La vicepresidenta segunda del Gobierno denuncia que «hay injusticia fiscal» y recuerda a los bancos que fueron rescatados con dinero público durante la crisis financiera.
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, en una imagen de archivo. —Juan Carlos Hidalgo/EFE
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha apuntado este jueves a la necesidad de reformar el Impuesto de Sociedades para mejorar su capacidad recaudatoria y ha denunciado que desde la crisis de 2008 este tributo «ha perdido un 40% de recaudación».
Durante una entrevista en Radio Nacional de España, Díaz ha señalado que a su juicio existe una situación de «injusticia fiscal» en la que las rentas salariales soportarían el 80% de la fiscalidad, mientras que las grandes corporaciones contribuyen mucho menos pese a haber obtenido grandes beneficios en el último año y medio.
«En este país queda mucho por hacer en materia tributaria y justicia fiscal. Desde la crisis financiera el Impuesto de Sociedades ha reducido su recaudación en un 40%. No puede ser que las pequeñas empresas paguen los servicios públicos en nuestro país», ha afirmado la vicepresidenta.
Unidas Podemos quiere llevar a la mesa de negociación de los Presupuestos de 2023 con el PSOE la reforma del Impuesto de Sociedades y también estudia llevar fórmulas para gravar la riqueza (la reforma fiscal propuesta por Podemos recoge un impuesto a las grandes fortunas con capacidad para recaudar hasta 10.000 millones de euros).
La vicepresidenta también se ha referido al acuerdo con Hacienda para la creación de los dos impuestos anunciados por Pedro Sánchez en el último mes: el impuesto a las grandes eléctricas y el impuesto a la banca. En este sentido, ha pedido a las entidades financieras que no repercutan el tributo a los consumidores (algo que ya estaría blindado en la propia norma, que se presenta este jueves en el Congreso de los Diputados) y les ha recordado que fueron rescatadas con dinero público en la recesión económica de 2012.
«Hemos trabajado hasta ayer desde los dos equipos. Las entidades financieras que fueron rescatadas por el PP tendrían que ser proactivas y dar un paso adelante, se juegan su reputación. A mí me gustaría que hicieran esto», ha defendido Díaz.
La ministra de Trabajo se ha referido también a los datos de la EPA conocidos este mismo jueves, que recogen que España baja de los tres millones de parados y alcanza ya los 20,5 millones de ocupados, unas cifras que no se veían desde el año 2008. La vicepresidenta se ha mostrado satisfecha con los datos y ha destacado que desde la entrada en vigor de la reforma laboral la temporalidad se ha reducido en un 30%, estrechando de manera notable la brecha con la medida de la Unión Europea.
Sin embargo, Díaz también ha avisado de que desde el 15 de julio el Departamento que dirige ha percibido «ralentizaciones» en el empleo que achacan a la situación de incertidumbre económica provocada por la inflación y la guerra de Ucrania, y ha recordado que los meses de agosto, septiembre y octubre no suelen ser positivos para el empleo.
Sobre los ERE y las condenas a los expresidentes de Andalucía Chaves y Griñán, Díaz ha dicho que «el caso de los ERE es muy grave y tiene que ver con dinero público de los trabajadores andaluces. Cuidado, es muy grave y tiene que ver con el bipartidismo y con políticas que la ciudadanía ha demostrado que rechaza. La ciudadanía española no tolera la corrupción».
El titular de Medio Ambiente de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, juez de profesión, atraviesa el momento más crítico desde su aterrizaje en política en 2012
El consejero de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, capea como puede la crisis de los grandes incendios que asolan la comunidad mientras algunas fuentes del PP apuntan a que su carrera política ha acabado. El jurista entró en política en 2012, cuando era decano de los jueces de León y fue nombrado subdelegado del Gobierno en León. Gobernaba el PP y presumía de su excelente relación con la entonces vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Con esa escasa experiencia de poco menos de tres años en la subdelegación, Suárez-Quiñones daba el salto a la política autonómica en 2015, cuando el entonces presidente, Juan Vicente Herrera, lo fichó como consejero de Fomento y Medio Ambiente.
