oni Cantó hizo esas declaraciones, desconociendo el expolio de la Conquista, durante una comparecencia para explicar la utilidad de su cuestionado despacho.
En menos de un minuto, el encargado de la Oficina del Español en Madrid no solo desconoció el proceso de la Conquista y la colonización española, sino que hizo alarde del racismo historiográfico contra los pueblos originarios del continente americano, al llamarlos «salvajes» y «hasta caníbales».
Durante una comparecencia en la Asamblea de Madrid para tratar de justificar la utilidad de la oficina que dirige, creada a su medida para «promocionar el idioma», Cantó aseveró que su trabajo «tiene que ver con reivindicar con orgullo» el legado histórico de España.
En esa misma línea, agregó: «Yo no creo que seamos colonizadores ni nada parecido. Yo creo que España cuando llegó a aquel continente, liberó«. Las palabras del político, que ocurren a pocos días del 12 de octubre, fueron inmediatamente rechazadas con un gesto por el diputado opositor Serigne Mbayé, de Podemos.
Sin embargo, la molestia de Mbayé no detuvo a Cantó, quien además replicó los argumentos coloniales y racistas de la historiografía sobre América Latina, al asegurar que los pueblos indígenas estaban bajo «un poder que era absolutamente brutal y salvaje», antes de la llegada del imperio español.
«Eran capaces de en una sola ceremonia matar a 70.000 personas. Yo creo que España liberó aquello y a partir de ahí creamos una historia común y con un legado histórico del que nos tenemos que sentir muy orgullosos. Reivindicando algo muy bueno que hicimos de forma conjunta y que espero que sigamos haciendo durante muchísimos años», sostuvo el político, tras citar al historiador argentino Marcelo Gullo, que asegura que Hernán Cortés fue quien «detuvo» el supuesto genocidio de los aztecas.
Un ‘chiringuito’
Las declaraciones se producen tras una seguidilla de dislates sobre la Conquista y la colonización de América, por parte de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien creó la polémica oficina.
Ayuso arremetió contra el papa Francisco por pedir perdón a México tras los «errores» cometidos por la Iglesia católica en el pasado, aseguró que «el indigenismo es el nuevo comunismo» y aseveró que «España llevó la civilización y la libertad a América«, unos dichos que tuvieron gran resonancia en redes sociales y compitieron por atención en los medios con los exabruptos colonialistas pronunciados durante la convención de su propio partido.
Por eso, en su derecho de palabra, el diputado Mbayé no solo recordó «la parte terrible» de la Conquista, sino que insistió en que las funciones de Cantó «apenas trascienden la continua necesidad de Ayuso por generar polémicas de un día en redes sociales».
«No va a poder desligarse de la idea de que esta oficina es un chiringuito, creado a su medida», recalcó Mbayé en referencia a la oficina que dirige Cantó, y que tiene entre sus fines la promoción de la Comunidad de Madrid como capital europea del español.
Pedro Reyes, el escultor encargado de la nueva obra, dijo que la escultura se llamará ‘Tlalli’, que significa tierra en lengua náhuatl.
Una escultura dedicada a la mujer indígena sustituirá a la estatua de Cristóbal Colón, ubicada en el Paseo de la Reforma, en Ciudad de México, informó la jefa de Gobierno de la capital mexicana, Claudia Sheinbaum.
«Es justicia social, es reconocimiento de nuestros pueblos, de los pueblos originarios y lo que representan las mujeres. Es el mejor homenaje que podamos hacer a las mujeres de México, a las mujeres indígenas», dijo Sheinbaum el domingo, durante la inauguración de la segunda etapa del Parque Cantera y justamente cuando se celebraba el Día Internacional de la Mujer Indígena.
De acuerdo con la funcionaria, que señaló que la inauguración de la nueva obra forma parte de la conmemoración de los 500 años de la Resistencia Indígena, la estatua de Colón será reubicada en el Parque América, en la alcaldía Miguel Hidalgo, en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
«Colón, pues claro que fue un gran personaje universal y también hay que reconocerlo, pero creemos que en el centro de nuestra ciudad tiene que haber un reconocimiento a la mujer indígena», enfatizó la alcaldesa.
