Los ecologistas reclaman al PP que revele cuáles son las 650 fincas de Doñana con regadío ilegal que se quieren indultar

WWF solicita una reunión urgente del Consejo de Participación del parque ante el “ataque” de los populares “y de la Junta” motivada “únicamente por intereses electoralistas” en la comarca del Condado

El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, en un acto en Doñana la semana pasada.

La segunda ley que PP y Vox han registrado en el Parlamento andaluz por vía de urgencia para regularizar regadíos en el entorno de Doñana, los cuales utilizan ahora de manera ilegal el agua de su acuífero, ha desencadenado una nueva tormenta que, en la práctica, supone regresar a la casilla de salida en la que se estaba en enero del año pasado. La proposición presentada por ambas formaciones es un calco a la de entonces, también en puertas de unas elecciones (entonces autonómicas, hoy municipales), aunque con algunos matices, y uno de ellos es que ahora se ha quitado del texto la referencia a las 1.400 hectáreas que podrían acogerse a esta amnistía. A cambio, introduce un nuevo dato: la aplicación de la legalidad vigente supondría la “desaparición” de 650 explotaciones agrícolas cuya producción supera los 100 millones de euros.

PP y Vox llevan al Parlamento andaluz una segunda ley para legalizar cultivos de regadío en Doñana a tres meses del 28MPP y Vox llevan al Parlamento andaluz una segunda ley para legalizar cultivos de regadío en Doñana a tres meses del 28M

Pues bien, WWF quiere ahora conocer precisamente cuáles son esas 650 explotaciones, y en este sentido ha presentado una solicitud formal en el registro de la Junta de Andalucía. La organización ecologista entiende que si en la exposición de motivos de la ley se habla con tanta precisión de estas 650 fincas es porque “deben ser conocidas por Vox y PP”, así que también insta a que se aporte el listado y cartografía de estas explotaciones.

De paso, ha solicitado al presidente del Consejo de Participación de Doñana, Miguel Delibes, la convocatoria urgente del pleno de este organismo para que sea informado de los pormenores de a propuesta. En este foro se sientan administraciones –Junta y ayuntamientos de la comarca–, organismos como la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (que es la encargada de dar los derechos de agua), sindicatos, entidades ecologistas y la Estación Biológica de Doñana, entidad científica dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Que se presenten los informes técnicos

Ya puestos, WWF solicita en su petición que se facilite copia no sólo de la proposición de ley, sino también de los informes técnicos que la acompañen, la cartografía y toda la documentación justificativa que se haya presentado junto con la propuesta. Asimismo, pide que se aporten diversos informes que deben acompañar este tipo de modificaciones de planes especiales, como el de incidencia territorial o la evaluación de impacto ambiental.

La organización ecologista es consciente de que la mayoría de estos documentos no existen, de ahí que con esta petición lo que persigue es dejar en evidencia el escaso arrope técnico de una proposición de ley “perjudicial para Doñana, el acuífero y los regantes legales de la comarca”. Por ello, insiste en que “es necesario que el Consejo de Participación se reúna cuanto antes y sea informado de todos los detalles” de esta iniciativa legal, aunque este foro tiene carácter consultivo y sus dictámenes no son vinculantes.

La proposición de ley ha vuelto a romper puentes con el Gobierno central (el Ministerio de Transición Ecológica amenaza con llevar la cuestión ante el Tribunal Constitucional) y que está por ver qué reacción produce en la Comisión Europea, sobre todo si se tiene en cuenta que en 2021 el Tribunal de Justicia Europeo condenó a España por no proteger el acuífero del expolio que sufre. A juicio de WWF, esta segunda intentona “está motivada únicamente por intereses electoralistas en el Condado de Huelva y se construye sobre falsas premisas, tales como supuestos derechos históricos inexistentes”.

