Más que un discurso, lo que hizo Gustavo Petro en Davos fue ponerle un espejo a las elites económicas que intentan vender una imagen de sostenibilidad, pero viajan 21 kilómetros en jets privados y acumulan toda la riqueza mientras hablan de desigualdades… Analizamos el ‘capitalismo descarbonizado’ de Petro y las posibilidades para transitar hacia ese modelo.
Día: 21 de enero de 2023
«Es un meme», «imposible hacerlo peor»: el polémico vídeo de Mario Vaquerizo que promociona Madrid
Polémico vídeo promocional de la Comunidad de Madrid. Una mujer de negocios no para: «Oye, te tengo que dejar, que entro a la siguiente reunión». «Sí, en un ratito salgo para el aeropuerto». Clientes, inversores y, al menos, un partido de golf «para relajarme un poco».
De repente, se sienta a tomar algo y aparece un camarero: «Nena, ¿qué te pongo? ¿Una cañita? ¿Un vermú? ¿Un vino de Madrid?».
¡Es Mario Vaquerizo!
«Cómo se va a ir de Madrid sin ver sus maravillas (el Prado, el Palacio Real, la Plaza Mayor, el Retiro) o sin «una cenita con flamenquito», le dice el cantante de Nancys Rubias, quien enumera los pueblos que debe visitar: «Te pierdes mazo de cosas».
Mario Vaquerizo la convence y decide quedarse unos días para disfrutar de Madrid.
Como colofón, el eslogan «El mejor estilo de vida del mundo» antes de dar paso a la canción de Nancys Rubias Me encanta (I Love It), ilustrada por imágenes de una discoteca. Pasen y vean, porque el vídeo tiene tela:
Las reacciones en Twitter no se han hecho esperar.
Ojo, que la polémica trasciende el vídeo… Mario Vaquerizo se encontró en Fitur con el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, quien le comenta: «Me han dicho que eres el mejor», a lo que el cantante de Nancys Rubias responde: «No, el mejor es usted».
A continuación, se abraza con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y ella le suelta ante su efusividad: «No nos hemos dado un beso de milagro».
«¿Te ha gustado?», le pregunta Vaquerizo, se supone que sobre el vídeo promocional que protagoniza. «Me ha encantado», responde Ayuso. El cantante, consciente de que está siendo grabado, le dice: «Muchas gracias por contar conmigo».
Más madera…
Pues nada, todo queda en casa. En la casa de Madrid.
Vox, PP y Cs secundan una manifestación en Madrid contra Sánchez y «la deriva política que ha tomado España»
Santiago Abascal fue el único líder de la oposición presente en la protesta convocada en Madrid, donde llamó a la «movilización permanente y masiva hasta la expulsión del autócrata Sánchez»
Manifestación celebrada este sábado en Madrid contra el Gobierno de Pedro Sánchez. — VÍCTOR LERENA (EFE)
«Frente al peor Gobierno de la democracia, de la mentira a los electores y los pactos oscuros con enemigos del orden constitucional y de la unidad de la nación, estamos en el mejor lugar que podíamos estar», ha proclamado este sábado en Madrid el líder de Vox, Santiago Abascal, en la manifestación contra el Gobierno convocada bajo el lema Por España, la democracia y la Constitución.
Pese a que la protesta ha contado con el apoyo del PP y Ciudadanos, el dirigente de Vox ha sido el único líder nacional que ha acudido al acto, donde se mostró «convencido» de «la necesidad de una movilización permanente y masiva hasta la expulsión del autócrata Pedro Sánchez del poder».
El vicesecretario de Organización del Partido Popular, Miguel Tellado, ha criticado la incompetencia y soberbia del presidente de Pedro Sánchez y le ha recordado que «no todo vale para seguir en el Gobierno», además de criticar la ley del solo sí es sí.
Begoña Villacís, vicealcaldesa de Madrid, ha señalado como objetivo «revertir todo lo que se ha hecho» en los últimos años por el Gobierno para «desarmar el Estado de derecho». La dirigente de Ciudadanos, cuyo partido también estuvo representado por Inés Arrimadas, reivindicó tres palabras: «España, Democracia y Constitución».
