Evo Morales dice que el jefe de la OEA admitió su culpa en el golpe de Estado de 2019 en Bolivia al negarse a participar en un foro político sobre este caso.
“Al tratar de escapar, [Luis] Almagro y sus cómplices admiten su culpa” en el golpe de Estado de 2019 orquestado por la derecha, escribió el sábado el expresidente boliviano Evo Morales (2006-2019), en su cuenta en Twitter.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, y otros dos miembros de su Secretaría se abstuvieron de asistir el viernes a una reunión con expertos para debatir sobre el golpe de Estado en Bolivia que derrocó al Gobierno legítimo de Morales.
“En su propia casa, los representantes de la OEA que debían responder por la falsa denuncia de ‘fraude’ se esconden y niegan dar la cara ante 20 embajadores que buscan la verdad del golpe de Estado”, criticó Morales, quien es además el líder del Movimiento al Socialismo (MAS).
El foro, organizado por Bolivia, México y Argentina, se celebró el viernes, en la sede de la OEA en Washington, capital estadounidense, y debatió el informe del organismo hemisférico que alimentó el golpe de Estado tras afirmar que había ocurrido un “fraude” en las elecciones presidenciales de 2019 en las que Morales fue reelegido.
Las tres delegaciones, junto con los expertos independientes que participaron en el evento, aseguraron que no hay evidencias a favor de un fraude electoral en los comicios del 2019.
Este domingo, un editorial del periódico boliviano El Pueblo tildó de “funesto” el papel desempeñado por la OEA y Almagro durante la asonada, y denunció que el jefe de la OEA “no tiene la ética necesaria para hacerse responsable de sus acciones que costaron vidas en el país”.
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¿Qué pasó en 2019 en Bolivia?
Tras la reelección de Morales en las Presidenciales de 2019, el país se enfrentó con una ola de caos y agitación, ya que la oposición no reconoció el resultado e inició una serie de protestas, con el apoyo de los altos mandos policiales y militares, por lo que el mandatario tuvo que renunciar y salir del país para evitar el derramamiento de sangre en las calles.
Ante esta coyuntura, la senadora opositora Jeanine Áñez se autoproclamó presidenta interina de Bolivia, pese a no cumplir con los requisitos constitucionales para ello, lo que enfureció a los partidarios de Morales, quienes salieron a las calles y enfrentaron con una brutal represión policial.
Un año después, con el Movimiento al Socialismo en el poder tras el triunfo de Luis Arce en las elecciones de octubre, Áñez fue detenida de manera preventiva por diversos delitos de terrorismo y sedición por el caso golpe de Estado.