‘Anulación de condenas a Lula sacude gobierno nefasto de Bolsonaro’

 

La anulación de condenas contra el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva golpea totalmente el tablero electoral político del país, según un experto.

El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil ratificó la anulación de las condenas contra Lula da Silva por ocho votos a favor y tres en contra. Aunque este fallo no le exculpa de manera total, abre las puertas para que el líder izquierdista se enfrente en las elecciones de 2022 con el presidente del país, el ultraderechista Jair Bolsonaro.

Durante una entrevista concedida este viernes a la cadena HispanTV, el periodista David Alejandro Toro ha considerado el hecho como una noticia esperanzadora que golpea totalmente el tablero electoral político del gigante sudamericano.

Para Toro, la detención de Lula, un hombre que le ha dado tanto al país, en 2018 fue algo angustioso y triste. De hecho, ha añadido, lo que sucede hoy pone a Lula en la luz y desestabiliza un gobierno nefasto que tiene miles de muertos por el descuido y la negligencia de Bolsonaro.

 

El exmandatario fue condenado en 2018 por corrupción y lavado de dinero como beneficiario de un tríplex en Guarujá (litoral de Sao Paulo) y estuvo detenido desde abril de ese año hasta noviembre de 2019 en la sede de la Policía Federal de Curitiba.

En 2020, fue condenado a 17 años en segunda instancia por supuesto recibo de sobornos de constructoras, relacionado con un sitio en Atibaia (Sao Paulo), a cambio de influir en la obtención de contratos en Petrobras. El líder del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil siempre ha negado los cargos en su contra.

La anulación de las condenas de Lula ocurre cuando el Supremo Federal de Brasil anuncia la creación de una comisión para investigar a Bolsonaro por su gestión ante la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.

«El fin del Gran Crudo y el ascenso de la Gran Energía»: el precio del barril de petróleo podría caer hasta los 10 dólares, según una consultoría

El informe describe el escenario que se produciría en el sector si el mundo avanzara de manera decidida hacia los objetivos marcados por el Acuerdo de París sobre cambio climático.
"El fin del Gran Crudo y el ascenso de la Gran Energía": el precio del barril de petróleo podría caer hasta los 10 dólares, según una consultoría

Los precios del crudo Brent podrían caer hasta los 10 dólares por barril para el 2050 si el mundo acelera su transición hacia las fuentes de energía de bajo impacto medioambiental, según la consultora energética Wood Mackenzie.

Si el mundo procede de manera decidida hacia el objetivo de reducir las emisiones de gases invernaderos y limitar para ese año el calentamiento global a 2 grados por encima del nivel preindustrial, acordado en el Acuerdo de París sobre el cambio climático de 2015, se producirá una revolución en la industria de la energía y se desplomará la demanda de petróleo, así como el poder de los gigantes petroleros y los precios de los hidrocarburos, augura el informe.

Según la consultoría, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) controlaría más del 50 % del mercado de petróleo para el 2050, pero su influencia sería menor debido a la drástica caída de la demanda, mientras que los extractores de bajo coste de Oriente Medio mantendrían su liderazgo en el suministro.

Aunque la compañía admite que este «Escenario de Transición Acelerada en Energía» es solo una hipótesis y no una predicción firme, el sector del petróleo y el gas no debería pasar por alto las conclusiones del informe, según la vicepresidenta de Wood Mackenzie, Ann-Louise Hittle.

«Son demasiado altos los riesgos asociados a una política robusta de cambio climático y a unas tecnologías que cambian rápidamente», señaló Hittle.

La directiva describe este escenario como «el fin del Gran Crudo y el ascenso de la Gran Energía» y mencionó que las compañías financieramente fuertes del sector ya están impulsando planes de inversión para complementar las decrecientes ganancias de la producción con nuevos influjos de dinero de proyectos de fuentes de energía renovables y de baja emisión.

https://actualidad.rt.com/actualidad/388586-eeuu-perder-china-guerra-tecnologia-energia

Sánchez anuncia una prórroga de las medidas antidesahucios

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha anunciado en el Parlamento que prorrogará tres meses las medidas contra desahucios y de protección a inquilinos aunque decaiga el Estado de alarma, que no pretende prorrogar.