Convocada por más de un centenar de asociaciones y colectivos, la madrileña plaza de Cibeles albergó este mediodía una protesta contra el «Gobierno de la mentira y los pactos oscuros» y contra «la deriva política que ha tomado España». A ella se sumaron la exdirigente de UPyD Rosa Díez, el expolítico del PP Aleix Vidal-Quadras, el filósofo Fernando Savater y el escritor Andrés Trapiello.
La Delegación del Gobierno en Madrid ha cifrado la participación en 31.000 manifestantes, quienes gritaron «Sánchez, traidor», «Gobierno, dimisión», «separatistas, fuera de aquí» o «democracia sí, dictadura no». Los organizadores, el Foro España Cívica y la Fundación Foro Libertad y Alternativa, mostraron su «rechazo a la deriva política que ha tomado España».
Durante la manifestación se leyó un manifiesto que abogaba por «no permanecer impasible ante la grave erosión de nuestras instituciones, el deterioro de nuestra democracia y el debilitamiento de nuestro Estado», con referencias al soberanismo catalán, a la lucha contra la corrupción y a una reforma del Código Penal «por la puerta de atrás».
8# Charlando con OLGA RODRÍGUEZ [ENTREVISTA COMPLETA] | Rubén Hood
Chirigota,si nunca cumplimos «NA»
El primer pasodoble contra los recortes del gobierno
De ‘Comandante Franco’ a ‘Bandera España’: así aplica Defensa la ley de memoria que molesta a los franquistas
El departamento de Margarita Robles se ha acogido al artículo 35 de la norma, que recoge la prohibición de elementos contrarios a la memoria democrática, como las referencias «a la sublevación militar y de la dictadura».
La ministra de Defensa, Margarita Robles, durante la visita a la Brigada ‘Rey Alfonso XIII. — Rafael González / EUROPA PRESS
El Ministerio de Defensa comienza a revisar símbolos y lemas franquistas que empañan algunas de las instituciones militares españolas, en el marco de la nueva ley de memoria. El departamento de Margarita Robles ha reformulado el nombre de la I Bandera de la Legión, que recibía la denominación de Bandera Comandante Franco, como ya explicó Público hace dos años ante la pasividad del Ejecutivo en este asunto. Ahora pasa a llamarse Bandera España.
De esta forma, Defensa ha aplicado la Ley de Memoria Democrática, aprobada en octubre por las Cortes Generales. Se ha acogido, concretamente, al artículo 35 de la norma, que recoge la prohibición de elementos contrarios a la memoria democrática, como las referencias «a la sublevación militar y de la dictadura».
La legislación destaca que no se pueden exaltar a los dirigentes, participantes en el sistema represivo o las organizaciones que sustentaron la dictadura y las unidades civiles o militares de colaboración entre el régimen franquista y las potencias del eje durante la Segunda Guerra Mundial«.
La decisión no ha gustado a la Fundación Francisco Franco, que ha presentado un recurso ante la Audiencia Nacional y ha manifestado que el Gobierno está tergiversando la figura del dictador. La entidad ha cargado contra el cambio de nombre alegando que el anterior se ajustaba a los «fines estatutarios» de la Legión, que incluyen «la realización de toda actividad que conduzca a honrar la figura de Franco y a preservar su legado».
Un órgano encargado de vigilar la legalidad
Algo que parece lejos de que se vaya revertir, pues el Ministerio de Defensa ha creado un órgano específico para «el estudio, la coordinación y la planificación» de las actuaciones que se derivan de la nueva ley de memoria. Esto es, un organismo que se encargará de supervisar que las instituciones dependientes de este Ministerio cumplan la nueva norma del Gobierno. La institución está presidida por Adoración Mateos, subsecretaría del Ministerio.
Como ya avanzó este medio, este paso del departamento de Robles se sitúa en la línea de lo expresado cuando se supo que la Legión había alabado y ensalzado la matanza de Badajoz en agosto de 1936, encabezada por general Juan Yagüe, conocido como el «carnicero».
En marzo de 2021, la unidad de choque reivindicó este hecho histórico a pesar de la antigua Ley de Memoria Histórica. El grupo militar destacó su papel en la toma de Badajoz y cómo aquello le sirvió para que la dictadura le conceidera condecoraciones.
El Gobierno prometió revisar los casos de admiración hacia militares franquistas que participaron en aquella matanza y mostró su disconformidad con que el Tercio Duque de Alba de la Legión exaltará ese acontecimiento histórico, un comportamiento que incumple la Ley de Memoria Democrática.