Suelos agrícolas regables con aguas superficiales

Otra organización ecologista, SEO/Birdlife, incide por su parte en que la actual sobreexplotación de los recursos hídricos “mantiene los ecosistemas de Doñana al borde del colapso”, por lo que lamenta que el Gobierno andaluz del PP “vuelve a evitar el diálogo, el consenso y el debate obligado sobre cualquier decisión que se tome” en el parque nacional. De paso, critica que obtener el derecho a regar con aguas superficiales en una zona con tan escasos recursos no puede conseguirse con “la amnistía de infractores en un grave agravio comparativo entre agricultores”.

La proposición de ley pretende calificar los terrenos de las 650 fincas que se beneficiarían de la medida como suelos agrícolas regables con aguas superficiales, una condición que no consiguieron con el Plan Especial de Ordenación de la Corona Forestal de Doñana, popularmente conocido como Plan de la Fresa, aprobado en 2014 para zanjar la cuestión en teoría de una vez por todas. La Junta de Andalucía sostiene que esto no supone una amnistía, argumentando que siguen para adelante los expedientes sancionadores que estos agricultores tienen abiertos por piratear agua de un acuífero que se encuentra en muy mal estado. La iniciativa aporta una solución “sin tocar un solo litro del acuífero del que bebe Doñana”, insiste en este sentido el consejero de Medio Ambiente, Ramón Fernández-Pacheco.

Guerra total en Doñana: Moreno acelera el trámite de la ley para ampliar regadíos y el Gobierno le amenaza con los tribunales

Biden presenta un ambicioso presupuesto con subidas de impuestos a los ricos para paliar la deuda federal

El mandatario propone aumentar el gasto en ayudas sociales y militar, con fuertes inversiones para combatir la influencia china. Quiere crear un impuesto del 25% a los multimillonarios (hogares que tengan más de 100 millones de dólares) y elevar el tipo del impuesto de sociedades del 21% al 28%, pero el rechazo de los republicanos dificulta el acuerdo para sacar adelante el presupuesto

Joe Biden, presidente de Estados Unidos.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha presentado este jueves un ambicioso presupuesto en materia redistributiva, pero que tiene muy pocas probabilidades de ser aprobado por el legislativo, ahora que los republicanos dominan la Cámara de Representantes. La propuesta pretende aumentar el papel del estado en la economía, aumentando el gasto público de 6,3 a 6,9 billones de dólares anuales, mientras tata de aliviar la deuda federal, que está a punto de tocar techo. El plan para reducir esta deuda, que ya supera los 30 billones de dólares, pasa por fuertes incrementos de impuestos a los ricos y las grandes corporaciones, como ya anunció Biden durante el Discurso del Estado de la Unión del mes pasado.

Después de tres años de fuerte gasto por la pandemia, y de dos décadas arrastrando déficits presupuestarios, la disparada deuda (31,4 billones) ha puesto a EEUU al borde del precipicio de la suspensión de pagos. Un peligro que podría tener graves consecuencias si no se resuelve, llevando al país hacia una “devastadora” recesión, según alertó la secretaria del tesoro, Janet Yellen. Para aligerar esta carga, Biden necesita llegar a un acuerdo con los republicanos, que tienen la clave del desbloqueo desde su mayoría en la cámara baja. Pero ni están dispuestos a incrementar el techo de deuda ni a aprobar unos presupuestos que impliquen aumentar los impuestos, las dos propuestas fuerza del mandatario, que este jueves ha reiterado con su propuesta de presupuestos para el año fiscal 2024 (del 1 octubre de 2023 al 30 de septiembre de 2024).

El presidente se ha marcado el objetivo de reducir cerca de 3 billones de dólares de déficit en diez años, principalmente por medio de aumentos de impuestos a los ricos y las grandes empresas. Concretamente, su plan incluye un impuesto del 25% a los multimillonarios, es decir, a aquellos hogares que tengan más de 100 millones de dólares. Esto supone un plan más ambicioso del que propuso el año pasado, cuando pidió un impuesto del 20%.

