CARLOS AZNÁREZ / IÑAKI GIL DE SAN VICENTE
El analista de política internacional y militante revolucionario vasco, Iñaki Gil de San Vicente analiza en esta entrevista lo que ha significado para Europa y el mundo la necesaria ofensiva de Rusia contra el régimen nazi ucraniano, y las consecuencias de diversas complicidades surgidas al calor de las presiones de la OTAN y en especial del gobierno estadounidense.
-Estamos a un año de la ofensiva rusa para desnazificar Ucrania y la región del Donbás, y sobre todo para desmilitarizar a los sectores que representan un problema para la seguridad territorial rusa. ¿Podrías hacer un pequeño balance sobre como lo estás viendo, a partir de la idea de que tanto algunos países de la OTAN como los medios de comunicación hegemónicos señalan que hay que acelerar el rearme de Ucrania porque de lo contrario la alianza Europa-EEUU puede perder la guerra. Incluso el mismo Borrell lo ha dejado traslucir en la última alocución.
-Esta noticia que ya venía gestándose con anterioridad tiene dos puntos de vista. Uno, es que nadie le presta atención, se está produciendo un cansancio en Europa, sobre todo en las clases trabajadoras, que va unido a toda la presión anterior que hubo, a todos los recortes y ajustes que siguen haciéndose. Y ahora, poco a poco, las tareas de información sobre la realidad del sistema ucro-nazi, sobre la realidad del comportamiento ruso, de la llamada multipolaridad, la comprobación de que Rusia no está tan aislada, que, por el contrario, tiene tanta capacidad de resistencia que está dejando sorprendidas a las instituciones imperialistas. Hay mucha preocupación por un factor que no hemos analizado con rigor, que es la situación interna dentro de Europa y de EEUU.
Por otra parte tienen que dar la sensación, que sí se puede ganar la guerra, porque hay que mantener a las clases trabajadoras engañadas. Decirles: «vamos a hacer un sacrificio ahora, porque podemos ganar la guerra, y después serán tan tremendas las ganancias, los beneficios que vamos a obtener por el saqueo a Rusia, que va a compensar el sacrificio que ahora estamos haciendo». Esa es una parte del argumento. La otra parte, es la situación en el mundo. Esta situación se les está yendo de las manos, como ya estamos viendo. Ahora hay cinco o seis modelos de monedas diferentes que van a negociarse para quitar el poder del petrodólar y para reducir el poder del dólar, del euro, de la libra esterlina, del yen, etc. La multipolaridad está creciendo día a día.
Vemos la situación en África, que está girando lenta pero imparablemente hacia la multipolaridad, se está protestando por las presiones, se está pidiendo ayuda, lo mismo vemos es Nuestramérica. Vemos la situación en China, en India, en Irán, que es tremendamente positiva, la situación en Turquía, etc. Entonces, la OTAN no puede permitir la sensación de fracaso, y mucho menos que este fracaso se concrete.
-En ese marco, llaman la atención la fuerza de ciertas manifestaciones de sectores populares en varios países de Europa, que demuestran ese hartazgo de soportar gobiernos adoradores del capitalismo.
-Yo haría sobre todo hincapié en que hay mucha preocupación sobre el proceso interno dentro de la lucha de clases en Europa. Tenemos que prestar atención, ya lo habíamos advertido con mucha antelación, pero ahora se empieza a producir. De hecho, se han dado esas manifestaciones en el interior del pueblo norteamericano en contra del imperialismo norteamericano. Esa es una alegre, buena y virtuosa noticia, que nos hace recordar, por ejemplo. las situaciones en la guerra de Vietnam.
-Podemos decir que, a un año de comenzada esta ofensiva, que se ha logrado desnazificar a Ucrania? Porque desmilitarizar, obviamente todavía no se pudo, ya que hay un flujo permanente de armamento que llega desde Europa y desde EEUU.
