: blindad las conversaciones y tened cuidado que van a salir diciendo a los medios cosas que no son verdad. Y así ha sido. Es lo que tiene pactar con un partido de 140 años). Si dos no hablan es porque uno no quiere. Y las bases del PSOE y sus votantes deben exigirle al PSOE que retome las conversaciones.

Está en el aire un gobierno a la portuguesa, con gobierno en solitario del PSOE y apoyos puntuales desde fuera del gobierno. Con el PSOE con 123 escaños y la derecha con 147. Es ingénuo cuando no tramposo, y solo sirve para que el PSOE pacte con la derecha todas las cuestiones económicas, incluido un nuevo golpe a los pensionistas y a los trabajadores, y con Unidas Podemos alguna promesa para el 2030 sobre cambio climático. Cuando el PSOE no cumpla ninguna de sus promesas ¿qué tiene que hacer Unidas Podemos? ¿Hacer una moción de censura con la derecha? En España, el gobierno a la portuguesa, que es útil en el páis vecino, solo sirve al régimen. El PSOE va a hacer chantaje por ahí. Y Unidas Podemos tendrá otra vez que tomar una difícil decisión. La declaración de Izquierda Unida en esa dirección hay que entenderla más como una cesión a los grupos internos que prefieren vivir en la pureza del dogma antes que mancharse las manos gobernando. Viejos problemas repetidos de la izquierda.

Está en el aire una abstención forzada con malas artes con Ciudadanos -quizá sin Rivera- o con el PP -amenazado Pablo Casado por Feijóo-. Y volveremos a la casilla de salida de hace cinco años. Por fin, una gran coalición entre el PSOE y la derecha como en Alemania.

Un objetivo democrático: no regalemos al poder lo que más desea

Con una gran coalición entre el PSOE y la derecha,  el fin de ciclo del 15M será entonces una especie de eterno retorno. Otra vez a los recortes, al trabajo precario, a las privatizaciones, al empeoramiento de las pensiones, a las leyes mordaza, a los golpes a la plurinacionalidad, a las sospechas sobre las mujeres, a la manipulacion mediática.Y todos nosotros más cansados y con golpes de cinco años sobre las espaldas. Pero también más experimentados y menos ingenuos. Sigo pensando que el principal problema de Podemos es haber fracasado en organizar el partido, en su implantación territorial, en sus órganos colegiados, en haber creado los espacios de deliberación propios de un «partido-movimiento». Y sigo pensando que lo mejor que le ha pasado a la democracia desde la muerte del dictador ha sido Podemos. Porque desde que existe Podemos la democracia en España es otra, un poco mejor. Y por eso el objetivo del poder durante estos cinco años ha sido acabar con Podemos. Disparando, uno por uno, a sus líderes, con la pieza mayor de Pablo Iglesias marcada como el objetivo final de esa lista. Nunca ninguno de los grandes problemas en España lo ha arreglado nadie que no haya sido el pueblo. Están  pendientes todas las exigencias del 15M: reforma de la ley electoral, castigo a los corruptos, fin de los privilegios políticos, transparencia democrática y mayor participación, democracia económica, vivienda, empleo, servicios públicos de calidad, control de los bancos.

El obstáculo para que esas demandas salgan de la agenda es Podemos. Y sin embargo, Unidas Podemos tiene la obligación de hacer lo imposible para llegar a un acuerdo con el PSOE. Incluso plantándose en la sede de Ferraz hasta que les reciba. Que nadie dude de la voluntad de acuerdo. Lo más difícil se hizo en su día: el acuerdo de presupuestos. Si se cruza ese acuerdo con las propuesta últimas del PSOE y la de Unidas Podemos, habrá gobierno de coalición. En agosto, no en septiembre. No hace falta ponérselo más difícil a ERC que tendrá más presiones para no apoyar si la sentencia del proces pone cuesta arriba las relaciones con el Estado. El PSOE debiera hacer lo mismo. Y no jugárselo todo a una narración ganadora que le permita cualquier suerte de gran coalición.