La Fiscalía abre diligencias contra el consejero de Medio Ambiente de Castilla y León por el incendio de Sierra de la Culebra tras una denuncia de CCOO
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Suárez-Quiñones era la cara amable de la Junta. Su profesión de juez y su incorporación tardía a la política le daban cierto barniz de servidor público. Pero la gestión no fue todo lo eficiente que habría querido el PP, porque le tumbaron desde la Ley de Caza a la orden de caza del lobo al norte del Duero. Aún así, no protagonizó grandes polémicas hasta 2018, cuando la Operación Enredadera destapó una presunta trama de alteración de concursos públicos. A la cabeza de la red, el juez instructor colocaba al empresario leonés de los medios y de la construcción –actualmente condenado en Gürtel y pendiente de otro juicio– José Luis Ulibarri.
En ese enorme sumario había meses de escuchas telefónicas y en una de ellas aparecía una llamada de Suárez Quiñones a Ulibarri en la que le ofrecía hacerse cargo de la obra de una carretera, sin pasar por un proceso de licitación. “Yo soy la Administración”, razonó el consejero. Una vez que se hizo público, Suárez-Quiñones llegó a plantearse actuar contra la Justicia, pero no llegó a hacerlo. No fue imputado a pesar de que la UDEF apuntaba a la comisión de presuntos delitos. Para el consejero “no tenía un pase” que la llamada apareciera en el informe policial aludiendo a posibles delitos de prevaricación y revelación de secretos.
El año pasado el incendio de Navalacruz (Ávila) que calcinó más de 20.000 hectáreas, también colocó al consejero en la picota. El fuego se originó en un vehículo en una carretera comarcal junto a la sierra. Se avisó al 112, el servicio de emergencias que depende de la Consejería de Fomento, y ni una sola de las llamadas –y fueron bastantes– consiguió que se activase a medios de extinción. El fuego iba a llegar al monte, pero el protocolo establecía que un fuego en una cuneta no era forestal y tenían que ocuparse los bomberos del Ayuntamiento de Ávila, a más de media hora de distancia. Y así se gestó la tragedia.
Las características de ese fuego incontrolable durante días fueron las mismas que las de los incendios de este verano: temperaturas de más de 30 grados, humedad no superior al 30% y vientos de más de 30 kilómetros por hora. Los resultados fueron desoladores y Suárez-Quiñones dijo que había que hacer cambios para evitar desgracias similares.
Más de 60.000 hectáreas arrasadas, dos muertos y un operativo de incendios cuestionado
De las más de 20.000 hectáreas de ese fuego de Navalacruz se ha pasado a las 60.000 de los incendios de la Sierra de la Culebra y de Losacio en Zamora, sin contar fuegos como el de Monsagro en Salamanca, Montes de Valdueza en León o el de Sabinares del Arlanza en Burgos. El primer gran incendio, en la Sierra de la Culebra, se produjo el 15 de junio, en una ola de calor que venía durando varios días, con una sequía evidente y con previsiones de tormentas eléctricas. Pero el consejero no dio la orden de decretar el riesgo alto, que hubiera puesto en marcha un operativo muy distinto del que hubo esa noche en la que una decena de rayos desató el infierno. La orden no se dio porque todos los años el riesgo alto se fija el 1 de julio.
Pero además, al operativo reducido e insuficiente, se suma el modelo de extinción de incendios de la Junta de Castilla y León, que es mixto, con medios públicos y privados, y que contrata a bomberos solo durante unos meses y no durante todo el año. De este modo el fuego encuentra cortafuegos descuidados, pistas forestales sin limpiar, y combustible de sobra para volverse incontrolable. La gravedad del segundo incendio que ha asolado Zamora, el de Losacio, ha acabado con dos vidas, la de un bombero forestal y la de un pastor al que rodearon las llamas.
A ello hay que sumar las cuestionables condiciones laborables de los bomberos, que han mostrado en twitter la vitualla que recibían: bocadillos con escaso relleno, poca bebida y poca fruta. Este lunes, el consejero se defendía en una entrevista en la Cadena SER asegurando que la situación de los bomberos no era cosa suya sino de las empresas que los contrataban y de los convenios colectivos, y que parte de la culpa de la situación con los fuegos era cosa de las “nuevas modas” de los ecologistas, asumiendo el discurso negacionista de Vox, socio de gobierno del PP.