Además, el mandatario pide a los legisladores que reviertan los recortes de impuestos a las grandes empresas que aprobó Donald Trump durante su presidencia. Concretamente, quiere elevar el tipo del impuesto de sociedades del 21% al 28%. Por otro lado, Biden quiere cuadruplicar el impuesto sobre la recompra de acciones (del 1%), una receta aprobada en 2022 como parte de la Ley de Reducción de la Inflación, que ve factible dado que, de momento, no ha asustado los inversores. Por último, el presidente plantea aumentar el impuesto sobre la renta de los norteamericanos que cobren más de 400.000 dólares hasta el 39,6%, tal como estaba antes de Trump.

Por otro lado, para reducir el déficit, los demócratas no solo quieren aumentar impuestos, también aligerar el gasto en múltiples partidas. Por ejemplo, el plan incluye ampliar la capacidad del Medicare (un seguro médico público para los mayores de 65 años) de negociar con las farmacéuticas los precios de las medicinas, algo que supondría un ahorro alrededor de los 160.000 millones de dólares en diez años. También propone poner fin a los subsidios de 31.000 millones para las compañías petroleras y de gas, eliminar el beneficio fiscal de 19.000 millones a los inversionistas en bienes raíces o retirar el subsidio fiscal de 24.000 millones a las transacciones con criptomonedas, entre otros.

Aumento del gasto social, militar e internacional

El dinero recaudado, según esta propuesta del presidente, serviría para pagar el aumento de gasto que suponen los presupuestos, que prevén un incremento gradual del gasto público hasta cerca de los 10 billones en 2023. De este modo, el presidente deja clara su intención de aumentar el papel del estado en la economía, incrementando la inversión en el Medicare y en otros programas sociales, en gasto militar y en ayuda a terceros países.

Este último punto también va en la línea de devolver a EEUU al papel de liderazgo global al que aspiró antes de la presidencia de Trump: prevé movilizar 6.000 millones de dólares más en ayuda en Ucrania, 7.000 millones en ayuda a los refugiados y 2.300 millones en el reforzamiento de las alianzas asiáticas, que garanticen “un Indopacífico abierto y seguro”, con el objetivo de contener a China. El gigante asiático se ha convertido en la principal preocupación geopolítica de la administración, y así lo subraya el documento de presupuestos: “China es el único competidor de Estados Unidos con la intención de remodelar el orden internacional y, cada vez más, con el poder económico, diplomático, militar y tecnológico para hacerlo”.

Con el objetivo de equiparar los recientes incrementos de China en materia de gasto militar, Biden propone que se inviertan 9.000 millones de dólares durante el próximo año en la “Iniciativa de Disuasión del Pacífico” del Pentágono, que incluye el desarrollo de nuevos sistemas armamentísticos para “proteger a los aliados” y “defender los intereses estadounidenses en la región”. Además, quiere destinar 400 millones a un fondo dedicado exclusivamente a contrarrestar la influencia del Partido Comunista Chino (PCC) en el extranjero. Entre otras medidas, este fondo serviría para denunciar las “campañas de desinformación” del PCC.

Oposición frontal de los republicanos

La propuesta de Biden es el disparo de salida de unas negociaciones con los republicanos que se auguran largas y tensas. Aunque todavía no han hecho su propuesta, los conservadores se oponen firmemente a las recetas del mandatario y buscan hacer permanentes los recortes de Trump. Además, piden reducir la inversión en los dos programas que generan más gasto anual: el fondo fiduciario medicare y la seguridad social, que están aumentando a medida que se jubila la generación del baby boom. Lejos de contentarlos, Biden ha propuesto este jueves nuevos incrementos en ambas partidas presupuestarias.

“Gracias a dios, la Cámara de Representantes es republicana”, dijo miércoles el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell. “Unos incrementos fiscales masivos y más gasto. Nada de esto verá la luz del día, y el pueblo americano puede dar las gracias a la cámara baja”. El líder de los demócratas en el senado, Chuck Schumer, respondió a su adversario político: “Biden está dispuesto a hacer aquello que los republicanos no hacen: reducir el déficit de manera realista y responsable sin recortar prestaciones de las que dependen decenas de millones de personas. A diferencia de los republicanos, el presidente está pidiendo a los más ricos entre los ricos que paguen algo más de impuestos”.