La primera huelga en la sanidad andaluza contra el Gobierno del PP fuerza a Moreno a ofrecer diálogo
El Ejecutivo andaluz cifra el seguimiento del paro al que llamó el Sindicato de Médicos de Atención Primaria, de nueva creación, en un escaso 2,5% mientras los convocantes aseguran que fue, según los lugares de entre el 20% y el 60%.
El presidente de la Junta, Juanma Moreno (d), este viernes junto a varios sanitarios en la presentación de ‘Gammaknife’ en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada. — Álex Cámara / EUROPA PRESS
Los problemas de la Atención Primaria en Andalucía, la falta de médicos, la presión y los cambios organizativos –la Junta ha implantado una especie de triaje que causa fricciones– han desembocado en una huelga, la primera en la sanidad contra el Gobierno del PP, que ha convocado el sindicato de médicos de Atención Primaria (SMP), de nueva creación.
El resto de centrales comparten en su mayor parte el diagnóstico del SMP, pero de momento cada uno hace la guerra por su cuenta –el Sindicato Médico Andaluz tiene su propia agenda de protestas– y los sindicatos de clase y el de funcionarios CSIF apuestan en este momento por la negociación. Hay una mesa para hablar de Atención Primaria el próximo jueves día 26 de enero. El sindicato convocante de la huelga de este viernes, el SMP, no está en dicha mesa, en la que Salud se sienta con los principales sindicatos, por haberse creado en fechas recientes.
La Junta de Andalucía cifró el seguimiento del paro en un escaso 2,5% a las 12.00 (de 5.240 profesionales de turno, 131 secundaron el paro en sus primeras horas, aseguró la Consejería). El sindicato convocante afirmó que esos datos oficiales «no se ajustan a la realidad» y estimó que la huelga había sido «irregular» y que su seguimiento se situó en una horquilla «entre el 20 y el 60%» según el lugar, recoge Europa Press.
«Los servicios mínimos son muy altos, y ello dificulta el seguimiento», agregó el SMP, que había acordado asistencia al cien por cien en las urgencias de los centros de salud y garantizaba hasta el 40% de las consultas programadas.
«No entendemos el empeño del Gobierno andaluz en ningunearnos y no sentarse a escucharnos y a negociar cuando somos sus profesionales, sus médicos, esos mismos a los que hace poco aplaudían y nos dedicaban monumentos, aquellos de los que asumieron todas sus reivindicaciones, las de la asociación médica Basta Ya, cuando estaban en la oposición», analizó el SMP, según recoge Europa Press.
Fuentes sindicales consultadas por Público, bien conocedoras de la realidad de los centros, dijeron sobre el seguimiento de la huelga: «No es el fracaso que dice la administración. Su único empeño es demostrar que es un fracaso la huelga. Ha habido centros en que ha estado bien y en otros ha sido inexistente. Depende de la gente y de lo reivindicativa y solidaria que sea. Pero esto es normal. Es un sindicato nuevo. Ha habido sitios que ha habido gente».
Hace unos días, el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla (PP), manifestó que una huelga no se entendería y este viernes reclamó «sensatez y sentido común» a los sindicatos y afirmó que su Gobierno va a dialogar «hasta la extenuación» y «hasta el último minuto», porque es una de sus «señas de identidad». Eso sí, dijo el presidente, los acuerdos deben ser «realistas» y con los «pies en la tierra», porque Andalucía «no es Alemania» y los recursos son limitados.
El presidente también dejó un mensaje que, según interpretan las fuentes sindicales, está encaminado a desacreditar la huelga. Moreno reclamó a las centrales en Granada, según recoge Europa Press, que hagan una reflexión sobre el momento en el que han decidido hacer la huelga, ya que los meses de enero y febrero son «muy complicados» por los «picos» de infecciones respiratorias, gripe o Covid, y hay un «nivel de tensión muy alto» en el sistema sanitario.
Con una huelga en este momento, añadió, «el gran perjudicado» es el usuario, por lo que ha insistido en pedir a las organizaciones sindicales, desde el «máximo respeto» a sus decisiones, que recapaciten sobre si este es el momento más idóneo para ir a la huelga.