En esa huida hacia delante está también el propio Mañueco que afirma alternativamente bien que los incendios forman parte de la “naturaleza” bien que personas –que no concreta– “quieren quemar Castilla y León”. Este miércoles, la Guardia Civil detenía a un agricultor como presunto autor del incendio en la provincia de Burgos que obligó a evacuar varios pueblos. El hombre está investigado por haber realizado presuntamente trabajos agrícolas en una finca de cereal en horario prohibido. Ha quedado en libertad tras negarse a declarar, pero está investigado. Además, la Fiscalía de Castilla y León ha abierto diligencias de investigación contra Suárez-Quiñones tras una denuncia de CCOO por su gestión del incendio de la Sierra de la Culebra. Todos los partidos de la oposición han pedido ya su dimisión.
La evolución de los incendios –y de la crispación vecinal y política– dejarán ver dentro de poco si el presidente deja caer a su consejero.
Manifestaciones por toda la comunidad piden la dimisión del presidente de la Junta y de su consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, a quienes consideran responsables de la actual situación.
Panorámica de la manifestación que ha tenido lugar este sábado 23 de julio en Ponferrada en protesta por la falta de planificación forestal. —Isabel de la Calle Fernández
Castilla y León no aguanta más. Tras sufrir decenas de incendios en lo que va de verano, ciudadanos de todos los puntos de la comunidad han dado un puñetazo encima de la mesa y se han echado a las calles pidiendo la dimisión del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y de su consejero de Medio Ambiente, el popular Juan Carlos Suárez-Quiñones como responsables de la falta de planificación forestal.
El fin de semana de protestas comenzó ya el jueves en Zamora con una protesta en recuerdo de las muertes del bombero y el pastor fallecidos en el incendio de Losacio. Convocada por el sindicato CGT a las puertas de la Junta, tenía el lema de «Trabajo sin riesgo». Algunas de las pancartas que se exhibieron señalaban: «Zamora arde. La Junta responsable», dejando claro a quienes consideran responsables de la actual situación forestal de la comunidad.
El viernes ha sido el turno de León con una concentración convocada por Conceyu y en la que también se ha pedido la dimisión del presidente y su consejero por la nefasta gestión de los montes y por no dotar de suficientes medios humanos y materiales a los servicios de prevención y extinción de incendios. En este caso, muchas de las pancartas pedían un operativo público que esté activo todo el año, que pueda dar respuesta rápida a las situaciones de emergencia.
Imagen de la convocatoria que ha tenido lugar este sábado 23 de julio en Salamanca en protesta por la falta de planificación forestal. —Isabel de la Calle Fernández
Duras críticas al Gobierno de la Junta desde Ponferrada
El sábado por la mañana recogió el testigo de León la capital del Bierzo, Ponferrada, con una concentración en la plaza Lazúrtegui de más de 300 personas. La comarca berciana también se ha visto asolada por varios incendios, por lo que los bercianos han clamado contra la «falta de planificación forestal» de los responsables políticos y se han oído gritos de «nunca más».
Las pancartas en Ponferrada han sido muy críticas con el Gobierno de la comunidad. Algunas aseguraban: «Mañueco y Quiñones, a los tiburones» o «Don Mañueco nos toma a pitorreo y don Quiñones se rasca los…».
Las organizaciones ecologistas que convocaron la manifestación han pedido, además, que se apruebe la declaración de nivel de alerta tres y de zona catastrófica para las áreas más afectadas por el fuego, además de centrar sus críticas más mordaces sobre las figuras de Mañueco y Quiñones.
Salamanca ha sido la siguiente provincia en unirse a las protestas con una concentración en la Plaza Mayor de la capital charra este sábado a partir de las 20 horas. En ella se ha recordado como la comunidad está «calcinada y abandonada», además de pedir a la Junta «mejores condiciones laborales y un salario acorde con el trabajo» que realizan los bomberos forestales.
Valladolid finalizará con esta cadena de manifestaciones con la convocada este domingo 24 en la Plaza Mayor de la capital pucelana para pedir al Gobierno de Castilla y León soluciones ante el drama vivido con los incendios en la Sierra de la Culebra. Esta movilización también denunciará el abandono y el déficit de servicios en Zamora y su medio rural.
