El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró que el sistema bancario está sano y salvo tras la intervención y venta del First Republic Bank.
Se trata del tercer banco en sucumbir a la tormenta financiera que estalló en marzo. Varios expertos, no obstante, creen que el dolor de cabeza bancario de la Casa Blanca no terminará con semejantes medidas.
La Corporación Federal de Seguro de Depósitos, agencia federal independiente de Estados Unidos para seguros, aprobó la venta de los activos de First Republic Bank, después de que la semana pasada sus acciones cayeran a un mínimo histórico. El banco JPMorgan Chase, una empresa líder global en servicios financieros, ganó la licitación para comprar los activos del tercer banco en sucumbir a la tormenta financiera que estalló en marzo. El presidente Biden se mostró convencido de que tras la aplicación de esta medida el sistema bancario está sano y salvo.
Además, destacó que el rescate se ha realizado sin usar el dinero de los contribuyentes estadounidenses, ya que JPMorgan Chase ha asumido todos sus depósitos y prácticamente todos sus activos.
Varios expertos, sin embargo, no comparten este punto de vista y creen que este nuevo rompecabezas político de Biden, no se resolverá tan fácil como lo pinta el presidente. Recuerdan que algunas de las firmas financieras más grandes del país, como JPMorgan y PNC, habían intentado previamente estabilizar First Republic Bank con 30 mil millones de dólares en depósitos, pero la medida fracasó.
Añaden que este es otro clavo en su ataúd, o el desencadenante directo de los problemas, es la crisis bancaria de Estados Unidos como resultado de las quiebras de Silicon Valley Bank y Signature. Varios expertos coinciden en que esta crisis, tras la mayor crisis bancaria desde 2008, también expone una gestión empresarial deficiente y una supervisión gubernamental floja.