A pesar de la presión de algunos de sus socios Sánchez no da de momento su brazo a torcer.

Además el presidente ha insistido en la campaña de vacunación y no en las restricciones como solución a la curva de contagios y muertes por coronavirus y ha vuelto a prometer que a finales de agosto el 70% de los españoles estará inmunizado.

 

La II República española cumple 90 años: ¿por qué se menciona tanto en la política actual?

Un joven ondeando una bandera republicana durante una manifestación contra la monarquía en 2014 - Sputnik Mundo, 1920, 14.04.2021
El 14 de abril se conmemora el inicio de un periodo reciente en la historia del país que desembocó en una Guerra Civil y cuatro décadas de dictadura. Hoy hay quien ve ingredientes parecidos a los de entonces.
Han pasado 90 años, pero la sombra de la II República española se alarga hasta nuestros días. La fecha de su proclamación, el 14 de abril de 1931, no solo es una efeméride más en el calendario ni el epígrafe de un tema en los libros de la Historia: sigue representando la división nacional. Volver a ese periodo se convierte a menudo en un cruce de reproches, a pesar de su corta duración. O quizás por eso: los cinco años en paz tras la expulsión del rey Alfonso XIII mantienen su halo de ensueño para algunos y sus vilezas para otros.
De un lado se esgrimen los avances sociales (sufragio universal, las misiones pedagógicas de alfabetización, la libertad sindical…) o laborales (con una reforma agraria que reguló las condiciones campesinas de la época). De otro, la supuesta inseguridad de las calles, la presunta ingobernabilidad tras la victoria conjunta de la izquierda o las revueltas en diferentes puntos de la geografía a lo largo de aquellos años se usan como argumento para justificar el Golpe de Estado de 1936, la consecuente Guerra Civil y las cuatro décadas de dictadura de corte fascista.
Aún hoy, esas letanías llegan al discurso oficial. Partidos como Vox han sacudido la alfombra de términos y enarbolan su lucha contra el Gobierno actual, una coalición de PSOE y Unidas Podemos, tildándoles de Frente Popular. Aluden a las checas (cárceles republicanas) cada vez que se menciona el holocausto franquista (que, según las estimaciones más recatadas, suma 150.000 cadáveres). E incluso se filtran conversaciones procedentes de exmilitares que hablan sobre «fusilar rojos».
La II República española derivó en un país de vencedores y vencidos cuyas heridas, a tenor de los mensajes emitidos en el Congreso, en manifestaciones falangistas o en barrios donde resuena el «no pasarán» de la resistencia, siguen supurando. ¿Por qué? El escritor y periodista Vicente Clavero, profesor universitario y autor en la editorial Catarata de 14 de abril. Crónica del día en que España amaneció republicana, cree que «los grandes poderes no perdonaron nunca el triunfo de la República» y desde aquella mañana en que se colgó la bandera con la franja morada en los Ayuntamientos «conspiraron contra ella».
«Esas maniobras y los errores republicanos, que generaron mucha frustración incluso en sus propias bases sociológicas, desembocaron en un clima de violencia espoleado por las facciones más radicales de ambos bandos», analiza Clavero, «y fue el caldo de cultivo que esperaban los grandes poderes para acabar con la República, que derivó en la rebelión de 1936. Desde entonces, la sociedad española ha permanecido muy polarizada en torno a lo que la República significó».
Clavero añade otro factor: «40 años de propaganda antirrepublicana también han contribuido». «La Transición fue un paréntesis en que quedaron soterradas las viejas confrontaciones. Pero, a la menor ocasión, el enfrentamiento ha vuelto y dudo mucho que la República deje de ser motivo de conflicto —en mi opinión, injustamente— durante todavía algunas generaciones», sentencia a Sputnik.
Un conflicto que se alimenta de informaciones parciales o de lo que Ángel Viñas, historiador y especialista en el asunto, cataloga como «aprovechamiento», «una interpretación torticera». «Yo solo miro papeles, no emito opiniones, pero el paralelismo entre el clima de entonces y el de ahora es nulo», afirma en conversación con Sputnik tras el reciente lanzamiento de su libro El gran error de la República (Crítica), «aunque lo que sí ha habido es una desacreditación continua de la izquierda durante el franquismo y después de algunas personas, principalmente de derechas».
«Pero, entonces, el contexto era totalmente distinto: la polarización en los años 30 era real. Los intereses y las clases sociales estaban separados», aduce Viñas, enumerando cómo la Corona se había desgastado por la corrupción y por haber permitido una dictadura de Primo de Rivera, cómo atravesaba Europa la recesión del 29 y cómo la actividad fundamental era la agrícola: un amplio porcentaje de población se empleaba en el campo u otros oficios de explotación mientras una pequeña élite acaparaba la riqueza de este trabajo. «Había una minoría que disponía de grandes recursos y una gran masa en la miseria», anota Viñas.
Tal panorama provocó que la monarquía se desvaneciera «sin romper ni una ventana», como dijo Manuel Azaña. Los resultados políticos y el clamor popular derrocaron una institución en horas bajas. «Fue una mezcla de ambas cosas», resuelve Clavero. Según detalla, «las élites políticas antimonárquicas habían conseguido una gran movilización de votantes en las elecciones municipales del 12 de abril, que tuvieron en la práctica un carácter plebiscitario» y esa movilización «permitió que las candidaturas republicanas se impusiesen en las grandes ciudades, donde no llegaba la influencia del caciquismo».