Hay que recordar que el incendio de Losacio, en Zamora, con más de 31.000 hectáreas arrasadas se ha convertido en el segundo incendio más importante de España, solo superado por el de Minas de Riotinto en 2004 (34.290 hectáreas quemadas). Este incendio se une en la misma provincia al de la Sierra de la Culebra, que tuvo lugar en el mes de junio y que con casi 25.000 hectáreas quemadas lideraba los incendios más importantes de este siglo hasta que comenzó el de Losacio.
Salamanca, Ávila y León han sido las otras provincias de la comunidad autónoma que han sufrido incendios muy importantes en este inicio de verano 2022.
Los vertederos son vertederos aunque tengan hilo musical. Algunas tertulias de televisión son basura porque los que deciden sus escaletas e invitados son basura.
«¿Y si empezamos por dotar de dignidad y derechos a los imprescindibles en vez de estar pendientes de si los popes de la banca se molestan por una subida de impuestos justa?» ‘Los tres pies al gato’ de esta semana de Ana Pardo de Vera. ¡Bienvenido al CANAL de Youtube de Público! Periodismo, investigación y compromiso para construir un mundo más igualitario.
¿Satisface la nueva ley las demandas de los colectivos memorialistas y de familiares de represaliados por el franquismo? Emilio Silva y Jonathan Martínez analizan la ley en La Base
Los incendios de los últimos días han desatado las críticas al Gobierno de Castilla y León en manos del PP y la ultraderecha por la falta de coordinación y las carencias a la hora de hacer frente al fuego. Y, hombre, cuando se ha visto a una ONG ir a llevar comida a los brigadistas pues quizá puede ser que algo de descoordinación sí que haya habido.
Ahora el alcalde de Valladolid, el socialista Óscar Puente, ha denunciado una más. Puente ha relatado a los medios cómo se ha producido la petición de la Junta para que los bomberos de la ciudad colaboraran en las labores de extinción.
«El domingo a las diez de la noche me llama el concejal […] y me dice que una operadora del 122 nos dice que enviemos una unidad a la localidad de Tábara. O sea, esta es la primera fórmula de requerimiento que nos hace la Junta para que colaboremos con el incendio». Después asegura que fue él quien tuvo que llamar al consejero para pedirle una petición formal. «Estamos mandando gente a jugarse la vida fuera de nuestro municipio, estamos jugándonos los bienes materiales […] qué menos que un papelito, ¿no?», denuncia.
La denuncia del alcalde ha añadido multitud de muestras de indignación nuevas a las que ya existían. Uno de los que mejor lo ha resumido es el humorista y presentador de Hora Veintipico Héctor de Miguel, salmantino de origen.
No saben ni pedir ayuda cuando hay una emergencia, pero aquí en CyL ya nadie aborta y la gente no folla por gusto. Así que seguirán ganando.😁👌🏽pic.twitter.com/EEdB7HoGAY
Siete días después de reclamar al banco la devolución de la transferencia de 1,2 millones de euros, la mitad del importe por medio millón de mascarillas, debido a «irregularidades» detectadas, el Ayuntamiento de Madrid procedió a efectuar el segundo pago.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, interviene en el Debate sobre el Estado de la ciudad de Madrid, el pasado 5 de julio. —Marta Fernández/EUROPA PRESS
El atestado de la Policía Municipal de Madrid que fue aportado a los juzgados de Madrid el 5 marzo de 2020 –aunque la fecha del documento es de 5 de mayo– y que relataba un presunto delito de estafa obviaba el segundo pago del consistorio a la consultora, por valor de 1,25 millones de euros, la mitad del importe total por el medio millón de mascarillas de la marca Eko procedente de Turquía.
El informe policial sólo indicaba que el consistorio había pagado la mitad de los 2,5 millones el 24 de marzo de 2020 y que el 7 de abril, «al detectarse irregularidades», los servicios jurídicos del ayuntamiento dieron la orden de reintegro de la cantidad transferida a Philippe H. Solomon, el empresario al frente de Sinclair&Wilde.