Ante las desavenencias, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha pedido altura de miras a los legisladores, asegurando que “aumentar el techo de deuda es la única alternativa real”. Una solución que Biden ha propuesto reiteradamente en las reuniones que ha mantenido este año con el presidente de la cámara baja, Kevin McCarthy, que tiene una capacidad de acción limitada porque lo sustentan al poder los votos del ala ultraderechista de su partido.

La deuda aumentó durante los mandatos de Trump y Biden

Los dos bandos del tablero político se culpan del problema de la deuda federal, que ha aumentado por las políticas expansivas de los años de covid, pero ya llevaba años aumentando, especialmente durante la presidencia de Trump (2016-2020). La Oficina Presupuestaria del Congreso calcula que los recortes de impuestos del expresidente costaron al gobierno federal cerca de dos billones de dólares. Además, la deuda siguió incrementándose después de su mandato, fruto del acuerdo bipartito con los demócratas para aumentar el gasto en ayudas sociales por la pandemia.

La misma oficina presupuestaria prevé que el déficit presupuestario, así como la deuda, siga aumentando durante la próxima década: si el último año fiscal se ha encontrado en 1,38 billones de dólares, se espera que a finales de este llegue a los 1,41 billones, y que continúe incrementándose hasta los 2 billones en 2032. Como consecuencia, las proyecciones en cuanto a la deuda indican un aumento de los 31,4 billones actuales a cerca de 52 billones en diez años.

Almeida deja Madrid en números rojos en 2022 al cerrar el año con un agujero de 357 millones

Es la primera vez en 12 años que el consistorio cierra sus cuentas en pérdidas. Un agujero fiscal nada desdeñable si nos atenemos a que heredó una situación más que saneada de Carmena, con un superávit de 1.057 millones.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, durante una sesión ordinaria del Pleno municipal del Ayuntamiento de Madrid, a 28 de febrero de 2023, en Madrid.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, durante una sesión ordinaria del Pleno municipal del Ayuntamiento de Madrid, a 28 de febrero de 2023, en Madrid.  Gustavo Valiente / EUROPA PRESS

Por primera vez en más de una década, las cuentas municipales de la ciudad de Madrid cierran el ejercicio anual en números rojos. La gestión de José Luis Martínez Almeida ha cerrado sus cuentas con un déficit que supera los 350 millones de euros, algo que no se veía desde 2011.

Según un documento cursado por la Concejalía de Hacienda del consistorio capitalino al Ministerio de Hacienda –al que ha tenido acceso El País y ha confirmado Público– el agujero fiscal tras la legislatura de Almeida es de 357.448.737,29 euros.

Una cantidad nada desdeñable si nos atenemos a que el actual regidor heredó una situación más que saneada tras el paso de Manuela Carmena por la alcaldía, cuyas cuentas se saldaron con un superávit de 1.057 millones.

Se trata de una situación anómala que apenas tendrá consecuencias para el Ayuntamiento de Madrid. No en vano tanto la Unión Europea como el Ejecutivo han suavizado los rigores de la ley de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera.

Almeida se ha escudado en que «la bajada de ingresos de las administraciones durante la pandemia se tradujo en una menor participación en ingresos del Estado», cifrados en 271 millones de euros. Fue el Ministerio de Hacienda, ha justificado, quien explicó que «los iba a entregar en tres años, 2022, 2023 y 2024» en cuantías de 70, 100 y 100 millones de euros aproximadamente.

Se rompe, en cualquier caso, la senda de reducción de deuda que puso en marcha Manuela Carmena. De hecho, en sus cuatro años al frente de la gestión del consistorio se redujo el pasivo en 3.174 millones de euros, lo que supuso una rebaja del 54%.

Los números rojos cosechados por Almeida contrastan con la tesis defendida por el alcalde, que aboga por una bajada de impuestos como una de las medidas imprescindibles en sus presupuestos para 2023, prorrogados tras no contar con suficientes apoyos.

«¿Dónde está el dinero?»