-Hay tres cuestiones que abordar. Primero, la desnazificación de las Repúblicas del Donbass estaba asegurada desde el principio. Sabemos que esas Repúblicas ya tenían toda la identidad revolucionaria. Otra cosa es la desnazificación en el interior de lo que se llama la Ucrania Media o Ucrania Occidental. Ucrania hay que dividirla entres partes. La Ucrania del este ya está liberada, la Ucrania Media es el campo de batalla en estos momentos, y la Ucrania Occidental es la más nazi. Pero todos los datos indican que dentro de la Ucrania Media e incluso en la Ucrania Occidental empieza a haber malestar social. De hecho, ya hemos visto en videos, que han conseguido superar la férrea censura nazi y de los medios de manipulación de masas occidentales, donde aparecen piquetes de mujeres que se están negando a las formas nazis de enrolamiento obligatorio.
Estamos viendo que ya empieza a haber protestas, que la gente no quiere ir al ejército, que hay muchas deserciones. Los datos que ha pasado muy recientemente el Mossad sobre el impresionante número de muertos que está teniendo el régimen ucro-nazi, está golpeando la moral de muchos. Los informes que emiten los observadores neutrales democráticos que van por parte del ejército ruso, que incluso sobreviven y se mantienen dentro de Ucrania, están dando fe de la desmoralización en este sentido. Esa desnazificación, parece que está encontrando condiciones objetivas.
Ese es el segundo aspecto, pero queda una tercera situación, y es que la legitimidad del régimen ucro-nazi se está debilitando dentro mismo de Europa, a pesar de los esfuerzos tenaces, mentirosos y de manipulación que está haciendo la prensa imperialista. Y parece ser que ese fenómeno empieza también a producirse dentro de EEUU. En el resto del mundo no hace falta, porque lo saben fehacientemente, se está extendiendo. Este tercer nivel es muy importante, que la población europea se dé cuenta que está apoyando a un nazi.
Mira, datos muy concretos: hace unos días ha habido un acto de los «ni-ni», aquí mismo en el Estado español «a favor de la paz», «ni con Rusia ni con la OTAN, donde ha participado un asesino, el denominado «carnicero de Libia», el ex jefe del Estado Mayor de Defensa, José Julio Rodríguez, ligado a Podemos, que dirigió las tropas españolas de la OTAN que arrasaron Libia y asesinaron a Gaddafi. Un personaje aterrizado con paracaídas desde la OTAN, en la dirección del poder. Sabemos todo lo que es este personaje. Ha hecho una intervención delante de todas las fuerzas reformistas, entre las cuales estaba Izquierda Unida y otros similares. Ese acto se ha realizado pocas horas antes de conocerse que el régimen ucro-nazi de Zelensky ha suprimido el 8 de marzo, Día Internacional de la mujer trabajadora, pocos días antes de que se suprima el 1º de mayo.
Todo esto está haciendo temblar las mentiras que se habían creado en Europa sobre el régimen ucraniano. Los sindicatos amarillos franceses, británicos y alemanes, no saben cómo explicar a sus clases trabajadoras que se ha suprimido el 1º de mayo. El movimiento feminista burgués pacifista les está diciendo «ni con Zelensky ni con Putin», «ni con la OTAN ni con Putin. No saben cómo explicar que se haya suprimido el 8 de marzo. El régimen ucro-nazi sigue para adelante como una máquina de terror. Entonces todas la mentira que se había creado en Europa están empezando a tambalearse.
Esto es parte de la desnazificación, muy inquietante para la burguesía europea porque ve que eso puede permitir una recomposición de la lucha de clases, y le temen, le tienen mucho miedo a la lucha de clases que hay en Gran Bretaña, en Francia, o la que está empezando en el Estado español, en Euskal Herria y en Catalunya. Esto es una parte del efecto positivo que está teniendo la guerra defensiva de Rusia a favor y dentro de las Repúblicas del Donbass contra el nazismo.
-Otra cosa que me parece importante recodar en este primer año del inicio de las hostilidades, es que se ha logrado una victoria indiscutible, y eso creo que es lo que más los pone nerviosos, a nivel de la unidadeconómica que se está gestando entre Rusia, China, Irán, India y algunos procesos revolucionarios nuestroamericanos. O sea, ese nuevo orden económico que entra en colisión con el orden capitalista que primaba impunemente hasta hace muy poco.
