Más de 58.000 personas llevaban más de tres meses esperando en Galicia por una consulta, una prueba diagnóstica o una intervención quirúrgica cuando el presidente del PP dejó la Xunta el año pasado.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, el pasado viernes en Fitur. — Eduardo Parra
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, sostiene que las listas de espera son «la verdadera privatización de la sanidad«. Y si se tiene en cuenta su gestión en Galicia, el argumento tiene todo su sentido, porque el deterioro de los servicios sanitarios durante sus años de gobierno en la Xunta ha corrido paralelo al incremento del negocio de la sanidad privada en la comunidad.
Cuando Feijóo dejó el Ejecutivo autonómico en mayo pasado, más de 360.000 personas esperaban en Galicia por una consulta de un especialista médico, una prueba diagnóstica o una intervención quirúrgica. De ellas, 58.000 llevaban más de tres meses aguardando, más de 26.000 desde hacía más de seis meses, y cerca de 4.400 desde hacía más de un año. Al tiempo, los hospitales privados admiten que esas demoras son el principal motivo que lleva a los gallegos a plantearse un seguro privado para recibir atención médica.
El Servizo Galego de Saúde (Sergas) hace públicas sus listas de espera dos veces al año, y la última vez que lo hizo fue en junio de 2022. Es decir poco después de que Feijóo dejara el Ejecutivo autonómico y seis meses antes de que él mismo se jactara de que está capacitado para acabar con ellas. Fue el pasado jueves, en un mitin en Cuenca. Aseguró que «la mayor privatización de la sanidad es no atender a la gente». Lo que no dijo fue que las listas de espera se dispararon durante sus trece años en Galicia hasta extremos que profesionales sanitarios, pacientes, sindicatos y oposición política consideran insostenibles.
La demora media para pruebas y estudios, consultas externas e intervenciones quirúrgicas supera con creces los tres meses en varias especialidades de las siete áreas sanitarias de Galicia. Y hay casos inauditos: el de una niña de 15 meses que lleva más de diez aguardando en Santiago a que el Sergas le haga el TAC que necesita para que los médicos decidan el tratamiento contra la enfermedad ultrarrara que padece; la deriva de pacientes de urgencias a centros privados porque el Sergas no puede atenderlos en los públicos por falta de medios y de personal, l el caso de una mujer de 90 años a la que le dieron cita para quitarle una escayola más de un año y cuatro meses después de ponérsela. No son ejemplos aislados.
En el área sanitaria de Lugo hay que aguardar más de ocho meses de media por una ecografía de mama y nueve por un estudio urológico. En Ferrol son casi siete meses por un estudio alergológico, otros tantos por uno respiratorio y casi ocho por uno de sueño. En Santiago hay que esperar más de 230 días para una ecografía de tórax y más de 185 para un estudio otorrinolaringológico. Y en A Coruña son 179 días de media por una endoscopia digestiva o una exploración oftalmológica.
Una consulta de neurocirugía se demora cinco meses en el área sanitaria coruñesa. Y en Ourense, una intervención de esa misma especialidad se retarda 140 días. En Vigo hay que esperar 119 días por una ecografía de tiroides, y en Pontevedra 137 por un estudio genitourinario. Un niño o un preadolescente de Santiago deben esperar 4,5 meses para operarse porque la espera para una cirugía pediátrica son 139 días. Una neurocirugía se retrasa allí una media de 155 días.
Las listas de espera han aumentado en toda Galicia durante los mandatos de Feijóo, y la situación se ha agravado tras la emergencia sanitaria de 2020. En diciembre de 2019, dos meses antes del confinamiento por la covid, la espera media para una consulta de especialista era de 41,5 días. Cuando Feijóo dejó la Xunta dos años y medio después eran 54,8 días. Casi dos semanas más.
Aún es peor con las intervenciones quirúrgicas. Si en diciembre de 2019 se demoraban 53,9 días desde que el médico las ordenaba, en junio de 2022 ya eran 75,6 días, es decir, tres semanas más. Sucede igual con muchas pruebas diagnósticas: de los dos meses de espera para un estudio radiológico de diagnosis hace cuatro años se ha pasado a casi tres meses. Si entonces había que aguardar 17 semanas por una endoscopia, hoy son más de 19.
En paralelo al deterioro de la sanidad pública, desde que Feijóo accedió a la Xunta en 2009 se ha producido un incremento de las operaciones que realizan en Galicia los grandes grupos hospitalarios privados, como Vithas, Ribera, Quiron y Hospitales de Madrid (HM).
Un seguro privado
Según el último informe de la Asociación de Hospitales de Galicia (Ahosgal), que agrupa a los centros sanitarios de esas empresas, representan ya el 26,5% de la atención especializada y hospitalaria de la comunidad autónoma, con el 28,5% de las intervenciones con hospitalización, el 40% de intervenciones de cirugía mayor ambulatoria, el 29,8% de las intervenciones de urgencias, el 20,5% de los ingresos hospitalarios y el 25,8% de las consultas externas.
«La tendencia crítica [de la ciudadanía] sobre la sanidad pública, aun siendo mayoritariamente favorable, apunta a un incremento de la preferencia por la privada, al contrario de lo que pasa en España«, señala el documento de Ahosgal, que apunta a las listas de espera como «la principal causa del descontento» con el sistema de salud junto a «la masificación de las urgencias de los hospitales» públicos y el «poco tiempo que dedican los médicos a los pacientes».
Esos son, según los propios hospitales privados, «los principales motivos» por los que los ciudadanos de Galicia «estarían dispuestos a contratar un seguro de salud privado«.
La líder de la oposición en Galicia, Ana Pontón, señaló el pasado jueves que el deterioro de la atención en los centros sanitarios del Sergas no es casual, sino fruto de una estrategia política programada y ejecutada conscientemente por el líder del PP y ahora por su sucesor en la Xunta, Alfonso Rueda: «Desmantelar lo público para beneficiar el negocio privado». El secretario general del PSOE, Valentín González Formoso, acusa al Partido Popular de haber convertido al Sergas en «un Amazon sanitario«.
En el mismo sentido se ha manifestado Borja San Ramón, coordinador nacional de Podemos Galicia, quien se reunió el jueves con responsables de SOS Sanidade Pública, la plataforma de profesionales, usuarios, sindicatos y partidos que lleva años denunciando el desmantelamiento de los servicios sanitarios de la Xunta durante los gobiernos de Feijóo y de Rueda. La asociación ha presentado una iniciativa legislativa popular para frenar los recortes y celebrará una nueva manifestación el próximo 12 de febrero.
El portavoz de la plataforma, Manuel Martín, criticó a los responsables de la sanidad gallega por negar que los hospitales públicos gallegos estén colapsados. «Que vayan y vean cómo se encuentran. La hospitalización se hace casi ya en los pasillos«, dijo.