Supervivencia física y mental
Así describe en un comunicado UGT la situación que existe en los centros de salud: «Los médicos están padeciendo una nefasta gestión, que viene de largo. Padecen cupos enormes y escasez de tiempo para poder atender a sus
pacientes de una forma adecuada, al igual que ven como se le acumulan cada vez más tareas administrativas, más horas de guardia o simplemente no pueden
conseguir un contrato cercano a su casa o una plaza definitiva que le permita
conciliar su vida laboral o familiar».
«Todo ello, con el agravante de unos sueldos que dejan mucho que desear y que la supuesta homologación con el resto del Estado se queda en los mensajes políticos y poco más».
Para UGT el problema no se limita a los médicos: «También tenemos a enfermeros desbordados, el personal de Gestión y Servicios con una presión sobre ellos insoportable, escasez de Trabajadores Sociales, Fisioterapeutas, TCAEs, Matronas… y una gestión nefasta que hace que nuestros Centros de Salud dejen de ser la puerta de entrada al Sistema Sanitario y se convierta en una autentica «jungla» donde la improvisación es la que manda».
«Negar esta situación diciendo que hay más contratos, que la demora para una visita es de tres días (no se lo cree ni la Consejera) y que todo es producto de intereses políticos es el mayor error que puede cometer el Gobierno andaluz».
La Marea Blanca coincide: «Los Centros de Salud no sólo sirven para atender a las enfermedades ya existentes, sino que, además, han de ocuparse de la promoción de la salud de la población: no se cumpliría actualmente por tener que asistir a más de 50 pacientes diarios. Ante el colapso actual, la supervivencia física y mental se convierte en el único objetivo posible«.
Deterioro progresivo
La oposición arremetió contra el Gobierno andaluz. «La Junta debe evitar estas movilizaciones con hechos, y a Moreno ya no le vale la foto ni la pose, sino que hay que venir con respuestas concretas a las propuestas que han hecho los sindicatos», manifestó Juan Espadas, secretario general del PSOE andaluz.
El socialista anunció que en el nuevo periodo de sesiones que se abrirá en febrero en el Parlamento, solicitarán la comparecencia de la consejera de Salud y Consumo, Catalina García, para que informe sobre la situación de la sanidad andaluza.
Para Espadas, la situación de la atención sanitaria sobre todo en lo que respecta a la atención primaria preocupa y requiere de una actuación inaplazable. El socialista instó a Moreno se tiene que sentar a dialogar, a escuchar a los profesionales y trasladar medidas.
Para Por Andalucía, «la mala gestión de Moreno y su falta de voluntad por invertir en nuestros servicios públicos están comprometiendo claramente nuestra sanidad pública. Las demoras en atención primaria están provocando la saturación de las urgencias hospitalarias y las listas de espera son inaceptables para pruebas diagnósticas y operaciones quirúrgicas, situación que contrasta con los contratos multimillonarios que el Gobierno andaluz está firmando con las clínicas privadas», afirmó Toni Valero.
El coordinador de IU criticó «los contratos precarios que ofrece la Junta al personal de la sanidad pública están provocando una clara fuga de profesionales a otras comunidades y a otros países de la Unión Europea. En definitiva, Moreno sigue la estrategia de privatización que el PP ya despliega allá donde gobierna, ya sea en Madrid, en Castilla y León o en Andalucía».
La sanidad andaluza vive un largo proceso de deterioro desde hace años, que, según un trabajo de CCOO, tuvo un punto de inflexión tras la imposición por el Gobierno de Mariano Rajoy de la tasa de reposición 0, en vigor durante varios años, lo que llevó a la pérdida de más de 2.700 sanitarios en la Comunidad.
Los indicadores que revelan el estado del sistema, más allá del trazo grueso con el que dibuja el escenario de la sanidad el presidente de la Junta y sus consejeros –el aumento del presupuesto en términos absolutos–, no revelan que el deterioro de la sanidad pública se haya frenado. Por el contrario, está peor que en 2018, cuando los socialistas dejaron el poder, en términos relativos, según revelan los trabajos anuales de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), que permite la comparación entre Comunidades.