-Si, pero no solamente es un orden económico, como sabemos, es un orden militar defensivo también. Por una parte, tiene un altísimo componente contra una de las principales armas del imperialismo que es el terror. El terror en todas sus formas. El de Al Qaeda, o de cualquier organización terrorista de la OTAN, o también contra el terror del narcocapitalismo. Ahí está el ejemplo del golpe de estado en Perú y las organizaciones fascistas en Brasil; o las organizaciones terroristas colombianas que son parte de los ejércitos mercenarios internacionales.
Una alianza defensiva contra esa internacional del terror imperialista que hemos sufrido todos y que está tan estrechamente ligado a la OTAN. También es una alianza militar práctica. En los acuerdos, por ejemplo, de Venezuela recientemente, o los acuerdos de Nicaragua con Rusia; o la visita reciente de dirigentes rusos a Cuba. O esas 25.000 toneladas de trigo que Rusia ha regalado a Cuba. Eso es una capacidad de defensa material. O los acuerdos militares entre Sudáfrica, Rusia y China, con maniobras militares en la parte marítima controlada por Sudáfrica, que es una parte geoestratégica porque es el paso obligado a toda la zona Indo-Pacífica. Recordemos que ya en 1986 Obama, aquel asesino Premio Nobel de la Paz, había dicho que la escuadra y la flota aérea norteamericana tenían que estar centradas en un 60 % alrededor de China, esto fue en 2016.
-Estás hablando de una verdadera alianza de autodefensa de las naciones que no comulgan con el imperio.
-Esta alianza militar que no solamente es anti terrorista está avanzando en medio mundo. Entonces por ejemplo, los problemas de rearme que tiene ahora India, la pugna que hay entre los dos bloques burgueses en India, un bloque pro asiático y otro bloque pro occidental. El problema de Turquía, por ejemplo, que intentaron hacerle un golpe de estado y ahora están amenazando con lo mismo; las dos Turquías, la prooccidental y la pro asiática, o la «pro humana» por decirlo de nuestra forma. En fin, esta alianza defensiva va más allá de la alianza económica.
Pero no solamente eso, si nos fijamos en los acuerdos entre Irán y Rusia, hay una parte que es un acuerdo de acercamiento cultural, frente a la dictadura de la cultura anglosajona. Todos los pactos que está produciéndose en Oriente Medio, en Asia Central, insisten cada vez más en los acuerdos culturales. Eso ya se sabe en Nuestramérica, que es un eje central que viene desde la época de Bolívar y del pacto anfictiónico de Panamá. La unidad cultural de nuestra América también está avanzando. Sin dudas, todo esto significa un serio golpe contra la dictadura global del imperialismo occidental liderado por EEUU.
-Para terminar, recién hablabas de un acto de los «Ni ni», en nombre de «la paz». Sin embargo, hay fuertes disidencias frente a ese modelo que casi puede definirse como colaboracionista. Por ejemplo, esta convocado allí el Euskal Herria para el 11 de marzo un acto con definiciones claras y en el que se plantea la idea de recuperar el espíritu antiimperialista de Euskal Herria. Supongo que estarás coincidiendo con ese llamamiento que hace la organización internacionalista Askapena.
-Si, de hecho estoy participando. Hay muchos actos en estos momentos en Euskal Herria sobre y contra la OTAN, contra el fascismo, contra el imperialismo. Ya el lema «Euskal Herria antiimperialista» se ha generalizado. Está todo este debate sobre la OTAN con la manifestación que va a haber en marzo y luego está otro debate a raíz del bombardeo asesino del ejercito internacional fascista, en el cual estaba el bando franquista y gran parte de la estructura franquista, en concreto la iglesia católica. Me refiero al bombardeo a Guernica, habrá un acto en abril sobre todo esto.
Hay mucha revulsión con respecto a eso, y va muy unido a los debates internos que se dan tanto dentro de Euskal Herria como dentro del Estado español y en gran parte de Europa, que define a la OTAN como medio de destrucción de naciones y de pueblos. O como el puño acorazado de la contrarrevolución imperialista en estos momentos. Tales aspectos se está debatiendo en Euskal Herria en un contexto con una tendencia muy clara de la lucha de clases.
También se da en un escenario donde se avecinan elecciones y donde hay un serio avance de la izquierda revolucionaria reorganizándose internamente. Todavía ese avance no se da tanto públicamente en el nivel de fuerzas en la calle, aunque ya comienza a visibilizarse.
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