Cuando tenía 5 años, Asha Ismail (53 años), se convirtió en víctima de la mutilación genital femenina. Acompañada de su madre y de su abuela en Kenya, una mujer le mutiló los genitales y se los selló con una especie de pegamento casero. «Ya la vida no es lo mismo, te han hecho un daño permanente e irreversible», denuncia. Años más tarde, creó la oenegé Save a Girl Save a Generation para luchar contra diferentes formas de violencia de género. Tras 15 años de trabajo, ha ayudado a centenares de niñas