La estatua de Colón estuvo desde 1877 en el Paso de la Reforma. Fue retirada el 10 de octubre de 2020 del lugar, dos días antes de que manifestantes pretendieran derribarla, en una protesta convocada para el 12 de octubre; aunque, según un comunicado de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, la estatua iba a ser sometida a diagnóstico «para su eventual restauración».
La nueva escultura
«Es importante lo que representan los pueblos originarios y el apoyo, hoy, a las mujeres indígenas de hoy, pero este reconocimiento de ponerlas en el centro de nuestra ciudad como el centro de nuestra historia, pues es un cambio cultural, también, que todos debemos reconocer», dijo Sheinbaum en su alocución.
La funcionaria informó que será el escultor, arquitecto y artista visual mexicano Pedro Reyes quien estará a cargo de la nueva obra que sustituirá a Colón en el Paseo de la Reforma.
El artista, presente en el mismo acto, detalló que la escultura se llamará ‘Tlalli’, que significa tierra en lengua náhuatl; por lo que también está dedicada a la deidad Tlaltecuhtli, que es una «representación de las fauces de la Tierra que todo lo devoran y que todo lo dan, porque todos venimos de la tierra y todos volvemos a ella».
«Es una gran responsabilidad que yo tomo con gran seriedad y con un profundo sentido de amor por nuestro país», dijo.
«Descolonicemos la historia»
La escritora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del mandatario Andrés Manuel López Obrador y presidenta del Consejo Asesor Honorario de la Coordinación Nacional de Memoria Histórica y Cultural de México, se mostró complacida por la decisión del gobierno de la Ciudad de México y señaló que la llamada «glorieta de Colón», con este cambio de estatua, también dejará de llamarse así.
«Este 2021, tan simbólico por las efemérides que se están recordando (como los 500 años de la Resistencia Indígena), es también una invitación a reflexionar: insisto, descolonicemos la historia», manifestó Gutiérrez.
Al respecto, explicó que el término ‘descubrir América’, al que se vincula a Colón como el descubridor, «es afirmar que tal tierra estaba escondida, cubierta, oculta. Quien la halla, en la lógica colonizadora, la hace vivir».
Resaltó que América no estaba escondida. «El continente americano existía, tenía vida propia y en ella florecían muchas civilizaciones con grandes conocimientos en la arquitectura, la astronomía, la agricultura, la cultura y las artes. De hecho, Cristóbal Colón no la ‘descubrió’ no solo porque hay documentados rastros previos de exploradores europeos (la leyenda del «piloto anónimo» es bastante conocida) y asiáticos sino porque, para desgracia suya, murió sin saber que en su colosal travesía transatlántica se había topado con un nuevo continente. No se puede ‘descubrir’ algo que no se sabe que se ‘halla'», enfatizó.
Fernando Conde nació en 1945 en Irun pero la mayor parte de su vida la ha pasado en Iruñea, de donde son oriundos sus padres. Es doctor en ingeniería industrial y ha sido profesor universitario. A los 40 años se planteó si la religión que le habían inculcado era cierta, y decidió investigarlo por su cuenta. Aprendió griego, latín y hebreo, analizó los libros antiguos del cristianismo y ha salido de dudas: es falsa.
El resultado de los hallazgos de Fernando Conde es demoledor, y él mismo lo resume así: «Todo el cristianismo nació como iniciativa de un solo individuo, que convenció a alguien con mucho poder y este respaldó su invento. Todos los personajes que aparecen en la historia primera del cristianismo son inventados, no existieron. No existió Jesucristo, ni concepción virginal, ni nacimiento, ni apóstoles, ni muerte en la cruz, ni resurrección, ni fundación de Iglesia alguna, ni mandato de ‘id y predicad’. Todo fue una idea luminosa concebida por una sola persona».
En el año 2004 usted publicó el libro «Simón, ópera magna. Las pruebas de la falsificación», en el que ya sostenía que el cristianismo fue creado por el emperador Constantino en el siglo IV y que Jesucristo nunca existió. ¿Qué aporta ahora este libro en sus 860 páginas?