No se especifican en dicho informe a qué irregularidades se refiere. El cargamento de las mascarillas aún no había llegado a Madrid por entonces. Lo haría días después, el 23 de abril de 2020. Ante la sospecha de irregularidades en la documentación de las mascarillas, la Policía pudo constatar posteriormente que las mismas carecían de las mínimas condiciones de seguridad y jamás se llegaron a utilizar.
Dos millones y medio de euros, perdidos
La primera transferencia no se devolvió a las arcas públicas madrileñas y la segunda, tampoco, pese a que Elena Collado, la funcionaria encargadas de las compras de material sanitario tramitadas por la funeraria de Madrid, advirtió a Solomon en agosto de 2020 que si no enviaba, «como estaba comprometido», el certificado de conformidad [declaración de conformidad de la UE] «debemos acordar la devolución del producto y del dinero», consta en un mail aportado al sumario.
En marzo de 2021 se abrieron diligencias de investigación en el Juzgado de Instrucción 30 de Madrid por este caso, pero se archivaron en julio de ese año al no poder determinarse el paradero del empresario franco-israelí Philippe H. Solomon. Un año después el juzgado, al frente del cual está el juez Jorge Israel Bartolomé, reabrió la causa al recibir información sobre el domicilio del empresario, tras haber sido localizado por Infolibre.
El 27 de junio pasado, el Ayuntamiento de Madrid aportó al juzgado el recibo de la segunda transferencia a Sinclair&Wilde, como adelantó El País y ha podido comprobar este diario. Hasta entonces, había trascendido que el consistorio dirigido por José Luis Martínez-Almeida había abonado únicamente la mitad del precio convenido con Solomon.
Entre la documentación que los responsables de la funeraria municipal enviaron a la Fiscalía Anticorrupción sobre el caso de Luceño y Medina, figura algún documento relativo al ‘caso Sinclair’, entre ellos, los dos recibos de la entidad bancaria Bankinter que atestiguan las dos transferencias al dueño de Sinclair&Wilde, algo que ha podido comprobar Público.
Ahora, según señalan a este diario fuentes jurídicas, el juez Bartolomé quiere saber el motivo por el que el equipo de Almeida hizo la segunda transferencia a Solomon, cuando siete días antes había dado orden al banco para la retrocesión de la primera transferencia; algo que carece de sentido a primera vista o, al menos, parece que compromete la debida vigilancia del dinero público.
También indaga el juez el motivo por el que pese a sostener el consistorio que le fue imposible contactar con el dueño de Sinclair&Wilde tras recibir las mascarillas adulteradas, el 23 de abril de 2020, recibió, sin embargo, en octubre de ese año una carta de un despacho de Luxemburgo que representa a la compañía Victorian Linens&Crafts, que fue quien compró las mascarillas en Turquía para Solomon.
En dicha misiva, el despacho de abogados Karp&Choucroun indica que «ninguno de nuestros anteriores correos ha sido respondido». Comunica que la empresa «no ha recibido ninguna información sobre la correcta recepción del pedido por parte de las autoridades» y «necesitaríamos urgentemente averiguar la conformidad del contrato y, especialmente, la correcta recepción del pedido».
Un grupo de personas caminan en la ciudad de Teruel, sur de Aragón, España, 15 de julio de 2022.
Al menos 360 personas han perdido la vida por las altas temperaturas registradas en los primeros seis días de la ola de calor que afecta a España.
Según un informe publicado este sábado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), dependiente del Ministerio de Sanidad de España, han elevado a 360 los muertos por la ola de calor. Los datos proporcionados corresponderían al periodo que va del 10 al 15 de julio y el pico máximo de fallecimientos se produjo este viernes, con 123 decesos.
La ola de calor que atraviesa España es la segunda en lo que va de verano. La primera se produjo el pasado 11 de junio, convirtiéndose en la más temprana desde 1981.
En cuanto a la mortalidad atribuida a las altas temperaturas, los peores días fueron el 18 y 19 de junio, cuando se registraron 206 muertes, según datos del Instituto de Salud Carlos III. Estiman, además, que en todo junio en España hubo 829 muertes que no deberían haberse producido si no hubiera hecho tanto calor.
Conforme al instituto, la deshidratación, la descompensación o las enfermedades crónicas son algunos de los factores que pueden agravar súbitamente el estado de salud de las personas en épocas de calor y provocarles la muerte.