Tumba de Manuel Azaña, en la localidad francesa de Montauban - Sputnik Mundo, 1920, 07.02.2021

España

Manuel Azaña, la tenue sombra de un intelectual que quiso aventuras y se encontró con el destierro

«Cuando comenzaron a circular esos resultados, hubo mucha gente que se echó a la calle a celebrarlos. En las filas monárquicas cundió la desazón y, en algunos casos, el miedo físico a que la situación se desbordase. Los líderes políticos aprovecharon la ocasión para exigir la abdicación del rey so pretexto de evitar males mayores. Y Alfonso XIII, falto de apoyos en las fuerzas armadas y en la Guardia Civil, no tuvo más remedio que salir de España deprisa y corriendo. Por lo tanto, sin el impulso popular, la República probablemente no habría llegado de una manera tan rápida, pero la decidida actuación de sus dirigentes fue fundamental también”, apunta.
No solo estos dirigentes republicanos consiguieron superar la fragmentación de partidos y coaligarse para sobrepasar al partido monárquico, que venció en los comicios, sino que también la Guardia Civil abandonó al rey. «Le dijeron que estaban con el pueblo», señala Ángel Viñas, que ha examinado la etapa entre 1931 y 1936 en varios volúmenes publicados recientemente y que en el último resalta el «error» de «no prevenir el Golpe de Estado, del cual tenían informaciones».

«Los republicanos llegan por primera vez al poder y quieren hacer todo a la vez. Eso genera resistencias del poder, de la oligarquía, de la aristocracia. Acometen reformas agrarias, educativas, constitucionales, de separación entre Iglesia y Estado, de igualdad de género, lidian con una proclamada República Catalana… Eso provoca que a los dos años cambie el Gobierno y se paralicen todos los cambios», sintetiza, refiriéndose al denominado bienio negro, de 1933 a 1935, comandado por la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas).

