La mujer consiguió hablar con la presidenta madrileña sobre la residencia Francisco de Vitoria de Alcalá. La Fiscalía abre diligencias tras las denuncias por las «pésimas condiciones» de los mayores ingresados y la mala calidad de la comida.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante un pleno en la Asamblea de la región, a 16 de marzo de 2023. — Daniel González / EFE
La Fiscalía de Madrid inició este miércoles una investigación sobre las denuncias contra la residencia Francisco de Vitoria, en Alcalá de Henares, dependiente del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. El Ministerio Público ha pedido documentación a diferentes organismos sobre las quejas en relación «a las pésimas condiciones» en las que se encuentran los mayores ingresados y los trabajadores del centro y la mala calidad de la comida que se sirve a los mayores.
Julia Martínez, hija de una residente, es una de las personas que lleva meses alzando la voz y denunciando la pésima situación del centro. El jueves de la semana pasada dio un paso más. Invitada por Unidas Podemos a acudir al debate en la Asamblea de Madrid, decidió abordar directamente a Ayuso en los pasillos de la cámara.
«Le pregunté si ella comía cinco comidas al día por 4,60 euros», cuenta Martínez, según publica El País. El diario destaca que la mujer relató a la presidenta madrileña la falta de material y de personal en la residencia, «con los abuelos abandonados, sin agua caliente muchos días, con solo cuatro grifos de agua potable… Y ahora, con legionela». Y no, Ayuso admitió que ella no come por menos de 5 euros al día.
Según Julia Martínez, de 48 años, la jefa del Ejecutivo madrileño se comprometió a estudiar la rescisión del contrato con la empresa que suministra los alimentos. Sin embargo, este miércoles Ayuso puntualizó en rueda de prensa que lo que le transmitió a la hija de la residente es que le «gustaría acompañarla un día» y «conocer de primera mano» las instalaciones. Algo que, dijo, hará cuando «tenga la oportunidad».
Las palabras de Ayuso se enmarcan en la estrategia de huida hace adelante que la Comunidad de Madrid está tomando con las residencias. El Gobierno autonómico ha negado que haya legionela en la Francisco de Vitoria. Sin embargo, el Ayuntamiento de Alcalá de Henares detectó niveles graves de presencia de dicha bacteria durante una inspección sanitaria. Según detalló el consistorio, se encontraron «varias muestras con más de 8.000 de unidades formadoras de colonias» en el agua de las duchas del centro, cuando se considera que más de 1.000 unidades formadores de colonias ya representan «una situación grave, donde se requiere una actuación inmediata».
La Comunidad de Madrid se ha limitado a decir que los problemas en la residencia se arreglaron «hace tiempo». En paralelo, la Fiscalía investiga la denuncia presentada por Unidas Podemos, que recoge las quejas de familiares y trabajadores respecto a las condiciones en las que se encuentran los residentes, tanto en la cantidad y calidad de la comida, como en la asistencia necesaria para el día a día al no cumplir la ratio de trabajadores.
La formación morada denuncia que la comida que se está dando a los residentes «no cumple con los mínimos estándares de calidad» y se encuentra «en mal estado muchas veces», incluyendo en ocasiones «gusanos, con hongos o estando prácticamente podrida».
Según la formación, «muchos de los residentes no pueden comer por sí mismos ni ver lo que están comiendo», lo que a su juicio puede suponer un delito contra la salud pública. Podemos incluía en la denuncia una serie de fotografías para advertir del estado de la comida que se da a los residentes. Para la formación, se trata de hechos conocidos por la residencia y su dirección, al hilo de lo cual recuerda «las continuas denuncias» de los familiares al centro y a la Comunidad de Madrid.
En su denuncia, la formación asegura que hay personas que «han perdido peso» y habla de condiciones de «desnutrición» en los residentes que llega incluso a relacionar con fallecimientos en el centro. Los familiares de uno de los internos denunciaron que había perdido 14 kilos en apenas diez meses desde que entró en el centro. Cuestionado en su momento por ello, el responsable de las residencias de Madrid, José Manuel Miranda, quitó gravedad al asunto alegando que el paciente llegó con sobrepeso y que ahora «está en su peso ideal».