Más Madrid no ha dudado en acusar al alcalde de dejar la ciudad «en números rojos», una situación que se da «por primera vez en 12 años» por «no saber recaudar». «¿Dónde está el dinero?», se preguntan.

En rueda de prensa, los concejales Pilar Sánchez y Miguel Montejo han alertado de «unos números preocupantes, que suponen que por primera vez en 12 años el Ayuntamiento entra en pérdidas». Madrid es «una ciudad en números rojos, a pesar de que cuando Almeida llegó a la Alcaldía se encontró unas cuentas saneadas, con 1.057 millones de superávit, pero se lo ha fundido, lo ha derrochado y sin hacer ninguna obra de transformación», ha destacado la portavoz adjunta del grupo, Pilar Sánchez.

Eso lleva al principal grupo de la oposición a preguntarse por el destino del dinero público. «¿Dónde está el dinero, Almeida?», ha lanzado la edil, tras cargar contra la «nefasta gestión» de los ‘populares’.

Francisco Camps, sobre ‘el Bigotes’: «Nadie pensó que estuviera haciendo algo raro, ni el señor Rajoy ni yo»

En la sesión de este jueves el expresidente valenciano ha contestado a preguntas de su abogado, con la estrategia de asentar la idea de que fue ajeno a la contratación de las empresas de ‘Gürtel’ en el País Valencià.

9/03/2023 El expresidente de la Generalitat Valenciana Francisco Camps, declarando en la Audiencia Nacional este jueves

El expresidente de la Generalitat Valenciana Francisco Camps, declarando en la Audiencia Nacional este jueves.  Audiencia Nacional

Este jueves Francisco Camps, expresidente de la Generalitat Valenciana, ha contestado a preguntas de su letrado, lo que le ha permitido centrarse en lo que le interesa: negar la relación de amistad con Álvaro Pérez, el Bigotes, delegado de las empresas de Gürtel en el País Valencià.

La Fiscalía Anticorrupción pide dos años y medio de cárcel y diez de inhabilitación para Camps por el contrato irregular con Orange Market, una de las empresas de la trama, para Fitur en 2009.

Si ayer declaró que ‘el Bigotes’ era el «tramoyista», «el que ponía la luz, el escenario» en los eventos que organizaba Orange Market para el PP valenciano y para campañas de la Generalitat, como la Feria de Turismo, este jueves ha rematado diciendo que fue a la boda de ‘el Bigotes’ por ser un «compromiso del partido», ante la insistencia de Ricardo Costa, ex secretario general del PP de València.

«Comí con los de mi partido, no tiene más historia, no me introduje en el resto del banquete, no fui a la ceremonia», ha dicho y ha concluido: «Fui como presidente del PP y como tal me trataron».

Camps ha querido compararse con Mariano Rajoy en el sentido de desconocer a Orange Market y al resto de empresas del Grupo Correa. «Nadie pensó que estuviera haciendo algo raro [por Álvaro Pérez], ni el señor Rajoy ni yo…», ha dicho y a continuación ha leído un fragmento de la declaración de ‘el Bigotes’ en la comisión de investigación del Congreso sobre Gürtel:  «Yo me encargaba de la luz, de iluminar, de controlar que el escenario estuviera bien; era yo el que tenía mayor relación con Rajoy», pero tampoco como para tener un trato familiar con él, según se desprende de esa declaración.

«No tiene ningún sentido que yo le dijera a Álvaro Pérez que se viniera a València», ha dicho Camps en referencia a lo declarado por Pérez sobre que se fuera allí y que le «daría todo». Su letrado le ha recordado que Pérez declaró que llegó a València para «cambiar su imagen porque usted era tímido». » En 2003 yo ya llevaba muchas horas de vuelo político. Mi vida estaba ya plagada de mítines, conferencias, pero yo he sido vicepresidente del Congreso cuando Luisa Fernanda Rubi no estaba. Para presidir como yo lo hacía hay que tener los arrestos necesarios».