Lo principal es que ahora se aportan las pruebas documentales de que lo que defendí desde el principio era la realidad histórica: Jesucristo es un personaje literario, inexistente, creado por un autor, Lactancio, para fundar una religión nueva, que adorara a un solo dios, no a muchos, como se permitía en la Roma imperial. Aporta la historia de lo que sucedió, año a año, desde el ascenso de Constantino al poder, el año 306, e incluso un poco antes, hasta su muerte, el 337. Otro cambio es que ahora todo se explica en forma de novela, de lectura fácil, con capítulos cortos.
En la entrevista que le hice en 2004 usted reconocía que aún le faltaba bastante para poder decir que tenía algo irrefutable. Con su nuevo libro, ¿se puede decir que las pruebas sobre la falsedad del cristianismo ya son irrefutables?
Así es. Se ha desentrañado el proceso de redacción de los Evangelios, podría decirse que palmo a palmo, texto a texto. En este proceso de redacción, necesario para la creación del cristianismo, se dio una feroz lucha interna, y esa pugna ha quedado reflejada en los escritos del Nuevo Testamento.
Por una parte, el director del proyecto, con pleno apoyo de Constantino, sembraba visión mágica, intolerancia, miedo, desprecio por la mujer y alguna barbaridad más. En su contra, Eusebio tenía que actuar a escondidas. Y, a escondidas, dejó los Evangelios escritos de forma que se pudiera demostrar la realidad, que todo era una inmenso engaño, un fraude. Que todo el Nuevo Testamento era obra exclusiva de dos personas y que una de ellas era él, un historiador amigo de Constantino.
En este libro usted sostiene que el cristianismo fue obra de Lactancio, que era el pedagogo del hijo mayor de Constantino. Creo recordar que la figura de Lactancio no aparecía en el libro «Simón, ópera magna». ¿Lo ha descubierto en sus nuevas investigaciones?
Exactamente. En mi libro anterior localicé a Eusebio de Cesárea como uno de los dos miembros del equipo redactor de todos los textos cristianos falsificados. Y pensaba que el otro era Osio, que presidió el Concilio de Nicea. No fue así. Osio era el embajador de Constantino, el hombre que seleccionó los obispos que acudirían a Arlés (Estado francés) el año 314, y a Nicea (Turquía) el año 325. El hombre de la idea fue Lactancio, un profesor de Retórica de África del Norte, que estudió los textos egipcios y de ellos obtuvo mucho material ideológico que aportó al cristianismo. No sé de dónde sacó la idea de que el dios único estaba indignado con los romanos porque adoraban a muchos otros dioses, o incluso a ninguno, como los seguidores de la filosofía griega. Y estaba tan airado ese dios que se disponía a enviar el fin del mundo, el fin del Imperio romano, si la situación no cambiaba rápidamente. De ahí su viaje a la capital donde residía el emperador Diocleciano, y donde conoció a Constantino. El primero rechazó su propuesta de crear esa nueva religión, pero, desgraciadamente para todo Occidente, al segundo le convenció la idea.
Usted mantiene que Jesucristo fue un personaje literario. ¿Quién lo inventó, Lactancio o Eusebio de Cesárea, el historiador que estaba a las órdenes de Constantino?
Evidentemente, Lactancio. El ‘‘Hijo de Dios’’, Jesucristo, era la pieza necesaria para evitar el fin del mundo, fundando una nueva religión que adorara al dios único, para calmarlo y evitar la catástrofe final. Hay que entender que el fin del mundo era el fin del Imperio romano por ataque de los bárbaros, todos los pueblos que habitaban más allá de las fronteras. En aquellos tiempos era creencia general que dios, o los dioses de cada nación, castigaban a su pueblo si se había portado mal, permitiendo que sus vecinos lo conquistaran, como ocurrió al pueblo judío cuando la deportación a Babilonia.
En este libro usted aporta nuevas pruebas sobre la invención de esta religión. ¿Las puede resumir? ¿Están relacionadas con el acróstico de SIMÓN?