Para Viñas, es un «lugar común» defender desde el mundo académico que el Golpe de Estado «se veía venir». Un desenlace que en 2021 se sugiere a la inversa: los escándalos de la Casa Real, con el rey emérito fuera del país y Felipe VI manteniendo una distancia sigilosa, la pandemia aumentando la brecha social (crece el paro, se desinfla la economía) y una parte del Ejecutivo claramente republicano alientan una III República. Incluso Pedro Sánchez se ha dejado caer en la tumba de Manuel Azaña para rendirle homenaje y el hasta hace nada portavoz de Unidas Podemos y vicepresidente, Pablo Iglesias, ha manifestado que la riqueza del país debía estar subordinada a los intereses de la economía nacional, como enunciaba el artículo 44 de la Constitución firmada el 9 de diciembre de 1931.
Sin embargo, aquel periodo es difícilmente recuperable. Ya hubo una oportunidad cuando falleció el Caudillo. Entonces volvió a hablar la gente y se encauzó una democracia todavía en entredicho. «Antes e inmediatamente después de la muerte de Franco, hubo importantes movilizaciones en España, sobre todo en el ámbito laboral y en el universitario, que fueron duramente reprimidas. Estoy convencido de que sin ellas es altamente probable que las ansias de cambio latentes en buena parte de la sociedad española no hubieran tenido las consecuencias políticas que luego tuvieron», divaga Clavero.

«Fueron el detonante y el soporte del proceso hacia la democracia que protagonizaron los representantes de las fuerzas políticas actuantes en la Transición. De nuevo, como en el caso del 14 de abril, las élites supieron interpretar la voluntad popular y se alimentaron mutuamente», concede.

Acordaron un camino pacífico sacudido en 1981, con la intentona golpista de Antonio Tejero, y criticado en 2015 con el Movimiento 15-M. Al «no nos representan» que resonaba en las plazas españolas le acompañaban reproches al apodado régimen del 78, que habría mantenido rémoras de la dictadura, con una amnistía inequitativa y dos partidos principales alternándose el poder. Sus arengas originaron nuevos grupos, pero no consiguieron destronar a los antiguos, por mucho que la instantánea de una Puerta del Sol abarrotada se comparara con la de aquel abril tricolor.
«Yo creo que son fenómenos difícilmente comparables. La de 1931 y la de 2015 eran sociedades muy distintas. Lo que sí hubo en ambos casos fue un hartazgo con la clase política establecida y un clima insoportable de corrupción. Contra eso se rebelaron los ciudadanos al proclamar la República y también quienes se echaron a la calle durante semanas el 15-M. Pero aquello condujo a un cambio de régimen, mientras que ahora lo único que ha ocurrido es que se ha pasado del bipartidismo al bibloquismo«, sostiene Clavero.
Es verdad, confiesa, que hoy los ciudadanos tienen más opciones entre las que elegir. «Pero las gubernamentales siguen siendo dos: el PP y el PSOE. ¿Con matices? Sí, por supuesto. La necesidad de alianzas ha obligado al PSOE a aceptar propuestas de Unidas Podemos. Como el PP a aceptarlas de Ciudadanos y de VOX. Por lo demás, cambios de fondo ha habido pocos. Seguimos teniendo el mismo régimen, la misma Constitución, la misma ley electoral… No ha habido una ruptura como la de 1931″, concluye. Ángel Viñas, advirtiendo de que su tarea es «estudiar lo anterior, no predecir el futuro», es más contundente: asegura que «el pasado nunca se repite», aunque muchos sigan brindado con un «¡salud y república!».

«Es hora de poner fin a la guerra más larga de EE.UU.»: Biden anuncia la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán

Washington planea retirar sus fuerzas por completo para el próximo 11 de septiembre, fecha que marca el 20.º aniversario de los ataques terroristas del 11-S en EE.UU.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado este miércoles la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán. «Es hora de poner fin a la guerra más larga de EE.UU. Es hora de que las tropas estadounidenses vuelvan a casa desde Afganistán», ha declarado el mandatario en su discurso.

El presidente anunció formalmente la retirada en la Sala de Tratados de la Casa Blanca, el mismo lugar donde George W. Bush anunció el inicio de la guerra el 7 de octubre de 2001, pocas semanas después de los atentados del 11 de septiembre.

«Fuimos a Afganistán debido a los horribles ataques del 11 de septiembre que ocurrieron hace 20 años», recordó el mandatario, para agregar que «eso no puede explicar por qué deberíamos permanecer allí en 2021«.