El CGPJ no iniciará acciones disciplinarias contra el presidente de la Audiencia Nacional por sus mensajes en ‘Kitchen’

La Comisión Permanente rechaza iniciar diligencias disciplinarias contra José Ramón Navarro por sus ‘whatsapp’ con el ex número dos de Interior, en los que este le pedía información sobre la causa y llegaron a cenar para «hablar tranquilamente».

Navarro (d), a su llegada al acto de toma de posesión de los nuevos magistrados del Tribunal Constitucional, en la sede del Tribunal Constitucional, a 18 de noviembre de 2021

El presidente Audiencia Nacional, José Ramón Navarro (d), a su llegada al acto de toma de posesión de los nuevos magistrados del Tribunal Constitucional, en la sede del Tribunal Constitucional, a 18 de noviembre de 2021.  Alejandro Martínez Vélez / EUROPA PRESS

La Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha rechazado en su pleno de este jueves iniciar un expediente disciplinario contra José Ramón Navarro, presidente de la Audiencia Nacional, por haber mantenido durante más de un año conversaciones con Francisco Martínez, ex secretario de Estado de Seguridad en el Gobierno de Rajoy, quien le solicitó información sobre la investigación del caso Kitchen, en el que ha acabado siendo procesado.

Durante el año 2019 y parte de 2020, cuando Martínez ya estaba imputado, el ex secretario de Estado de Seguridad le pedía constantemente información a Navarro, y este jamás le contestó que no podía dársela, sino que le daba largas y le prometía enterarse.

Sin embargo, sí que llegaron a verse en persona, como desveló Público. «Como siempre, cualquier consejo que me sirva para estar preparado para lo que se avecine te lo agradeceré infinito», escribía Martínez a Navarro el 22 de marzo de 2019. A lo que su amigo le contestaba una hora después: «A ver si la semana que viene venís casa a cenar algo el día que os venga bien y hablamos tranquilamente!»

En efecto, todo apunta en los ‘whatsapp’ aportados al sumario de Kitchen a que la cena se produjo el día 27 de marzo.

Pero el CGPJ ha acordado que el asunto correspondería al ámbito jurisdiccional, en todo caso, y no al disciplinario, funciones que tiene encomendadas el Consejo. Las faltas disciplinarias cometidas por los jueces prescriben a los dos años. Una parte de la Comisión Permanente entiende que el caso está prescrito a efectos del CGPJ.

Otros vocales, en cambio, sí que consideraban que el asunto había que abordarlo ante la gravedad de los hechos, pero el pleno ha incidido en que la información que ha trascendido «no es pública», sino que forma parte de la investigación judicial, por lo que no se ha podido contrastar.

Finalmente la Comisión Permanente ha considerado que no cabe iniciar ninguna acción disciplinaria contra Navarro, quien fue revalidado en su cargo en el mismo momento en el que se mensajeaba con Martínez. Este le reconocía que «tengo muy poca ayuda, salvo la tuya y de algún otro».

«A la vista de las informaciones habidas en relación con las actuaciones practicadas, en la pieza separada 96/2017, por parte del Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional, y teniendo presente que no se ha presentado ante este Consejo denuncia, queja o solicitud alguna, la Comisión Permanente considera, a la vista únicamente de la información periodística de la que se ha tenido conocimiento, que nos encontraríamos ante una cuestión jurisdiccional, reservada para las partes, sobre la que este órgano constitucional carece de atribución alguna», la comunicado el CGPJ.

Hay que destacar que el magistrado instructor Manuel García Castellón ha mantenido fuera del acceso a las partes personadas en Kitchen estos ‘whastapp’ durante tres años, cuando una posible acción disciplinaria contra el presidente de la Audiencia Nacional era ya inviable por su prescripción.

En este sentido, el letrado Javier Vasallo, abogado de Sergio Ríos, el exchófer de Luis Bárcenas, procesado en la causa, ha presentado dos querellas, según ha confirmado a este diario: una contra Navarro, por revelación de secretos y cohecho, por las conversaciones; y otra contra los fiscales anticorrupción que han participado en la instrucción por haber mantenido durante tres años estos mensajes «ocultos».