En 2018, último año de Gobierno del PSOE, la sanidad andaluza, que había llegado a ocupar en 2009 –antes de que Rajoy obligase a la administración a apretarse el cinturón– el sexto puesto en la clasificación de los mejores servicios de salud de las Comunidades Autónomas, estaba ya en el puesto 12º. En 2022, ya después de cuatro años de Gobierno de Moreno, está en el 14º, por debajo de Madrid, y solo por delante de Canarias, Catalunya y Murcia, según la FADSP.
Hasta 240 días para una ecografía de mama y 139 para operar a un niño: así dejó Feijóo las listas de espera de la sanidad pública
Más de 58.000 personas llevaban más de tres meses esperando en Galicia por una consulta, una prueba diagnóstica o una intervención quirúrgica cuando el presidente del PP dejó la Xunta el año pasado.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, el pasado viernes en Fitur. — Eduardo Parra
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, sostiene que las listas de espera son «la verdadera privatización de la sanidad«. Y si se tiene en cuenta su gestión en Galicia, el argumento tiene todo su sentido, porque el deterioro de los servicios sanitarios durante sus años de gobierno en la Xunta ha corrido paralelo al incremento del negocio de la sanidad privada en la comunidad.
Cuando Feijóo dejó el Ejecutivo autonómico en mayo pasado, más de 360.000 personas esperaban en Galicia por una consulta de un especialista médico, una prueba diagnóstica o una intervención quirúrgica. De ellas, 58.000 llevaban más de tres meses aguardando, más de 26.000 desde hacía más de seis meses, y cerca de 4.400 desde hacía más de un año. Al tiempo, los hospitales privados admiten que esas demoras son el principal motivo que lleva a los gallegos a plantearse un seguro privado para recibir atención médica.
El Servizo Galego de Saúde (Sergas) hace públicas sus listas de espera dos veces al año, y la última vez que lo hizo fue en junio de 2022. Es decir poco después de que Feijóo dejara el Ejecutivo autonómico y seis meses antes de que él mismo se jactara de que está capacitado para acabar con ellas. Fue el pasado jueves, en un mitin en Cuenca. Aseguró que «la mayor privatización de la sanidad es no atender a la gente». Lo que no dijo fue que las listas de espera se dispararon durante sus trece años en Galicia hasta extremos que profesionales sanitarios, pacientes, sindicatos y oposición política consideran insostenibles.
La demora media para pruebas y estudios, consultas externas e intervenciones quirúrgicas supera con creces los tres meses en varias especialidades de las siete áreas sanitarias de Galicia. Y hay casos inauditos: el de una niña de 15 meses que lleva más de diez aguardando en Santiago a que el Sergas le haga el TAC que necesita para que los médicos decidan el tratamiento contra la enfermedad ultrarrara que padece; la deriva de pacientes de urgencias a centros privados porque el Sergas no puede atenderlos en los públicos por falta de medios y de personal, l el caso de una mujer de 90 años a la que le dieron cita para quitarle una escayola más de un año y cuatro meses después de ponérsela. No son ejemplos aislados.
En el área sanitaria de Lugo hay que aguardar más de ocho meses de media por una ecografía de mama y nueve por un estudio urológico. En Ferrol son casi siete meses por un estudio alergológico, otros tantos por uno respiratorio y casi ocho por uno de sueño. En Santiago hay que esperar más de 230 días para una ecografía de tórax y más de 185 para un estudio otorrinolaringológico. Y en A Coruña son 179 días de media por una endoscopia digestiva o una exploración oftalmológica.
Una consulta de neurocirugía se demora cinco meses en el área sanitaria coruñesa. Y en Ourense, una intervención de esa misma especialidad se retarda 140 días. En Vigo hay que esperar 119 días por una ecografía de tiroides, y en Pontevedra 137 por un estudio genitourinario. Un niño o un preadolescente de Santiago deben esperar 4,5 meses para operarse porque la espera para una cirugía pediátrica son 139 días. Una neurocirugía se retrasa allí una media de 155 días.
Las listas de espera han aumentado en toda Galicia durante los mandatos de Feijóo, y la situación se ha agravado tras la emergencia sanitaria de 2020. En diciembre de 2019, dos meses antes del confinamiento por la covid, la espera media para una consulta de especialista era de 41,5 días. Cuando Feijóo dejó la Xunta dos años y medio después eran 54,8 días. Casi dos semanas más.