Según Biden, en lugar de volver a la guerra con los talibanes, Washington tiene que centrarse en «los desafíos del futuro».

Retirada antes del 20.º aniversario del 11-S

El plan de Washington consiste en retirar todas las fuerzas norteamericanas, que actualmente suman 2.500, para el 11 de septiembre de este año, el 20.º aniversario de los atentados del 11-S.

El presidente aclaró que tanto las tropas estadounidenses, como las fuerzas de sus aliados de la OTAN y socios operativos, «estarán fuera de Afganistán» antes del «vigésimo aniversario de ese atroz ataque el 11 de septiembre».

«No podemos continuar el ciclo de extender o de expandir nuestra presencia militar en Afganistán con la esperanza de crear las condiciones ideales para la retirada», explicó el mandatario. Asimismo, enfatizó que hace mucho que Washington logró su objetivo de evitar que este país centroasiático sirviera como base para que terroristas atacaran a EE.UU., y que han pasado 10 años desde que las fuerzas estadounidenses mataron al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden.

«Desde entonces, nuestras razones para permanecer en Afganistán se vuelven cada vez más confusas», apuntó Biden, que recordó que él ya es el cuarto mandatario de EE.UU. que afronta en su mandato «la presencia de tropas estadounidenses en Afganistán». «Dos republicanos, dos demócratas. No pasaré esta responsabilidad a un quinto«, prometió.

El presidente de Afganistán «respeta» la decisión

El presidente afgano, Ashraf Ghani, ha anunciado este miércoles en Twitter que ha hablado con Biden y que «respeta» la decisión de Estados Unidos. Ghani agregó que Afganistán trabajará con Washington «para garantizar una transición sin problemas» y que continuará cooperando con EE.UU. y con la OTAN en los esfuerzos de paz que siguen su curso.

«Entramos juntos, salimos juntos»: Alemania espera que la OTAN retire todas sus tropas de Afganistán

A los partidos republicanos no se les permitió concurrir a las elecciones que alumbraron el régimen del 78

El denominado “segundo Gobierno de la Monarquía” los mantuvo en la ilegalidad.

A los partidos republicanos no se les permitió concurrir a las elecciones que alumbraron el régimen del 78

Adolfo Suárez (UCD) y Felipe González (PSOE) votan en las elecciones constituyentes de junio de 1977, a las que no se permitió concurrir a los partidos republicanos

El PSOE y su secretario general, el también presidente del Gobierno Pedro Sánchez, han vinculado este miércoles, de forma oral y escrita, los años 1931, cuando se proclamó la II República, y 1978, cuando se aprobó la Constitución vigente, ley básica del actual régimen del 78. Sin embargo, lo que supuso el pacto del 78 es legitimar la forma de Estado monárquica y la restauración borbónica impuestas por Franco en la persona de Juan Carlos de Borbón y sus herederos, y es que en la Transición no sólo no se convocó un referéndum para elegir la forma de Estado entre monarquía y república, sino que a los partidos que no aceptaban la monarquía no se les permitió concurrir a las elecciones de junio de 1977 –comicios constituyentes, pues alumbraron la Constitución de 1978 y con ella el régimen del 78–, porque el denominado “segundo Gobierno de la Monarquía” los mantuvo en la ilegalidad.