El acróstico de SIMÓN es la tercera, porque hay tres. La primera es la doble redacción que Eusebio dio a todas sus obras, con dos etapas de redacción con ideas opuestas. Eran las ideas suyas, sobre el conocimiento griego, y las ideas fantasiosas de Lactancio. Eusebio ponía sus ideas en la primera etapa de redacción, y luego él mismo rodeaba esas ideas con las de Lactancio, con lo que las suyas desaparecían, porque cortaba su texto en rodajas que perdían su sentido al estar mezcladas con ideas opuestas. Hay una muestra de ello en la Carta de Santiago, donde conviven dos Cartas distintas de la primera etapa de redacción con cantidad de las barbaridades que imponía Lactancio.
La segunda son las estructuras. Todos los autores antiguos escribían con estructura. A base de contar las palabras que iban añadiendo a su obra, formaban una sucesión de números, conforme el escrito se alargaba. Había ciertos números, o longitudes de texto, especiales. Y el autor podía pasar por muchos de esos números –o longitudes– o por pocos. Así, había estructuras complicadas y otras más sencillas. Hasta aquí no hay ninguna prueba de nada. Pero Lactancio, que además de fanático era corto, para lucirse, escribió todas sus obras con la misma estructura, una complicadísima. Esto no debía ser así; cada autor debía tener una estructura diferente; unos, complicada, pero otros, bastante más sencilla. La prueba es que, por esa estructura, se reconoce que Mateo, Lucas, Pablo, Pedro y Judas están escritas por la misma persona. Y muchos más falsos escritos cristianos primitivos.
La tercera prueba, colocada por Eusebio, son los acrósticos, la palabra SIMÓN, que significa patraña, cuento, bulo. La colocó en todos los capítulos del Evangelio de Marcos, del de Juan, en la Carta de Santiago, en las tres Cartas de Juan, en su obra más importante, la “Historia eclesiástica’’, y en varios falsos textos cristianos primitivos, que él escribió. Es la prueba más evidente y fácil de ver, porque colocaba muchas letras de las que forman la palabra SIMÓN.
Usted ha dedicado veinte años de su vida a buscar pruebas sobre la verdad o falsedad del cristianismo, y la conclusión es clara. ¿Va a continuar investigando, o cree que su último libro aporta las pruebas definitivas sobre esa falsedad? ?
Esto último. Se ha averiguado prácticamente todo sobre los actores de la farsa y sobre el proceso de creación del cristianismo, casi día a día. Todo está descrito en el libro. Y también las pruebas. Los propios textos evangélicos son las pruebas, ¿qué más se puede pedir?
Suele decirse que los dioses no han creado a los seres humanos, sino que son los seres humanos quienes crean a los dioses. ¿Cree que esto es válido para todas las religiones, no solo para el cristianismo?
Yo me he prohibido mirar fuera del cristianismo. No tengo derecho a criticar otras religiones. Y, al analizar la que fue mi religión, descubro en ella conocimiento, moral básica y barbaridades. Conviene rechazar las barbaridades, la visión mágica, todo lo irreal. Y quedarse con el conocimiento, para el que esté a esa altura, o con la moral elemental, para quien no llegue aún a esa moral. Pero rechazando todo lo sobrenatural, porque eso es parte de las barbaridades. Los milagros, las resurrecciones, la concepción virginal de un Hijo de Dios, la necesidad de ser redimidos, el pecado, el infiern0… Todo eso debe ser dejado atrás, como algo fruto de la mente insana de un fanático.
¿Y a partir de ahora, qué panorama se abre?
Me da la impresión de que, como sociedad, tenemos una tarea fundamental por delante: corregir el engaño en que vivieron nuestros mayores, abandonar el montaje y volver a la ideología acertada que había en el imperio romano antes de la invasión –porque fue una invasión, ideológica, pero invasión– de Constantino y Teodosio. Volver a lo que me gusta llamar “democracia divina”, sin religión financiada por el Estado. Que cada religión la soporten sus fieles. Y dar importancia a lo real, no a las fábulas. Que los hallazgos de los mejores sabios de la Antigüedad, el conocimiento, no queden reducidos a la nada por obra de unos ignorantes.
«Estoy convencido de que la jerarquía de la Iglesia católica ha conocido este engaño siempre»
¿Cree que los jerarcas de la Iglesia católica han sido o son conscientes de la falsedad del cristianismo? ¿Desde cuándo?