Aún es peor con las intervenciones quirúrgicas. Si en diciembre de 2019 se demoraban 53,9 días desde que el médico las ordenaba, en junio de 2022 ya eran 75,6 días, es decir, tres semanas más. Sucede igual con muchas pruebas diagnósticas: de los dos meses de espera para un estudio radiológico de diagnosis hace cuatro años se ha pasado a casi tres meses. Si entonces había que aguardar 17 semanas por una endoscopia, hoy son más de 19.
En paralelo al deterioro de la sanidad pública, desde que Feijóo accedió a la Xunta en 2009 se ha producido un incremento de las operaciones que realizan en Galicia los grandes grupos hospitalarios privados, como Vithas, Ribera, Quiron y Hospitales de Madrid (HM).
Un seguro privado
Según el último informe de la Asociación de Hospitales de Galicia (Ahosgal), que agrupa a los centros sanitarios de esas empresas, representan ya el 26,5% de la atención especializada y hospitalaria de la comunidad autónoma, con el 28,5% de las intervenciones con hospitalización, el 40% de intervenciones de cirugía mayor ambulatoria, el 29,8% de las intervenciones de urgencias, el 20,5% de los ingresos hospitalarios y el 25,8% de las consultas externas.
«La tendencia crítica [de la ciudadanía] sobre la sanidad pública, aun siendo mayoritariamente favorable, apunta a un incremento de la preferencia por la privada, al contrario de lo que pasa en España«, señala el documento de Ahosgal, que apunta a las listas de espera como «la principal causa del descontento» con el sistema de salud junto a «la masificación de las urgencias de los hospitales» públicos y el «poco tiempo que dedican los médicos a los pacientes».
Esos son, según los propios hospitales privados, «los principales motivos» por los que los ciudadanos de Galicia «estarían dispuestos a contratar un seguro de salud privado«.
La líder de la oposición en Galicia, Ana Pontón, señaló el pasado jueves que el deterioro de la atención en los centros sanitarios del Sergas no es casual, sino fruto de una estrategia política programada y ejecutada conscientemente por el líder del PP y ahora por su sucesor en la Xunta, Alfonso Rueda: «Desmantelar lo público para beneficiar el negocio privado». El secretario general del PSOE, Valentín González Formoso, acusa al Partido Popular de haber convertido al Sergas en «un Amazon sanitario«.
En el mismo sentido se ha manifestado Borja San Ramón, coordinador nacional de Podemos Galicia, quien se reunió el jueves con responsables de SOS Sanidade Pública, la plataforma de profesionales, usuarios, sindicatos y partidos que lleva años denunciando el desmantelamiento de los servicios sanitarios de la Xunta durante los gobiernos de Feijóo y de Rueda. La asociación ha presentado una iniciativa legislativa popular para frenar los recortes y celebrará una nueva manifestación el próximo 12 de febrero.
El portavoz de la plataforma, Manuel Martín, criticó a los responsables de la sanidad gallega por negar que los hospitales públicos gallegos estén colapsados. «Que vayan y vean cómo se encuentran. La hospitalización se hace casi ya en los pasillos«, dijo.
El envío de tanques a Ucrania crea la mayor división en la OTAN desde el inicio de la guerra
El envío de los carros de combate Leopard y de otros sistemas de armas ofensivos podría llevar a los países de la OTAN a un punto muy peligroso en su confrontación con Rusia y Alemania se resiste a cruzar esa línea roja, para regocijo de Moscú.
Imagen de archivo de militares ucranianos a bordo de un tanque en las inmediaciones de Bakhmut (Ucrania). — Oleksandr Ratushniak / REUTERS
De momento, Alemania no quiere dar un paso que le reclaman muchos de sus socios en la OTAN, pero que llevaría a una implicación cada vez más directa de Occidente en la guerra de Ucrania: enviar los todopoderosos tanques pesados germanos Leopard II y permitir que los países que los poseen, entre ellos España, puedan mandarlos a la línea del frente ucraniano.
Los ministros de Defensa de buena parte de los países de la OTAN y otros estados aliados que forman parte del llamado Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania se han reunido este viernes en la base estadounidense de Ramstein, en Alemania. El presidente Volodímir Zelenski había dicho en vísperas del encuentro que esperaba «fuertes decisiones», pero se quedó sin el compromiso de un rápido envío de los carros de combate germanos a Ucrania.