El relato, el maldito relato, estará machaconamente en los medios pero también en la cabeza de cada uno de nosotros y nosotras. Si creemos a los mentirosos, terminaremos odiando a las víctimas y amando a los verdugos. Por ejemplo, repartiendo culpas. Presionemos para que hablen. Es mucho más importante que llegar a un consenso sobre los culpables. Si regalamos el relato a los que no quieren gobierno de coalición, nos habremos dejado derrotar y regresarán los mismos fantasmas que nos convocaron a las calles el 15M. Llevan cinco años con ese objetivo. Si ganan, que por lo menos la derrota nos encuentre peleandoPorque en 2011, cuando nos echamos a las plazas, teníamos claro que todo lo que hacíamos era por dignidad. Y la dignidad ahora mismo está en exigir al PSOE y a Unidas Podemos que se pongan de acuerdo en un gobierno que mejore la vida de la gente.

Fuente: (https://blogs.publico.es/juan-carlos-monedero/2019/07/27/principal-objetivo-matar-a-podemos/)

 

Pérez Tapias crea una plataforma con ex del PSOE para confluir con la izquierda en Andalucía

Tras abandonar su partido en enero, el ex diputado socialista y otro rival de Pedro Sánchez en las primarias registra su propia asociación (Socialismo y República) y tiende puentes a la coalición Podemos-IU.

José Antonio Pérez Tapias. / EFE
 José Antonio Pérez Tapias. / EFE

Hace tiempo ya que el exdiputado socialista y otrora rival de Pedro Sánchez y Eduardo Madina para dirigir el PSOE, José Antonio Pérez Tapias, está en la órbita de Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, impulsores de la confluencia Podemos-IU en Andalucía. Pérez Tapias pertenecía a la corriente Izquierda Socialista y, tras abandonar el PSOE el pasado mes de enero defraudado con el nuevo rumbo que le ha dado Sánchez, fue tanteado por los líderes de la confluencia andaluza para sumarse al proyecto. Ambos veían en él un buen “cicerón” para guiar a otros históricos referentes del PSOE a sumarse a la gran coalición de izquierdas y asaltar así la hegemonía que ha mantenido la dirección más ortodoxa del socialismo andaluz en estos casi 40 años.

Pérez Tapias, profesor de la Universidad de Granada, ha preferido crear su propia estructura organizativa antes de responder a los cantos de sirena, y lo ha hecho inscribiendo en el registro de asociaciones de la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en Granada la plataforma Socialismo y República, con objeto de “abrir el campo más allá de las personas de la órbita socialista con un proyecto abierto a la izquierda en general”. En el mismo proyecto están otros veteranos dirigentes del PSOE de Granada (posiblemente la provincia más crítica con la ejecutiva de Susana Díaz), como Antonio Moreno, Carlos María Martínez García, Carlos Gestoso o Juan Manuel Castillo Bolívar.

La nueva plataforma no es un partido político, pero sirve de pasarela de salida a los socialistas desencantados que busquen un proyecto “más izquierdista”. “Hay que repensar y reconstruir el socialismo”, dice. Su propuesta permite introducir la socialdemocracia en la esfera de la confluencia de izquierdas, que hasta ahora había crecido en la dirección opuesta (comunismo, anticapitalismo) porque el camino más moderado lo acaparaba y taponaba el PSOE. Tanto Teresa Rodríguez como Maíllo saben que su proyecto conjunto necesitaba abrir “una grieta” en el mascarón socialista para seguir creciendo como propuesta política.

La ejecutiva regional de Susana Díaz ha restado importancia a la iniciativa de Pérez Tapias, no cree que su asociación vaya a abrir esa grieta en el caparazón del PSOE andaluz, que en este momento “es la federación más sólida y mejor posicionada” del partido en España. “Cualquier líder político en este país firmaría ahora mismo contar con 15 puntos de ventaja sobre el segundo en intención de voto en las encuestas”, dicen.