Lo saben al menos desde tiempos de Teodosio, desde finales del siglo IV. Y tomaron contramedidas para intentar ocultar esa falsedad, como traducir el texto original al latín, la Vulgata, y prohibir el texto griego. Con ello se borraron las firmas de SIMÓN durante más de mil años. También movieron los inicios de los capítulos, para dificultar el hallazgo de las estructuras, y numeraron con versículos el texto, para mover los finales de los párrafos originales que definían los acrósticos de SIMÓN. De modo que sí, estoy convencido de que lo han sabido siempre. Y han procurado corregir los aspectos por donde podía descubrirse el engaño.
Reconocer ese engaño supondría el fin de una religión que tiene más de 2.000 millones de seguidores en el mundo, según datos de la Iglesia católica. ¿Qué consecuencias podría tener?
No tiene por qué ser así. Diría que solo será así si las jerarquías actuales se empeñan en mantener la totalidad de la doctrina ideada por Lactancio. Pero si renuncian a todas las barbaridades –a las que ya apenas nadie da crédito–, reconocen su error y comienzan a enseñar el conocimiento que Eusebio puso en los Evangelios, creo que podrían salvarse del ostracismo universal. Porque ese conocimiento, descubierto por los griegos, es útil para la vida incluso en pleno siglo XXI.
La base de nuestra civilización occidental no es el cristianismo inventado por Lactancio, el visionario, sino el conocimiento griego, mucho más serio. Lo que tenemos que hacer es forzar nuestro retorno a los orígenes, y dejar atrás el ‘‘gran paréntesis’’ que impusieron Constantino, Lactancio y Teodosio, todos ellos de infeliz memoria. Es un ‘‘paréntesis’’ que ya ha durado demasiado, nada menos que diecisiete siglos. En esto, confío más en el sentido común de los más, que en el acierto de los menos, las élites jerárquicas.I.V.
Se creía que los primeros nativos americanos eran «simples» cazadores y recolectores, pero el nuevo hallazgo podría cambiar esta teoría.
Los nativos americanos, que ocuparon el área conocida como ‘Poverty Point’ en la actual Luisiana hace más de 3.000 años, eran «ingenieros altamente cualificados capaces de construir masivas estructuras de tierra» en cortos periodos de tiempo y que se han conservado hasta la actualidad, según un nuevo estudio dirigido por un grupo de investigadores de la Universidad de Washington en San Luis (Misuri).
Hasta ahora, se creía que en ese sitio arqueológico vivieron «simples» cazadores y recolectores; los primeros habitantes de lo que hoy es Estados Unidos. En Poverty Point resalta un montículo que se eleva más de 20 metros y terraplenes. Esas estructuras fueron levantadas hace aproximadamente 3.400 años con más de 1,5 millones de metros cúbicos de tierra, sin ayuda de animales domesticados ni carros.
Los autores del nuevo estudio, publicado en la revista Southeastern Archaeology, realizaron una excavación en un área de dicho sitio, y utilizando técnicas que incluyen datación por radiocarbono, mediciones magnéticas y análisis microscópico del suelo, determinaron que las estructuras se levantaron en cuestión de meses o incluso semanas. Además, no se observaron signos de erosión entre los distintos niveles y capas de tierra de los montículos, lo que significa que durante la construcción no hubo pausas.
«Hay algo de magia aquí»
«Los nativos americanos descubrieron formas sofisticadas de mezclar diferentes tipos de materiales para hacerlos prácticamente indestructibles, a pesar de no estar compactados. Hay algo de magia aquí que nuestros ingenieros modernos aún no han podido descifrar«, dijo el autor principal de la investigación, Tristram Kidder.
«Una de las cosas más notables es que estos movimientos de tierra se han mantenido compactos durante más de 3.000 años sin fallas ni erosiones importantes, si se tiene en cuenta que construir cosas con tierra es más complicado de lo que parece. En comparación, los puentes, carreteras y represas modernas presentan fallas con una regularidad asombrosa. Realmente [los nativos americanos] eran ingenieros increíbles con conocimientos técnicos muy sofisticados», destacó.