Alemania rechaza por ahora el envío de tanques a Ucrania y dice que la decisión debe ser valorada
Ni la presión del número ni los argumentos más belicosos lograron convencer a Berlín para que aceptase despachar a Ucrania uno de sus sistemas de armamento más valiosos y poderosos, los Leopard II, compartidos por bastantes países de la Alianza Atlántica. El flamante ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, echó balones fuera: «Todos los pros y los contras (para la entrega de los Leopard) deben ser sopesados».
Pistorius no cerró las puertas al eventual envío de los tanques alemanes, pero afirmó que esa decisión está aún «en fase de discusión». De momento, pesa sobre Berlín el sentido común que solo parecen tener los alemanes en este conflicto sobre la respuesta airada que puede dar Moscú a este nuevo paso de los aliados de Ucrania hacia la confrontación directa con Rusia.
Mucha ayuda, pero no los tanques estrella alemanes
La reunión sí sirvió para reafirmar el compromiso con Ucrania y acordar el suministro de más armas, entre ellas los sistemas antiaéreos y otros modelos de carros de combate que podrían ayudar a torcer el brazo ruso en una eventual contraofensiva ucraniana que podría tener lugar en los próximos meses.
Estados Unidos confirmó un nuevo paquete de ayuda por 2.500 millones de dólares en armas y asistencia militar para Ucrania. Desde que empezó la guerra, hace casi once meses, Washington ha comprometido 26.700 millones de dólares de apoyo militar a Ucrania, con blindados y cohetes antiaéreos incluidos. Tampoco se habló en Ramstein de los todopoderosos tanques estadounidenses M-1 Abrams, igualmente reclamados por el presidente ucraniano, pero que Joe Biden se niega de momento a entregar.
¿Asustan los Leopard a Moscú?
Vista la insistente demanda por parte del Gobierno ucraniano de estos tanques pesados, ¿son acaso los Leopard II una garantía de victoria para Ucrania? Evidentemente no. Representan un elemento simbólico que muestra la imparable implicación de Europa Occidental y del país más reticente para hacerlo, Alemania, en la guerra. Esto no significa que Bruselas se crea su propia propaganda sobre una eventual derrota de Rusia en la contienda a bordo de estos carros de combate, de los que hay apenas 2.000 unidades en los arsenales de trece países europeos.
El refuerzo armamentístico de Ucrania podría servirle a Zelenski para lanzar una ofensiva primaveral
Los Leopard II, junto con los Leclerc franceses, los Challenger 2 británicos o los Bratley estadounidenses, que sí van a ser enviados, pueden servir a Ucrania para lanzar una contraofensiva primaveral contra los invasores rusos. Incluso podrían abrir otro frente en la misma Rusia con un audaz golpe de mano de consecuencias imprevistas. Pero para la primavera aún quedan varios meses y no parece que Rusia se vaya a quedar viéndolas venir. Al menos eso se deduce de sus movimientos y avances en determinados puntos calientes del frente.
Los rusos están aprendiendo a costa de sus errores
Si algo se puede decir de Rusia en esta guerra es que, si bien en los primeros meses actuó de forma torpe y descoordinada desde el punto de vista militar, cuando se cumple casi un año de contienda Moscú ha aprendido de muchos de sus errores y parece capaz de responder a cualquier desafío con un golpe de mano inesperado. Una «respuesta asimétrica«, como decían los militares soviéticos.
A la pérdida de las posiciones en torno a Járkov y otras localidades muy importantes en el norte de Ucrania y al oeste del Donbás, el ejército ruso respondió con una devastadora campaña de bombardeos sobre las instalaciones críticas ucranianas que ha causado ingentes daños civiles, militares y económicos, y ha golpeado en el ánimo de resistencia de la población ucraniana.
Mientras sufría las sanciones internacionales que la deberían haber dejado sin recursos para la guerra, Rusia buscaba otras salidas a su gas y petróleo. Durante meses, siguió cobrándolos a precios muy elevados a los mismos países europeos que la sancionaban y que mandaban armas a Ucrania para luchar contra su ejército. Aun hay países de la OTAN que compran gas ruso, cada vez menos, cierto es, pero ese dinero sigue yendo a las arcas de Moscú y a la fabricación de armas. La doble cara hipócrita de la guerra.