El discurso de Pérez Tapias es coincidente con el de los líderes andaluces de Podemos e IU en relación a la necesidad de conformar una “unidad de partidos de izquierdas”, en el que ambos apean al PSOE de Díaz porque, dicen, representa “el ala más conservadora del partido”. El decano de la Facultad de Filosofía y Letras de Granada siempre ha estado enfrentado a la presidenta andaluza en todos los procesos internos que se han vivido en los últimos años. En 2014 se postuló como secretario general del PSOE contra Sánchez y Madina (la andaluza apoyó entonces al madrileño), y posteriormente se alineó con el actual líder socialista frente a la candidatura de la propia Díaz.

Pérez Tapias estaba más convencido entonces de su oposición frontal a Susana Díaz que del proyecto renovador que prometía Sánchez. En pocos meses su desilusión con el nuevo líder se hizo patente, y finalmente rebosó el vaso con la gestión que Ferraz hizo del conflicto independentista de Cataluña (respaldando al Gobierno de Mariano Rajoy en la aplicación del artículo 155 de la Constitución que permitió intervenir la autonomía catalana. Hace apenas un mes anunció que se daba de baja del PSOE.

Por ahora, los estatutos de la plataforma Socialismo y República impiden concurrir a unas elecciones como partido político. Algunos dirigentes de Podemos e IU valoran mucho la experiencia y el perfil de consenso de José Antonio Pérez Tapias, hasta el punto de que su nombre ha sonado en alguna terna interna como candidato de consenso a la confluencia que pilotan Podemos-IU. Sería necesario que Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo dieran un paso atrás para que el cartel electoral lo ocupara alguien como Pérez Tapias, pensando en una candidatura similar a la de Manuel Carmena, alcaldesa de Madrid. Pero no todo el mundo comparte esta idea. El ex diputado nacional del PSOE tiene un marcado perfil político, no concita tanto consenso ni entre las filas de IU ni en Podemos, y su pasado como dirigente y ex candidato a liderar a los socialistas juega en su contra, avisan fuentes de ambas formaciones.

José Antonio Pérez Tapias

23 de julio a las 11:40

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CONSIDERACIONES REPUBLICANAS ANTE UN CANDIDATO DESVESTIDO
Si el PSOE tiene que esmerarse en hacer ofrecimientos dignos en cuanto a contenidos de un pacto que se quiera posible –hasta el momento ha sido imposible–, Podemos tiene todas las razones para pensar y deliberar sobre su respuesta. La cuestión no se cifra en la cantidad de cargos, sino en la calidad de un proyecto compartido. Y si no da tiempo para su maduración en dos días, no es lo más razonable dejarse atrapar por la huida hacia delante con el 10 de noviembre como fecha de nuevas elecciones. Entre finales de julio y ésa, está la oportunidad de septiembre para una investidura comme il faut.
Nos debemos la política que nos evite avergonzarnos de nosotros mismos.

Una escisión de Podemos Andalucía presentará candidaturas junto con el ex socialista Pérez Tapias

Los integrantes de esta plataforma eran, en su gran mayoría, ediles de Podemos descontentos con la gestión de Teresa Rodríguez. También contaban con el respaldo de integrantes de Actúa, el partido impulsado por Baltasar Garzón y Gaspar Llamazares, y mantenían contactos con Juan Torres, ex asesor económico de Podemos, y con José Antonio Pérez Tapias.

 

PEDRO SANCHEZ (Alias «chorroembústes» ) maldita hemeroteca.

 

Calvo sobre un Gobierno de coalición: «No hay vía en esa dirección»

  • Agencia Atlas
  • 0m 40s
La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, ha dicho hoy que después de la investidura fallida Pedro Sánchez «va a seguir hablando como considere oportuno con todos los líderes para que nuestro país no esté encallado y el 23 de septiembre se convoquen automáticamente elecciones». Calvo ha dicho, en referencia al resto de fuerzas políticas, que ahora hay que preguntarles a los demás qué van a hacer ellos. Sobre los intentos de formar un Gobierno de coalición con los de Pablo Iglesias, la vicepresidenta ha sido contundente: «ayer le cerró el paso Unidas Podemos. Esto es lo que hay, no hay vía en esa dirección».  – Redacción-