Según el investigador, el sitio arqueológico habría servido como un lugar religioso importante, pero fue abandonado hace unos 3.200–3.000 años, probablemente debido a inundaciones y al cambio climático. Kidder también subraya que la construcción de esas estructuras habría requerido una gran cantidad de mano de obra bien organizada y su respectivo liderazgo, dos características que no se suelen atribuir a las comunidades de cazadores y recolectores.
Un proyecto en Viena ofrece trabajo a los desempleados de larga duración
Sobre este proyecto
El «Demontage- und Recycling-Zentrum» (Centro de Desmontaje y Reciclado), también conocido por sus siglas DRZ, ofrece trabajo temporal a los demandantes de empleo de Viena, aumentando así sus posibilidades de encontrar puestos de trabajo permanentes. El departamento de desmontaje del DRZ clasifica, desmonta y recicla antiguos aparatos eléctricos, que el departamento de reutilización repara posteriormente. El Centro alberga también el «trash_design manufactory», un taller en el que se crean productos valorizados a partir de residuos electrónicos.
Este proyecto se puso en marcha hace más de diez años y en su fase inicial recibió 324.000 euros del Fondo Social Europeo. Ahora el DRZ forma parte de Wiener Volkshochschulen GmbH y recibe financiación del Servicio de Empleo Público de Viena.
Cómo mejorar la recuperación de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos
Las materias primas fundamentales con un mejor proceso de reciclaje disfrutarán de una nueva vida gracias a un proyecto de la Unión Europea
El procesamiento y reciclaje de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), tales como ordenadores, televisores, neveras y teléfonos móviles, es hoy más importante que nunca por el rápido aumento del consumo de estos productos. Europa fue la segunda región que más residuos electrónicos produjo en 2016 con 12,3 millones de toneladas (MT), después de Asia que generó 18,2 MT. A pesar de la legislación vigente, los informes indican que globalmente tan solo se recogieron y reciclaron 8,9 MT de residuos electrónicos. Esto equivale al 20 {14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea} de todos los residuos electrónicos generados.
Utilizando nuevas herramientas y metodologías, el proyecto financiado con fondos europeos CloseWEEE espera mejorar la recogida, tratamiento y reciclaje de productos electrónicos al final de su vida útil. Tal como se explica en el sitio web del proyecto, el principal objetivo de CloseWEEE es «incrementar el alcance y la rentabilidad de los materiales recuperados de los flujos de RAEE».
Tiene por fin desarrollar y poner en práctica tecnologías de recuperación sólidas y rentables, dar nueva vida a los materiales reciclados en aplicaciones de valor añadido y ofrecer herramientas eficientes para la localización y separación de materiales peligrosos y valiosos.
Tras el reciclaje, una segunda vida
CloseWEEE diseñó y comprobó recientemente una innovadora tecnología de tratamiento con microondas para los residuos de baterías de iones de litio (Li-ion). Como parte de esta técnica, «las baterías se someten a un tratamiento previo de descarga y procesamiento mecánico. El material de las baterías de iones de litio a continuación se introduce en un horno microondas, donde se calienta rápidamente y se pirolizan o evaporan las sustancias orgánicas (electrolitos y separadores, etc.)». Esto permite producir «material sin electrolitos para el tratamiento hidrometalúrgico posterior para la recuperación de metales … [cobalto, níquel, manganeso, litio] y grafito».
La recuperación de materias primas fundamentales, como el cobalto y el grafito, es crucial porque se utilizan para la producción de una amplia gama de productos y aplicaciones, incluyendo productos de alta tecnología e innovaciones emergentes. El material generado mediante el reciclaje de baterías, por ejemplo el cobalto, se puede utilizar en la industria de las baterías, del acero u otros sectores, dependiendo de la calidad del material reciclado. El grafito, cuyo reciclaje es bastante limitado, es otra materia prima fundamental que se emplea en diversas aplicaciones industriales, incluyendo lubricantes de alta temperatura, la fabricación de acero, teléfonos inteligentes y baterías de iones de litio.