Esas generales de junio de 1977 –las primeras desde las de febrero de 1936, que habían alumbrado el Gobierno del Frente Popular, cuyos avances fueron el detonante del golpe de Estado franquista– se celebraron con numerosos partidos en la ilegalidad. Es el caso de ARDE (Acción Republicana Democrática Española), que había sido fundado en el exilio, fruto fundamentalmente de la fusión de los restos de la Izquierda Republicana de Manuel Azaña y de la Unión Republicana de Diego Martínez Barrio, dos de los partidos que habían integrado el Frente Popular en las generales de febrero de 1936. Y el del PTE (Partido del Trabajo de España), la ORT (Organización Revolucionaria de Trabajadores), la LCR (Liga Comunista Revolucionaria) o el MC (Movimiento Comunista), que habían sido fundados en la clandestinidad. Como el PCE (m-l) [Partido Comunista de España (marxista-leninista)], la OCE-BR (Organización Comunista de España – Bandera Roja) o el PCE (r) [Partido Comunista de España (reconstituido)]. O como ERC (Esquerra Republicana de Catalunya)LAIA (Langile Abertzale Iraultzaileen Alderdia)EHAS (Euskal Herriko Alderdi Sozialista) o EIA (Euskal Iraultzarako Alderdia), que además de republicanos y de izquierdas, como todos los anteriores, eran soberanistas. Todos ellos se habían negado a aceptar lo que el PSOE o el PCE sí habían aceptado para ser legalizados y poder concurrir: la legalidad monárquica y la bandera rojigualda, dos de las bases del régimen del 78 que estaba a punto de nacer.

En las elecciones de junio de 1977, varios de esos partidos entonces aún ilegales –el PTE o la ORT– apoyaron diversas candidaturas y otros –el PCE (m-l) o la OCE-BR– optaron por instar al boicot y la abstención, pero ninguno de ellos pudo presentarse a unos comicios a los que, además del PSOE o el PCE –dos de los partidos que habían integrado el Frente Popular en las generales de febrero de 1936–, sí pudieron concurrir formaciones procedentes del franquismo como la UCD o AP e incluso abiertamente fascistas y ultraderechistas como Falange y sus diversas escisiones o Fuerza Nueva, pese a la relación de miembros suyos con diversos y graves episodios de pistolerismo durante la Transición del franquismo al régimen del 78.

La mayoría de los partidos republicanos que no pudieron presentarse a los comicios de junio de 1977 fueron siendo legalizados tras las elecciones, pero en esos comicios constituyentes los electores no tuvieron la oportunidad de votar directamente opciones republicanas. Esos partidos no fueron legalizados hasta que la reforma del franquismo triunfó efectivamente sobre la ruptura con el franquismo, es decir hasta que esas opciones republicanas –en algunos casos herederas directas de la II República, aplastada por el franquismo, y defensoras de la legitimidad y de la legalidad de aquella “república democrática de trabajadores de toda clase” [artículo 1 de la Constitución de 1931]– fueron efectivamente neutralizadas. El denominado “juancarlismo”, utilizado durante décadas para intentar legitimar el régimen del 78, ha acabado haciendo aguas y, con Juan Carlos I en Abu Dabi, el propio régimen necesita de nuevos referentes para su legitimación, pero, diga lo que diga Sánchez, el régimen del 78, coronado por una monarquía restaurada por Franco, no es heredero precisamente de la II República.

El Gobierno de coalición invertirá 70.000 millones para la recuperación económica

Así lo ha anunciado Pedro Sánchez tras la celebración del Consejo de Ministros, informando que se repartirán en los próximos 3 años e irán destinados a la promoción de varias áreas

«Es el más ambicioso y trascendental de la historia reciente», así ha descrito Pedro Sánchez el Plan de Recuperación elaborado por el Gobierno de coalición, que contará con 140.000 millones procedentes de los fondos europeos, de los cuales se invertirán en los próximos 3 años 70.000.

El Presidente ha anunciado que se llevarán a cabo 212 medidas, repartidas entre 110 inversiones y 102 reformas, para incentivar el crecimiento del país. La primera parte de esos ingresos, que se prevé su movilización inmediata, irán destinadas para la transición ecológica, la transformación digital y la igualdad de género.

En concreto, un 39% y un 29% para las dos primeras, un 10,5% para educación y formación y un 7% para investigación e I+D+i. Asimismo, ha anunciado las medidas a impulsar en el marco del Plan de Recuperación, dentro de las que alrededor de 20.000 millones irán destinados para las áreas de Estrategia de Movilidad Sostenible, Segura y Conectada y para el Programa de Rehabilitación de Vivienda y Regeneración Urbana.