Los últimos datos sobre la economía rusa muestran daños evidentes a causa de la guerra, pero no tan serios como se esperaba, de forma que estamos ante un país dispuesto a prolongar el conflicto el tiempo que le sea conveniente. En esta guerra de desgaste a la que juegan también Estados Unidos y la OTAN, es difícil predecir un futuro vencedor.
Si me asustas con tanques, te asusto con armas nucleares
En el Kremlin saben que Rusia no ganará a medio plazo una guerra contra un país que sostiene Occidente. Pero también en Bruselas son conscientes de que tampoco vencerá Ucrania, por muchos centenares de tanques y miles de millones de dólares que despachen al campo de batalla. Una clara derrota rusa implicaría la aniquilación de su ejército y eso no parece muy factible en estos momentos. Menos aún con un país que posee armas nucleares y que continuamente amenaza con usarlas.
El Kremlin amenaza con sacar la artillería nuclear en caso de perder la «guerra convencional»
«La derrota de una potencia nuclear en una guerra convencional puede desencadenar una guerra nuclear«, afirmó el jueves en su canal de Telegram Dmitri Medvedev, actualmente vicepresidente del Consejo de Seguridad del Kremlin. El que fuera presidente de Rusia entre 2008 y 2012 (con Vladímir Putin como «primer ministro») agregó que «las potencias nucleares nunca han perdido esos conflictos en los que estaba en juego su propio destino».
Precisamente, Medvedev participó este viernes, al tiempo que tenía lugar el cónclave de la OTAN y los aliados de Ucrania en Ramstein, en la reunión presidida por el presidente Putin de su Consejo de Seguridad para estudiar el curso de la «operación militar especial», esto es, la guerra.
Cabe suponer que la reunión encabezada por Putin no era baladí y que no pretendía ser simplemente un gesto de contrapeso al encuentro de Ramstein. El ejército ruso se la juega en la región del Donetsk, donde podría conseguir una victoria más que simbólica en Bakhmut o, en caso contrario, quedar atascado hasta que una contraofensiva ucraniana de primavera pueda romperle la línea defensiva en el Donbás.
Los rusos prefieren centrar su atención en Bakhmut
La intensidad de los combates que siguen en torno a Bakhmut indica cuál es el objetivo real del Kremlin: «liberar» todo el Donbás como parte de la Nueva Rusia, casi instaurada en 2014 cuando Moscú ayudó a los separatistas de esa región para desgajarse del resto de Ucrania. Esa Novaya Rossiya es un concepto territorial que se remonta al siglo XIX y que contempla la creación de un estado títere al sur de Rusia, que condene a Ucrania a la partición.
El avance ruso en Bakhmut continúa paso a paso, a costa de centenares de muertos diarios. En esa localidad se juntan tres carreteras de gran importancia. Dos de ellas se dirigen hacia Kramatorsk y Sloviansk. La caída de Bakhmut podría dar vía libre hacia estas ciudades claves, actualmente muy fortificadas.
Las tropas rusas avanzan en Bakhmut y la batalla podría decidirse en las próximas semanas
El Ministerio de Defensa ruso ha anunciado la toma de la localidad de Klishchiivka, cerca de Bakhmut. Habría sido también obra del grupo Wagner, formado por contratistas del magnate ruso Yevgueni Prigozhin, muy cercano al Kremlin y cuyas tropas de mercenarios se han convertido en la vanguardia de las fuerzas rusas en ese frente. Según el comunicado, el asalto contó con el apoyo de la artillería regular y la aviación rusas.
Pese a las dudas que marcaron la reunión ministerial de Ramstein, parece posible que los tanques occidentales, liderados o no por los Leopard alemanes, puedan llegar a tiempo para una contraofensiva ucraniana en primavera. No parece, en cambio, que vayan a estar muy presentes en la batalla de Bakhmut, cuya suerte podría quedar decidida en las próximas semanas. Los mercenarios de Prigozhin están desde luego haciendo todos los esfuerzos para regalarle a Putin una victoria decisiva de cara al primer aniversario, el 24 de febrero, de su invasión de Ucrania, aunque sea sobre el mantel de fotografías de los miles de soldados rusos muertos en Bakhmut.
Ma Carmen Mesa
hace 4 minutos