Tal como se explica en un documento de trabajo de los servicios de la Comisión Europea, un teléfono inteligente puede contener hasta cincuenta metales diferentes. Esto hace que sea ligero y, por su reducido tamaño, fácil de utilizar. Las materias primas fundamentales son irremplazables en paneles solares, turbinas eólicas, vehículos eléctricos y la iluminación energéticamente eficiente. Por consiguiente, también son importantes para luchar contra el cambio climático.
Ya en su año final, el proyecto CloseWEEE (Integrated solutions for pre-processing electronic equipment, closing the loop of post-consumer high-grade plastics, and advanced recovery of critical raw materials antimony and graphite) ha contribuido asimismo a la producción de un compuesto de acrilonitrilo butadieno estireno de alto brillo. Se consiguió con una mezcla que contenía materiales reciclados procedentes de residuos de pequeños electrodomésticos. Según el sitio web del proyecto, «el compuesto posee una gran calidad y es adecuado para aplicaciones en nuevos equipos eléctricos y electrónicos». El acrilonitrilo butadieno estireno es un tipo específico de polímero plástico que se suele emplear en el proceso de impresión 3D.
¿Es cierto que hay productos en el mercado que están diseñados bajo los parámetros de la obsolescencia programada?
Uno de los ejemplos mas conocidos es el de la corta duración de la batería de los primeros ipod. Los hermanos Neista realizaron un vídeo criticando este hecho ipod dirty secret:
¿Qué papel debe jugar el marketing respecto a la obsolescencia programada o a la duración del producto y su ciclo de vida?
INVESTIGADOR EN EL DEPARTAMENTO DE INGENIERÍA Y GESTIÓN FORESTAL Y AMBIENTAL, UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID (UPM)
Los aparatos eléctricos y electrónicos, como grandes y pequeños electrodomésticos, ordenadores, equipos de alumbrado, aires acondicionados y herramientas eléctricas, son productos habituales en nuestra sociedad y deseables para la creciente clase media de los países en desarrollo.
Todo lo anterior explica que el consumo de estos aparatos se haya disparado en los últimos años, al mismo tiempo que se generan unos 50 millones de toneladas de residuos eléctricos y electrónicos (denominados RAEES) al año, el equivalente a unas 4.500 torres Eiffel.
Estas cifras constituyen un problema grave tanto a nivel local como global. Primero, porque estos residuos contienen materiales tóxicos y peligrosos como plomo, cadmio, mercurio, níquel, litio y gases fluorados de refrigeración. Segundo, porque la composición y tipología de los residuos varía de un país a otro en función de sus pautas de consumo o necesidades. Y tercero, porque no se conoce bien la cantidad real de residuos que se generan ni a dónde van a parar. De los 67 países que tienen una legislación al respecto, tan solo 41 recopilan esta información y, a veces, ni siquiera es fiable.
Para hacerse una idea de la envergadura del problema, basta otra cifra: 1,7 millones de toneladas de residuos electrónicos se eliminan directamente en vertederos, produciendo lixiviados que pueden contaminar las aguas subterráneas y los ríos. Su incineración conlleva el riesgo de que se liberen gases tóxicos con contenido en plomo, mercurio, dioxinas y furanos, todos ellos compuestos cancerígenos. Solo alrededor de 8,9 millones se recuperan para su reciclaje.
Existe, por tanto, un 76{14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea} de los RAEES cuyo destino no se sabe (o no se quiere saber). La mayor parte del flujo de estos residuos está fuera del canal económico formal. El valor estimado de todas las materias primas valiosas que albergan (hierro, cobre, aluminio, plata, oro, paladio, etc.) es de unos 55.000 millones de euros, pero recuperar estos materiales implica para occidente un elevado coste de mano de obra que disminuye el margen de beneficios.
Sin embargo, si los residuos se trasladan a terceros países de manera ilegal, la recuperación de estos metales preciosos sale rentable económicamente, aunque a expensas de ocasionar graves perjuicios para la salud de la población y el medioambiente.
Medidas parciales e insuficientes
Una de las causas de este mercado negro es la falta de regulación global, si bien es cierto que, a nivel local, China, India, Japón, Rusia, los países de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, con el 66{14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea} de la población mundial, disponen de normativa para proteger sus territorios de posibles impactos ambientales.
El problema radica en la recirculación de residuos que existe hacia zonas sin regulación o con una regulación laxa (regiones de África, el Caribe, Asia Central, Asia Oriental, China y las islas del Pacífico).
La libre circulación entre los estados de la UE hace que, bien por falta de medios o excesivo tráfico, sea muy fácil transportar estos materiales sin sufrir demasiada vigilancia hasta puertos como los de Róterdam y Amberes (Países Bajos), Hamburgo (Alemania), Felixstowe (Reino Unido), El Havre (Francia) y Bilbao, y de ahí a África y Asia.
Otras de las causas, quizás más difícil de controlar, es la que señala el proyecto internacional Countering WEEE Illegal Trade y que se resume en la corrupción en las fronteras, tanto a la salida como a la entrada de RAEES en esos países.
Residuos made in Spain
España genera aproximadamente un millón de toneladas/año de RAEES y el 60{14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea} no se sabe a dónde va. La cifra nos sitúa a nivel de Chipre o Rumanía y supone un presunto incumplimiento del Convenio de Basilea sobre traslado transfronterizo de residuos peligrosos.
La existencia de diferentes mafias e intereses comerciales hace que, aún conociendo los hechos, sea muy difícil para los organismos internacionales poner coto al problema. Además, controlar estos flujos transfronterizos exige unos métodos de cuantificación que aun no están desarrollados o contrastados. La mayoría se basan en cuatro indicadores:
Total de aparatos eléctricos y electrónicos puestos en el mercado.
Total de RAEES generados.
Total oficial de RAEES recuperados y reciclados.
Porcentaje de recuperación de RAEES.
Pero la única forma de cuantificarlos, por ahora, es a través de una legislación que desarrolle la denominada responsabilidad ampliada del productor (RAP) basada en sistemas individuales de devolución y retorno –es el mismo productor quien lo recoge y se lo lleva– o bien a través de sistemas colectivos –puntos limpios, lugares de acopio en grandes superficies, contenedores, etc.–.
La instalación en estos aparatos de chips de seguimiento o códigos QR puede ser eficaz a escala local y experimental, pero a nivel global las mismas mafias destruirían estos dispositivos.
Mejores y peores ejemplos
Japón puede considerarse un ejemplo en cuanto a su legislación: aplica perfectamente la RAP y tiene una infraestructura excepcional para la recogida y reciclaje de materiales. Si bien produce 2,1 millones de toneladas anuales de RAEES, que lo convierten en el tercer país del mundo en volumen generado tras China y EEUU, las empresas tecnológicas niponas están fuertemente implicadas en materia de residuos.
Aunque Rusia y Estados Unidos han empezado a aplicar la RAP, aún están lejos de las políticas japonesas o las de la propia UE y son netamente exportadores de RAEES. China posee una estricta legislación sobre importación de residuos, pero también es cierto que utiliza países limítrofes como fuente de entrada de los mismos o de los materiales extraídos de ellos.
Por su parte, la UE cuenta con la directiva RAEE 2012/19/UE destinada a regular la recogida, reciclaje y recuperación de los desechos electrónicos y aplica el principio de prevención de residuos. La norma establece que para 2019 se debe recoger el 65{14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea} del peso medio de estos aparatos introducidos en el mercado en los tres últimos años o el 85{14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea} de los RAEES generados en cualquier estado miembro. En 2016 se recuperaba tan sólo el 35{14c88425e8fe9d97faae8feb4c9704a1f54f6c24ede33d0414f3cb3e373d26ea}.
El futuro va a requerir mayores controles y exigencias. Los productos eléctricos y electrónicos que hoy consumimos se van a convertir en residuos dentro de cuatro años. El cambio de modelo hacia una movilidad sostenible, por ejemplo, implantando el coche eléctrico como elemento básico, puede colapsar el sistema si no se toman medidas legislativas serias y, sobre todo, se invierte en infraestructuras de recuperación y reciclaje.
La prevención, modularidad para el desensamblaje y reutilización de materiales y la sustitución de materiales tóxicos por otros inocuos para el medio ambiente y la concienciación de la ciudadanía sobre el problema son los retos de futuro que se nos plantean en este ámbito.
Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation